El gobierno de Uruguay dispuso exigir un test de coronavirus a todas las personas que ingresen a ese país. Así lo establece una ordenanza oficial, que plantea que determina también en qué momento y cómo habrá que someterse a la prueba.
La disposición del gobierno de Luis Lacalle Pou, que actualiza los requisitos para entrar al territorio uruguayo en el marco de la pandemia de covid-19, indica que se solicitará “acreditar un resultado negativo de test de detección de virus SARS CoV-2” mediante técnica PCR-RT o técnicas de diagnóstico aprobadas en el futuro por el Ministerio de Salud Pública (MSP).
Estos test deberán ser realizados hasta 72 horas antes del ingreso a Uruguay “en un laboratorio debidamente acreditado y habilitado en el país de origen o tránsito”. A su vez, la ordenanza firmada por el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, aclara que la continuación del viaje “quedará supeditada a cualquiera de estos resultados”.
Siguiendo esta línea, en caso de permanecer más de siete días en territorio uruguayo, el viajero deberá realizarse nuevo estudio PCR.
La norma también establece la exigencia de una declaración jurada a los que ingresen sobre la ausencia de síntomas de coronavirus, así como sobre la ausencia de contacto con casos confirmados o sospechosos en los 14 días previos al viaje. Asimismo, todos los extranjeros deberán contar con un seguro de salud que garantice su asistencia en caso de contagio.
Uruguay mantiene sus fronteras cerradas desde marzo, cuando detectó sus primeros casos de coronavirus. Si bien este mes el país retomó los vuelos comerciales con España, las autoridades recordaron que todavía no hay una apertura al turismo.
Actualmente, solo pueden ingresar uruguayos, extranjeros residentes o miembros de cuerpos diplomáticos, entre otras excepciones, como entradas por razones humanitarias, de reunificación familiar o por motivos laborales.
Si bien Uruguay ha sido muy elogiado por su control en la propagación del coronavirus -cuenta hasta este lunes con apenas 73 casos activos-, su mayor debilidad reside en sus fronteras. Los dos últimos brotes de covid-19 tuvieron lugar en Rivera y Treinta y Tres, departamentos fronterizos con Brasil, el segundo país más castigado del mundo por la pandemia después de Estados Unidos.
A esto se suma que el viernes 24 de junio dos argentinos recién llegados al país dieron positivo de covid-19, lo que obligó al gobierno a rastrear a los más de 200 pasajeros con quienes compartieron el barco para que se realizaran pruebas, y puso el foco sobre el riesgo de los ingresos desde el exterior.