“Va a ser difícil revolver todo, pero esperamos una condena y que este hombre se pudra en la cárcel”, dijo Mónica, tía de Rosalía Jara, en la previa del juicio por el femicidio de la chica de 18 años, en Fortín Olmos, al norte de Santa Fe. A tres años de la desaparición de la joven, cuyo cuerpo fue encontrado más de un año después, Juan Valdez estará sentado en el banquillo de acusados, con pedido de pena de prisión perpetua, como único imputado en la causa. El fiscal Gustavo Latorre se manifestó confiado: “Consideramos que hay elementos suficientes para una sentencia condenatoria”.

Para la pequeña localidad de Fortín Olmos hoy no es un día más. En medio de las restricciones por la pandemia y a tres años de las primeras movilizaciones para reclamar la aparición con vida de Rosalía -luego, por el pedido de justicia ante el femicidio-, será una jornada  esperada, que se desarrollará a 68 kilómetros, en Vera. Quien empieza a ser juzgado es un hombre de 40 años, que fue profesor de educación física de Rosalía y padre de su pequeña hija. La teoría de la acusación tiene que ver con que la víctima le pedía al imputado que se hiciera cargo de su responsabilidad en cuanto a la paternidad de la nena.

Tras los alegatos de Fiscalía, querella y la defensa de Valdez -que tendrá un solo abogado, ya que otros dos presentaron la renuncia al caso-, la madre de Rosalía será la primera de una lista de más de 130 testigos. “Va a ser un momento complejo y tendremos que estar ahí para sostenerla, porque esto significa remover todo lo que fue sucediendo”, dijo Mónica sobre las expectativas de la familia y el pueblo que acompaña el reclamo.

Rosalía fue vista por última vez la noche del 1° de julio de 2017, en una garita de colectivo, a la vera de la ruta provincial 1, donde hay una frase pintada: "Rompe el silencio". Cuando hacía un año y casi dos meses que estaba desaparecida, sus restos fueron encontrados el 26 de agosto de 2018, en un descampado ubicado en la zona del paraje El Bonete. Si bien la autopsia no pudo determinar la causa específica de la muerte, se le encontró un golpe importante en la zona del pómulo izquierdo. La acusación contra Valdez, que ya estaba detenido, se modificó a “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por ser cometido de un hombre hacia una mujer, mediando violencia de género (femicidio)”.

El acusado se negó a declarar acerca de la relación que mantenía con Rosalía y sobre las numerosas comunicaciones telefónicas que se constataron entre ambos, aquella noche, pese a que él borró información del teléfono. La acusación expresa que "Rosalía -quien estaba en un bar con otras personas- subió al auto, donde el acusado le quitó el celular y actuó con dolo homicida”. También plantea que Valdez "abusaba del estado de vulnerabilidad económica, cultural, social y de género" de Rosalía.

Cuando tomó la causa a fines del año pasado, la querellante Carolina Walker dijo que el imputado “mantenía relación con la víctima -que fue su alumna de educación física- desde que ella tenía 12 años. Había una situación de vulneración y él le empezó a dar dinero para tener relaciones, pero ella era una niña". "Claramente no se puede hablar de relación consentida”, aseguró.

Ayer, el fiscal Latorre sumó que la importancia del caso tiene que ver con que “estamos frente a un femicidio; la muerte de una persona joven, madre de una nena pequeña, en una localidad chica, donde estuvo desaparecida más de un año, y eso llevó a que tomara un estado público importante en el que se interesaron organismos de derechos humanos, legisladores y demás”.

La sentencia del tribunal compuesto por Mauricio Martelossi, Norma Senn y Gonzalo Basualdo se conocerá el 3 de agosto. Hubo un pedido de organizaciones para que se televisara el proceso pero hasta anoche  no hubo novedades.