Una encuesta realizada por la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) y el CONICET arrojó datos alarmantes sobre cómo afecta la cuarentena a las condiciones laborales y económicas de las empleadas domésticas. Uno de los datos más graves es que apenas el 33 por ciento de las trabajadoras cobró el salario sin poder trabajar ante la pandemia de coronavirus.
El estudio, que fue llevado a cabo por el Programa Salud, Subjetividad y Trabajo de la UNLa y el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL) del CONICET, comprobó que más de la mitad vio perjudicada su situación a partir del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio.
Entre varios de los datos arrojados por la encuesta realizada a unas 635 trabajadoras, entre el 13 de abril y el 10 de mayo, se comprobó que a otro 11 por ciento le pagan porque van a trabajar a pesar de la cuarentena, y un 55 por ciento respondió que no cuenta con otro ingreso extra.
El investigador adjunto del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales Hernán Palermo aseguró, en diálogo con el Suplemento Universidad, que uno de los principales objetivos de la investigación es “hacer un diagnóstico rápido de la situación" de este sector del trabajo para "aportar a las políticas de Estado”.
“La profunda desigualdad en América Latina, y en particular en Argentina, en momentos de crisis se ahonda más, y los primeros que caen son aquellos sectores que están en las situaciones más precarias respecto a otros”, lamentó el investigador.
También aseveró que en el rubro de las empleadas domésticas otra de las observaciones que se pudo hacer es que “estar registrada o no estarlo es una diferencia, ya que es un resguardo”, y detalló que “6 de cada 10 vieron complicarse su situación a partir de la cuarentena”.
En ese sentido, especificó que en esta cuarentena “algunas trabajadoras fueron despedidas, se les redujo el salario, se las suspendió, se las despidió o se les dio vacaciones anticipadas". "Otra situación que se dio es que el cobro del IFE, de 10 mil pesos, se les descontó del salario”, añadió.
En la misma sintonía, la coordinadora del programa Salud, Subjetividad y Trabajo de la UNLa, Miriam Wlosko, remarcó que, estructuralmente, las tareas domésticas "son tareas que han sido y son invisibilizadas y desvalorizadas como tales, no sólo económicamente, sino social y moralmente”.
“Es una ocupación absolutamente feminizadas, casi el 100 por ciento son mujeres, en general de sectores populares y pobres, También está vinculada con el origen étnico y con las migraciones internas y externas”, remarcó.
“El estudio expresó, de modo obsceno, la irresponsabilidad de los privilegiados. Por ejemplo, cuando te necesito en mi casa, y aunque esté prohibido, te hago venir incluso metida en un baúl para que pases por la puerta del country poniendo en riesgo mi vida y la de la persona, pero cuando no te necesito no te pago más”, manifestó la coordinadora.