Patricia Bullrich ya no podrá tomar la decisiones sola. Tras el escándalo por el comunicado acerca de Fabián Gutiérrez, y luego de un día de negociaciones tensas, se conformó una mesa ejecutiva del PRO de nueve integrantes: cuatro que responden al eje Bullrich-Mauricio Macri, otros cuatro que son del sector "dialoguista" y uno que se lo disputan de ambos bandos. Desde el sector de Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal se mostraron confiados en poder hacerle el 5-4 a Macri en caso de que haya que votar algo, aunque todos se comprometieron a sacar las decisiones por consenso. "Lo que queda claro es que lo del comunicado no pasa más", indicaron en el partido.
A Bullrich le salió caro el haber sacado el comunicado de Gutiérrez antes de que se resolviera la discusión interna en el Whatsapp partidario. No sólo llevó a que algunos dirigentes de peso -como el intendente de Lanús, Néstor Grindetti- se fueran en señal de protesta, sino que la situación terminó con una nueva mesa ejecutiva, donde ella sigue ocupando la presidencia, pero -en la práctica- tendrá que pasar todas sus decisiones por un grupo amplio.
La comunicación interna de la nueva mesa estuvo a cargo de Bullrich, quien escribió: Estimados miembros del Consejo del PRO: en razón de la necesidad que visualizamos en diversas oportunidades de tomar decisiones en un ámbito más expeditivo he decidido conformar la Mesa Ejecutiva". Quedó conformada por ella, por dos integrantes por la Ciudad de Buenos Aires (el vicejefe Diego Santilli y el ministro de Ambiente Eduardo Macchiavelli), dos por la provincia de Buenos Aires (el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y el titular de la bancada de Diputados, Cristian Ritondo), tres por los otros distritos (Laura Rodríguez Machado, de Córdoba; Federico Angelini, de Santa Fe; y Omar de Marchi, de Mendoza). Además, pese a que se cuestionó su representatividad, Macri logró colar a su ex secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, para equilibrar los números.
Un mapa para entender quién es quien en esta mesa: hay cuatro que son del ala "dialoguista" (Macchiavelli, Ritondo, Santilli y Jorge Macri), otros cuatro responden al ala dura que conduce Macri (Machado, De Marchi, De Andreis y Bullrich). El noveno es Federico Angelini, quien firmó el comunicado con Bullrich y se viene mostrando más cercano a ella, pero al que desde el otro sector contaban como alguien que podrán sumar a los suyos. "En cualquier caso, Pato ya nos escapa más", comentó a este diario uno de los que tendrá la tarea de controlarla de aquí en más.
Negociaciones
Si bien todos dijeron que las decisiones se tomarán por consenso, habrá mecanismos de votación con mayorías especiales (dos tercios) para que nada se pueda definir por un solo voto. Esa fue otra condición que la arrancaron a la presidenta del PRO para poder cercarla, en una negociación que tuvo sus puntos tensos (como cuando Bullrich se enojó por cómo algunos diarios plantearon la nueva mesa como una virtual intervención y cortó el diálogo por algunas horas).
Los encargados de negociar con la flamígera lugarteniente del expresidente fueron Jorge Macri y Santilli. Los dos habían participado del Zoom del lunes por la noche que convocó Larreta y en el que también estuvieron Vidal, Ritondo, Grindetti, Esteban Bullrich, entre otros. Desplazar a Bullrich no era posible (la respalda Macri), por lo que fueron por la segunda mejor opción: crear una mesa donde se vea imposibilitada de tomar decisiones sola.
Enfurecida con la avanzada sobre su poder, Bullrich les había contestado a través del diario La Nacion: "Los partidos políticos están para hacer política, no para quedar bien". Y se enojó con lo que considera una "conducción paralela" del partido. Si bien la dirigente pierde poder con esta nueva conformación, logró negociar para incluir a De Andreis y a otros dirigentes como De Marchi, que la secundarán.
En un día de duras negociaciones, la presidenta del PRO tuvo el respaldo del diputado Waldo Wolff, quien dijo que está "hombro con hombro" con ella. También se expresó Laura Alonso que, en referencia a la tapa de ayer de Página/12, dijo que Bullricho no se rinde. Pero no muchos más salieron en esta dirección entre la dirigencia del PRO.
Fuego amigo
De hecho, el mismo día la dirigente sufrió fuego amigo cuando el excandidato a vicepresidente Miguel Pichetto -que integra el ala dura con ella- salió a distanciarse: "No hubo debate en Juntos por el Cambio, el comunicado salió", advirtió Pichetto. "Si se lo analiza en el contenido, diría que no es tan dramático, tal vez el título tenga algún voltaje. Se requiere una etapa de mesura, de dejar actuar. La Justicia de Santa Cruz tiene un desafío, el de darle a este hecho la mayor claridad ante la opinión pública. Hay que dejar que el proceso judicial avance, tener más claridad. Por las características, es un homicidio brutal", indicó Pichetto.
Por su parte, el senador Esteban Bullrich admitió: "Claramente hay diferencias en Juntos por el Cambio y dentro del PRO". "Las diferencias internas existen, pero están por debajo del sentimiento de que hace falta una oposición unida, coherente y que trabaje, poniendo los límites que tiene que poner al Gobierno, pero también colaborando", intentó bajarle el tono a la disputa, aunque él había sido de los que más se enojó por la forma en que se manejó lo del comunicado. "Lo importante y relevante, más que el comunicado o cómo surge, es que la Justicia actúe para esclarecer el asesinato de Fabián Gutiérrez", indicó Esteban Bullrich.
Por segunda vez, el director del Banco Ciudad Nicolás Massot expresó sus diferencias con lo que hizo la presidenta del PRO. sostuvo que fue "apresurado y falto de prudencia". "No creo que haya sido la mejor manera de aproximarse a los sucesos, habría habido mucho mejor una cuota de prudencia", indicó Massot. Con la nueva mesa, aseguran, habrá un mayor control sobre lo que hará la presidenta del PRO de ahora en más.