El miércoles de la semana pasada, los fanáticos de La Renga recibieron una notificación expectante: la banda anunciaba que esa misma noche compartiría en sus redes un material estreno. Se trató, en efecto, de En bicicleta, la quinta canción que el grupo “libera” como anticipo de su próximo disco y la primera subida en cuarentena. Antes las habían publicado de a pares: primero Llegó la hora y Parece un caso perdido, el 3 de octubre del año pasado (por lo que algunos relacionaron la cercanía de las elecciones presidenciales con el tono admonitorio de las letras), y luego Para que yo pueda ver y La flecha en la clave, a pocas horas del 1º de enero.
Con un sonido que mezcla el hilo hard rock con tramos de stoner y gotas lisérgicas (todos caminos ya transitados por La Renga), en su nuevo tema el grupo parece tirarle una ondita a la vieja invención de Albert Hofmann, el auténtico Tío Alberto al cual el Indio Solari había homenajeado en su último disco. En bicicleta estuvo acompañado de un video con estética de cómic y algunos guiños a la cultura de los ’60 y ‘70: el libro Las cartas de la ayahuasca, de Allen Ginsberg y William Burroughs, el disco Cosmo’s Factory, de Creedence, y hasta la biografía de Titanes en el Ring.
Y tuvo, además, una factura cien por ciento casera, ya que los cuatro músicos (Chizzo Nápoli, los hermanos Tete y Tanque Iglesias y el multiinstrumentista Manu Varela) fueron filmados en sus casas por sus familiares. El audio había sido grabado y mezclado por Matías Gonçalves, hijo de Gabriel, el histórico mánager de la banda. Todo queda en la sangre.
En verdad el que primero echó a correr la bola de esta novedad fue el Tanque Iglesias en sus propias redes sociales, algo similar a lo que también había sucedido con el anuncio de aquellos shows de La Renga en Huracán en 2017 que significaron el regreso de la banda a Capital Federal tras diez años de inconveniencias y prohibiciones. Días después de la salida de En bicicleta, el baterista contó en una entrevista por Instagram algunos detalles adicionales acerca de los propósitos que la banda tenía para este año y que naturalmente se debieron posponer y readecuar en función de la pandemia por el coronavirus.
“La idea era sacar el sacar el disco en marzo, pero la cuarentena nos complicó todo”, aseguró el Tanque. Además de las cinco publicadas, hay al menos otras cinco canciones en gateras a las que les faltan algunos detalles: un bajo a alguna, la voz a otra, la mezcla a todas. Con la covid-19 no sólo se trastocaron los planes para los estudios sino también para los escenarios, ya que estaba la posibilidad de volver a Europa para tocar en España (donde ya lo hicieron otras veces) y estrenarse en destinos como Italia e Inglaterra. “Se ve que el destino no quiso que se haga“, dijo con tristeza.
¿Se animará La Renga a dar el salto al streaming para calmar la manija de tocar? “Lo charlamos casualmente la semana pasada, porque es la única que se puede hacer. Puede ser una posibilidad, eh. Ojo. Pero en ese momento estábamos más con la canción y con el video, y ahora con el disco que todavía no terminamos”. Como sea, aclaró: “Primero queremos terminar el disco, pensar el formato y el arte. ¿De tocar? Ni idea...“.
Las décadas rengueadas
Otros proyectos congelados por el aislamiento social son aquellos que tienen que ver con los 30 años de La Renga (el grupo se presentó por primera vez con su nombre en una vereda del barrio de Mataderos la noche del 31 de diciembre de 1988). La banda conmemoró el aniversario a lo largo de 2019 con videos históricos en su canal de YouTube como el estreno de Hablando de la libertad en Stadium, el debut en Obras después de la medianoche del 19 de noviembre de 1994 o la participación de Ricardo Mollo en el primer Huracán de 1999.
Esas grageas son pequeñas muestras del trabajo de digitalización que están haciendo con todo el material fílmico que atesora la banda, que según el Tanque data de principios de los ’90, con shows en Cemento, Die Schule y hasta El Galpón del Sur que, naturalmente, estaban en VHS. Pero no es lo único. “Habíamos pensado en sacar un libro, o quizás una biografía. Queríamos hacer algo lindo por los treinta años”, dijo el batero.
Los soportes y los formatos del sucesor de Pesados vestigios (publicado en un ya lejano 2014) también son motivos de interrogantes. “Yo escucho cds por costumbre, ¡pero ahora hasta los autos vienen sin el reproductor! Hoy parece que todo va por lo digital, veo formatos en pendrive e incluso códigos para bajarlos digitalmente desde una plataforma. Igualmente no sé cuál usaremos nosotros con el disco nuevo, hasta que la cuarentena no pase y nos juntemos, no sabremos nada”, duda el Tanque, quien pasa los días tocando entre su batería acústica y una eléctrica de la cual se muñió “para no molestar a los vecinos”.