El fenómeno de los e-sports tiene un público cada vez más amplio y más cautivo, que gracias a las redes sociales y plataformas como Youtube y, sobre todo, Twitch, que permite transmitir contenido en vivo, posibilitó un crecimiento exponencial, tanto de usuarios como de consumidores.
Para fidelizar a los aficionados más jóvenes y no perder un negocio que se presume cada vez más rentable, los grandes clubes del mundo no se quisieron quedar afuera, y no sólo de los juegos que emulan de partidos de fútbol. De esa manera, en la última década fueron incorporando gamers a sus equipos virtuales, a los que presentan como si ficharan estrellas para sus planteles reales. Incluso, hubo debates por la cantidad de jugadores extracomunitarios que podía utilizar cada equipo...
Un ejemplo concreto es el PSG, que en su versión e-sports replicó el modelo del fútbol real y también contrató estrellas de diferentes nacionalidades para sumarlos a sus filas. “La decisión forma parte de la estrategia de desarrollo internacional del club. Los eSports son una parte de nuestra actividad futura y nuestra marca. El PSG debe ganar, no hay otra opción”, afirmó en 2016 el presidente del club francés, el magnate qatarí Nasser Al-Khelaifi, durante la presentación de su plantel de gamers.
En España, el Valencia fue el precursor en involucrarse en los deportes electrónicos, aunque su primera experiencia fue el League of Legends, un juego que nada tienen que ver con el fútbol, y con una empresa, Webmedia, que gerenciaba la actividad. Ahora el club tiene su representación en la eLaLiga, donde su jugador, Vivi-Khofolo, hoy avanzó a las semifinales en la pelea por el título, con colegas del Atlético de Madrid, Betis, Zaragoza, Deportivo La Coruña y Granada, entre otros.
Cuando en julio de 2016 el Manchester City contrató a Kez Brown se convirtió en el primer club inglés en fichar a un gamer. Ya en 2018 y para mejorar su rendimiento, el entonces campeón de la Premier League se alió con Epsilon, un equipo clásico de los e-sports que venía de ganar la Premier virtual. Ahora tiene competidores directos como el Liverpool y el Manchester United, casi una réplica del fútbol de verdad.
Otro club innovador en Europa fue el Schalke 04, que marcó la tendencia en Alemania e inició en 2016 la moda de los clubes de fútbol apostando por los deportes electrónicos. Sin embargo, sus resultados siempre fueron muy modestos, por lo que la dirigencia está evaluando suprimir la sección para achicar gastos, ya que la pandemia de coronavirus disparó las deudas que debe afrontar la institución de Gelsenkirchen.
En Argentina, el auge del fútbol virtual tuvo su correlato en la decisión de la AFA de llevar adelante un campeonato paralelo a la Superliga, que a partir de fines de 2019 tuvo su primera edición con un fixture idéntico al del torneo real y con jugadores que representan a los clubes participantes. Sin embargo, una cuestión legal, por ahora, le quita atractivo al emprendimiento. Como el juego elegido es el FIFA 20 de EA Sports, el contrato de exclusividad firmado por Boca y River con el PES (Pro Evolution Soccer, de Konami), el otro gran juego de fútbol en el mundo, motivó que los dos clubes más grandes del país no tengan representación en el certamen. En el juego, se llaman Buenos Aires y Núñez.
En paralelo, la franquicia argentina de Internacional eSports Association (IESA), organizadora de torneos virtuales a nivel global, creó la Liga Argentina de Clubes Pro, cuya temporada 8 comenzará desarrollarse el 21 julio. Allí, en la modalidad 11 contra 11 conviven equipos que representan a clubes tradicionales con equipos de amigos o con nombres de fantasía. Como si se tratara del fútbol real, hay ascensos, descensos y transferencias.
También hay competiciones continentales, donde Newell's se dio el gusto de festejar la semana pasada el título de la Copa Sudamericana virtual después de vencer 2-1 a Pitaco de Brasil. Para el conjunto rosarino fue su primera conquista internacional y pudo emular a su clásico rival, Central, que lo había logrado en 2017. El fútbol del futuro ya llegó, habrá que ver si puede despertar las mismas pasiones que el actual.