"Atravesé un proceso judicial de seis años y quiero contar lo que me dejó para que se pueda mejorar el trato de la justicia y la sociedad en general hacia las víctimas", así comenzó Giuliana Peralta a relatar el proceso que vivió desde el año 2014, cuando denunció por abuso sexual al por entonces futbolista de Independiente Alexis Zárate. El pasado viernes, a casi tres años de su condena, Zárate fue finalmente detenido y ahora la víctima grabó una serie de audios que llegaron a Página 12 a través de su abogada Raquel Hermida. Peralta realizó una fuerte crítica tanto a los procedimientos judiciales como al tratamiento mediático que recibió su caso: "Tuve que soportar que descrean, que dijeran que quería plata, ver mis fotos en las noticias y siempre elegían justo las que tenía bikini o pollera, son muy pocos los comunicadores que me respetaron", sentenció.
En los audios grabados este lunes, la mujer de 26 años narró con detalle cada una de las instancias que tuvo que atravesar durante los más de seis años que pasaron desde marzo de 2014, momento en que decidió hacer la denuncia penal: "las que pasamos por
una violación no queremos contarlo, yo se lo dije a mi mamá porque me vio con la cara totalmente desfigurada por el llanto y gracias
a que me obligó a contarlo pude hacerlo". Entonces, Peralta realizó la denuncia en el partido de Avellaneda "a pesar de recibir mensajes de Martín Benítez y Nicolás Pérez para que no lo hiciera", contó.
La noche en que Zárate abusó sexualmente de Peralta, ella se encontraba durmiendo con Benítez, quien por entonces era su pareja. Según se determinó en el juicio oral, Zárate ingresó a la habitación y abusó de la mujer, que se despertó y forcejeó mientras le gritaba a Benítez que la ayudara. Desde entonces y hasta el momento de la denuncia, Peralta recibió mensajes de Benítez y Pérez, también jugadores de Independiente, quienes le pedían "por favor" que no hiciera la denuncia: "No sé qué podemos hacer, pedime lo que quieras", decía uno de los mensajes de Pérez que consta en la causa y que el viernes la propia Peralta publicó en su cuenta de Twitter.
A pesar de estos mensajes, la mujer, que entonces tenía 21 años, decidió "hacer la denuncia igual para que ninguna chica pase lo que pasé yo en ese departamento", según afirmó ahora. "Mientras ellos continuaban jugando como si nada hubiera pasado, en
las redes la gente me trataba de
mentirosa. Tuve que encerrarme en una pequeña burbuja
de contención con mi familia y mis amigas", contó Peralta. Ni Pérez ni Benítez fueron juzgados por su responsabilidad en los hechos.
Además de denunciar el trato que su caso recibió por parte de los medios de comunicación, Peralta criticó el proceso judicial que debió atravesar. Según mencionó en su relato, luego de hacer la denuncia comenzó "la segunda tortura": "Me llevaron a hacer hisopados vaginales y anales por un médico hombre ¿Se entiende? Un hombre, después de haber sido violada", detalló la mujer y agregó que después fue citada "tres veces para hacer pericias psiquiátricas y psicológicas, porque con jugadas legales lograban anularlas. Las pericias duraban dos horas y en cada una me hacían relatar el hecho con un test, como si fuera una evaluación".
En el año 2017 la mujer decidió cambiar su abogado porque comenzó "a descreer del que tenía, la causa estaba archivada en un cajón y sin futuro posible. Había muchos arreglos entre los intervinientes". Entonces, Peralta contrató a Hermida quien, resaltó, "sacó a la causa del cajón" y en septiembre de ese año, tres años y medio después del abuso sexual, el caso llegó a juicio oral: "Unos días antes el fiscal me citó y me hizo preguntas muy incómodas, específicas de la violación. El juicio duró una semana y fue la peor de mi vida, intentaron difamarme en todo momento".
El proceso finalizó con la condena a seis años y medio de prisión por el delito de "abuso sexual con acceso carnal" para Zárate, que tardó casi tres años en ser detenido. En el medio su defensa apeló la sentencia en la Cámara de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires y, aunque la Cámara falló en su contra, el jugador presentó un recurso extraordinario federal en la Suprema Corte provincial para pedir que su condena fuera revisada por la Corte nacional. Cuando el pasado viernes este recurso fue rechazado, la detención de Zárate se efectivizó en su domicilio de la localidad de Piñeyro. Antes, el futbolista llegó a irse a jugar a Letonia, país sin extradición con Argentina, para evadir la condena y fue la propia abogada de la víctima quien debió solicitar a la justicia que lo obligara a regresar a Argentina.