Antes de abordar el lanzamiento de su sencillo Fiebre, conviene despejar las dudas acerca de su álter ego. Y es que desde que inauguró su carrera solista, Lara Artesi se reinventó como Lara 91k. “Abrí mi cuenta de Instagram, en 2014, bajo ese nombre. Parece bizarro, pero viene de ahí”, justifica quien fue una de las dos partes de Coral Casino, el laboratorio sonoro que estrenó en Argentina una nueva manera de comprender la música urbana. ”Empecé a usarlo cuando me invitaban a hacer dj sets, y poco después lo hice en los featurings con Neo Pistea (La calor) y El Plvybxy (Reza x lo nuestro). Ahí sembré la semilla.”
La más reciente cosecha de la cantante pinamarense vio la luz el pasado jueves, junto a su respectivo video dirigido por Orco Videos, artífice de algunos clips de Ca7riel y Paco Amoroso, Duki, Lali, Paulo Londra o Dante. “Fiebre trata sobre una situación nocturna, en un estado lisérgico”, describe Lara. “Los versos hablan de un amor que no funciona, lo que da pie a conocer a alguien nuevo.”
En este tema, Lara se reencuentra además con su compañero en Coral Casino, el productor, beatmaker y cantante Roque Ferrari, quien en esta ocasión hace gala de su alias Orodembow: “Tenía la letra y el beat, y él lo llevó a otro nivel. Es medio atmosférico, está más rapeado y no es tan melódico.”
A pesar de que la canción sucesora de Marruecos es la cuarta que cuelga en Spotify, el arrebato solista de la artista sucedió en simultáneo al trajín de su agrupación. “Ambas cosas iban de la mano, y por ahí tiraba un tema por YouTube de manera misteriosa”, revela. “Es algo que siempre quise hacer, y por estar al palo con Coral Casino no lo organizaba o activaba. Los dúos no son muy diferentes a las bifurcaciones. Siempre es piola lo que sucede cuando nos encontramos, como sucedió esta vez. Y lo seguiremos haciendo de la forma que sea. Roque es la persona con la que más encuentro musical tuve en mi vida.”
¿Se separó Coral Casino?
--Sacaremos música cuando tengamos ganas. Si bien hay gente que aún no sabe que Coral Casino se tomó una pausa, lo más loco es que lo descubrió ahora. No me gusta decir que se separó. Fiebre es la evolución de otra cosa.
Si el dúo asumía una propuesta más experimental, tu perspectiva pareciera más mainstream.
--Es un sonido que fui encontrando en estos años. Coral era más experimental, desde el rhythm and blues. Cuando trabajo con 0-600 (productor de Marruecos) o con Roque, logramos algo que se puede entender. Sin embargo, no estoy atrás del mainstream. Podría tener un montón de fórmulas, y no deja de ser freak. Pero hoy hay público, y están pasando un montón de cosas diferentes en Argentina. Es distinto al momento en el que apareció Coral Casino, que no sabíamos ni con quién compartir fecha.
¿Sentís que se te reconoce tu rol de pionera de la actual escena argentina de la música urbana?
--Cuando empezó a suceder todo y yo estaba aún buscándome, me enrosqué con eso. Pero viéndolo hoy, para mí es hermoso que haya cosas nuevas sucediendo todo el tiempo. Me llegó data de chicas más pequeñas que me escuchaban antes de arrancar a hacer música. No estoy enojada con el reconocimiento.
Lo que sí mantuviste es tu manera de cantar: nocturna, enigmática y hasta nostálgica. ¿Te seguís sintiendo cómoda ahí?
--Esa nostalgia, lo melancólico en la voz, está en todas mis canciones. Por más que el beat esté arriba, uno no se para de la misma forma. Aunque sí con la misma voz.
Tus letras no son feministas pero están dirigidas a las mujeres. ¿Militás o empatizás?
--Cuando digo que no milito en mis letras es porque no estoy hablando del aborto. Soy consciente de que hay un montón de artistas que son más políticas en sus canciones. Las mías no se bien qué representan, pero sí sé que no están dirigidas sólo a hombres, como mucha música del género. Soy una chica con la que una piba se puede sentir identificada, sin mostrarme necesariamente como un objeto de deseo. O que incluso le puede estar escribiendo una letra a una chica que le gusta.
¿Te considerás queer?
--Obvio. Pero no me interesa ser catalogada de esa ni de ninguna otra forma. Mis letras o las historias en mis videos pueden llegar a hablar de lo que le pasa a una chica con otra chica. Me encanta que eso exista y que haya pibitas escuchándolo.
¿Sigue siendo misógina la música urbana local?
--Lo que notaba antes es que las chicas que hacían reggaetón les cantaban a los hombres. Nunca a las chicas. Si bien las letras de la música urbana siguen siendo del hombre para el hombre, me receba que haya minas con voces fuertes.
¿Y cómo ves su identidad sonora?
--Hoy la escena argentina está en una muy buena, sobre todo porque se generó una industria de nuevo. Hay un público. Argentina siempre fue una plaza importante, pero no sé por qué razón los chicos no consumían lo que se estaba haciendo.
¿Te ves haciendo un remix housero de alguno de tus temas?
--Me gusta mucho el house. Me imagino que saldrá algo así en algún momento. Aunque tengo un par de canciones así, estoy tratando de pensar tema por tema. Voy viendo qué ganas me dan de sacar la próxima vez.