Desde Londres
Las cosas no le están saliendo al gobierno británico víctima de sus propios errores. El primer ministro Boris Johnson cosechó un diluvio de críticas luego de que responsabilizó a las Residencias de Ancianos por las 20 mil muertes ocurridas en sus instalaciones por la pandemia.
En paralelo, tres pubs anunciaron que cerrarían sus puertas luego de que algunos clientes dieran positivo en el test de coronavirus tras la apertura generalizada del sector de servicios este “supersábado”. La policía tampoco se mostró satisfecha con la abrupta desescalada del confinamiento. En referencia a los incidentes que sucedieron en diversos puntos de Inglaterra, el presidente de la Police Federation señaló que la reapertura dejó en claro que “la borrachera y el distanciamiento social no son compatibles”.
En una conferencia de prensa esta mañana el portavoz de 10 Downing Street repitió el mismo libreto para responder las ocho preguntas que le hicieron sobre los comentarios del primer ministro en relación a las residencias de ancianos. “Ellos han hecho una tarea excepcional bajo circunstancias muy difíciles. Lo que el primer ministro estaba diciendo es que nadie sabía plenamente cuál era el procedimiento adecuado debido a que no se conocía el nivel de transmisión asintomática”, dijo el portavoz.
El problema es que en su atribulada visita a Yorkshire en el norte del país Johnson no dijo nada de lo que su portavoz dice que dijo. Ante una pregunta sobre la cantidad de muertes en las residencias, el primer ministro no habló de "tarea excepcional" en "difícil circunstancias" sino de un inadecuado seguimiento de las reglas del gobierno. “Descubrimos que muchas residencias no siguieron los procedimientos como debían. Pero estamos aprendiendo. Lo más importante es financiarlas apropiadamente. Estamos analizando medidas para que el sector esté apropiadamente organizado”, dijo Johnson .
Reescribiendo la historia
El clamor contra sus declaraciones fue generalizado. Entre la lluvia de críticas de las mismas residencias y organizaciones afiliadas, de diputados opositores, sindicatos y comentaristas, una de las más virulentas fue esta mañana en "Today", el principal programa radial matutino de la BBC. “En el mejor de los casos, fue un comentario torpe y cobarde. Estamos cada vez más inmersos en una realidad alternativa en la que el gobierno establece las reglas, nosotros las cumplimos, luego a ellos no les gusta el resultado y entonces niegan haber sido los responsables de las reglas y acusan a los que estaban intentando cumplirlas. Es un intento de reescribir la historia. Y me parece cobarde porque es un insulto para más de un millón y medio de trabajadores en el sector que reciben un salario mínimo, con frecuencia sin cobertura en casos de enfermedad, y se juegan la vida para proteger a nuestros padres, abuelos y niños”, dijo el CEO de la Community Integrated Care, Mark Adams.
En las residencias ha habido unos 20 mil certificados de defunción por covid-19: casi la mitad de los 45 mil reconocidos a nivel nacional. Según un estudio de la London School of Economics, la cifra es 13 veces mayor que los decesos ocurridos en las residencias de ancianos de Alemania y el doble que en Francia y Suecia. En este marco, para el matutino The Guardian, los comentarios de Johnson forman parte de una estrategia del gobierno para encontrar chivos expiatorios de cara a la investigación pública que seguirá inevitablemente a la pandemia.
Uno de los organismos estatales elegidos para el sacrificio es la Public Health England (PHE) creada por los conservadores en 2013. A fines de febrero la PHE dijo que era muy improbable que las residencias sufrieran contagios. Un mes más tarde la secretaria de estado a cargo del sector admitió que no tenía los datos de muertes en residencias en momentos en que los mismos medios conservadores empezaban a hablar de cientos de decesos. En abril un informe gubernamental reconocía que unos 25 mil pacientes hospitalarios fueron dados de alta y reingresaron a sus residencias sin que se los testeara.
La directora de la National Care Association, que representa a las pequeñas y medianas empresas del sector, calificó de “cachetazo” las declaraciones de Johnson. “A pesar de que no nos dieron equipo médico, que no se nos testeó, que no se invirtió en el sector, trabajamos días y noche. Es una enorme desilusión que el primer ministro haya dicho eso”, señaló Nadra Ahmed.
El supersábado de la discordia
La realidad es que el gobierno desaprovechó los primeros meses del año para lanzar su estrategia frente a la pandemia, ninguneó el virus hasta que fue muy tarde y parecería que ahora está errando el camino de salida de la cuarentena, exponiendo a la población a un segundo brote.
Johnson anunció la primera etapa de salida de la cuarentena a principios de mayo cuando autorizó el trabajo en la construcción y el sector manufacturero y relajó un poco las reglas de interacción social. Pero el gran salto fue este “supersábado” con la reapertura de pubs, restaurantes, cafés, bares, peluquerías y cines bajo nuevos protocolos y reglas de distanciamiento.
El domingo el presidente de la Police Federation, John Apter, dejó en claro lo que pensaba del experimento. “La gente que toma de más no está en condiciones de respetar la distancia social. Hubo que lidiar en algunos lugares con gente desnuda, con borrachos felices y borrachos agresivos, con peleas y con más borrachos agresivos”, señaló Apter. En el condado de Nottinghamshire hubo arrestos y varios pubs decidieron cerrar sus puertas ante los desmanes que ocurrían en su interior. En Newcastle solo un 30% de los establecimientos abrieron sus puertas ante la posibilidad de incidentes.
Este martes trascendió que al menos tres pubs que sí reabrieron sus puertas el “Super Saturday” se vieron forzados a cerrar nuevamente debido a que su personal o clientes dieron positivo. En un posteo en su página de Facebook, un pub en Sumerset, sur del país, “The Lighthouse Kitchern and Carvery”, señaló que uno de sus clientes había dado positivo y que estaban intentando ubicar a los que habían pasado por el pub el super sábado. “No es el mensaje que hubiéramos querido escribir, pero vamos a cerrar debido a que uno de nuestros clientes dio positivo. Todo nuestro staff va a ser testeado y reabriremos cuando sea apropiado y seguro”.
En la misma dirección apuntaron otros dos pubs, uno en West Yorkshire, norte del país, y otro en Hampshire, sudeste de Inglaterra. La apertura fue criticada por “prematura” y no fue adoptada por Escocia y Gales. El impacto real se sabrá en las próximas semanas cuando se pueda evaluar con más precisión la Tasa de Contagio R.
Salvo que haya una crisis de proporciones catastróficas, es difícil que el gobierno dé marcha atrás a nivel nacional: la apuesta política es a que la salida haga olvidar el comienzo de la crisis. En su mensaje el viernes pasado el primer ministro apuntó a la posibilidad de un seguimiento local con cuarentenas localizadas en caso de rebrotes. Esto ya está sucediendo. Una ciudad textil en el Norte del País, Leicester, no llegó al super-sábado porque fue declarada en cuarentena el lunes pasado. En los próximos días se verá si lo siguen otras localidades.