Bajo el título de "Extrema inmoralidad", el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres emitió un comunicado criticando enérgicamente a políticos y medios de comunicación "que se han propuesto minar la autoridad política y moral de aquellos sobre quien recae la responsabilidad de gobernar y guiar al país en estos momentos de enormes dificultades sanitarias, económicas y sociales". El documento señala directamente a quienes "autoerigidos defensores de la democracia y la institucionalidad vienen pervirtiendo el legítimo derecho a la oposición y al disenso atacando sistemáticamente las bases de la misma institucionalidad y la democracia".

El pronunciamiento de los sacerdotes católicos que trabajan en medios populares se dio a conocer en medio del debate político planteado después que la dirigencia de Juntos por el Cambioemitió una declaración -a la que califican de "despreciable"- intentando vincular al gobierno y, en particular a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su familia, con la muerte violenta de Fabián Gutiérrez en El Calafate. Sin limitarse solamente a ese hecho, el documento hace referencia de forma más general a la actitud de la oposición política y al comportamiento de los medios de comunicación frente a la cuarentena.

Los curas señalan que se expresan movidos por "la obligación evangélica", al asumir la denuncia del "misterio de la inequidad". Sostienen que "desde hace ya varios meses la sociedad de nuestra patria viene soportando pacientemente los embates irresponsables y disolventes surgidos desde sectores importantes de la oposición al gobierno nacional". Denuncian también que estos políticos, tanto en forma individual como con el acompañamiento de sus direcciones partidarias, proceden con "la complicidad de buena parte de los medios de comunicación" para actuar de manera coordinada a fin de "minar la autoridad política" de quienes gobiernan.

Señalan los sacerdotes católicos que "hemos tenido que asistir (y soportar) impávidos a peligrosas argumentaciones anticuarentena, llamamientos a concentraciones que ponen en riesgo la salud de los asistentes (llevando probablemente al contagio y la muerte a un participante y activo convocante de esas protestas), invitaciones a armarse, amenazas de separatismos provinciales y otra larga colección de etcéteras: todo fundándose en la tergiversación de la verdad y mentiras lisas y llanas". No obstante, dicen refiriéndose a la última declaración de la coalición opositora, "el despreciable comunicado de la dirección de Juntos por el Cambio con ocasión del asesinato de Fabián Gutiérrez ha llevado la paciencia ética de la sociedad al límite de lo tolerable".

Argumentan los curas que "la supuesta 'extrema gravedad institucional' que adjudican al desgraciado acontecimiento vuelve a revelar la 'extrema inmoralidad', la catadura ética de personajes que bien conocemos, la barbarie de quienes dicen representar la civilización". Resaltan la afirmación anterior subrayando que "parece no importarles hundir a la misma patria, con tal de que fracase el actual gobierno".

Siguen diciendo los COPP que "cuando la inmoralidad se enseñorea de la política, se disuelven las bases de la convivencia y la cohesión social". Y por ese motivo, agregan, "estamos convencidos de que es precisamente esa disolución lo que estos 'dirigentes', verdaderos agentes del mal, se han propuesto como finalidad: imposibilitar el diálogo y la búsqueda de los consensos necesarios para atravesar la crisis que atraviesa nuestra patria y de la que en buena medida han sido responsables".

El comunicado sostiene que "como cristianos y sacerdotes nos obliga el Evangelio; como ciudadanos (y a todos los ciudadanos) nos obligan la Verdad y la Justicia, la Paz y la Solidaridad" y por tal motivo "no podemos sino expresar nuestro repudio y desprecio de este modo de obrar".

Los curas finalizan su declaración haciendo "un llamamiento a la sociedad entera, independientemente de sus simpatías políticas, a demostrar que no estamos dispuestos a dejarnos dirigir por el odio y la mentira".

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