El jefe de Gabinete del Ministerio de Salud bonaerense, Enio García, advirtió que en algunas zonas del Conurbano el 70 por ciento de los hisopados para detectar coronavirus están dando positivo. "Estamos encontrando muchos positivos, y eso es un indicador de que la situación es compleja. Nos tiene que poner en alerta porque nos está mostrando que la circulación del virus es fuerte", señaló. El funcionario también confirmó que hay hospitales del primer cordón que tienen completas sus camas de terapia de intensiva. Si bien la expectativa es que en unos días se vea un amesetamiento de los casos, debido a la nueva cuarentena, en la provincia no quieren dar falsas expectativas sobre que las restricciones puedan levantarse el 17 de julio, como sugiere el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El diagnóstico es, por el contrario, que este es un momento en que el discurso político debe remarcar la necesidad de que socialmente se tomen mayores cuidados.

García señaló que la gobernación habilitó en las últimas semanas otras 200 camas de terapia de intensiva, buscando que el porcentaje de ocupación se mantenga en el actual 56 por ciento. 

Consultado sobre el salto en el número de casos --ayer fueron confirmados 3.604 nuevos contagios, un nuevo récord-- el jefe de gabinete de Salud informó que la provincia "está haciendo 4 mil testeos por día" y "cada vez encontramos más positivos". "Veníamos con porcentajes del 40 por ciento, 50 por ciento, pero hoy ya estamos encontrando en muchos lugares un 70 por ciento de casos positivos; eso es un indicador de que la situación es compleja, nos pone en alerta porque indica que el virus está circulando de manera fuerte", señaló. Para ponerlo en dimensión, un nivel de positividad del 70 por ciento fue el que decidió aislar Villa Azul, en el límite entre Quilmes y Avellaneda. Si bien el funcionario no agregó comentarios al respecto, la diferencia con aquel caso es de tipo logístico: por su extensión y complejidad, hay barrios para los que no puede pensarse un aislamiento como el de Azul.  Hay que apelar a que socialmente se logre un mayor cumplimiento de la cuarentena.

Sobre los resultados de las restricciones que empezaron el 1° de julio, García dijo que hay que esperar unos diez días para ver el efecto. Recordó que no se volvió a la Fase 1, sino que se buscó disminuir la circulación de personas.  Esta semana hubo menor circulación, aunque no al nivel de la primer cuarentena, en marzo. 

Entrevistado en la AM 750, el jefe de gabinete de Salud se diferenció del discurso de Rodríguez Larreta y su propuesta de abrir las peluquerías porteñas luego del  17 de julio. "El tema de abrir o no abrir  tiene que evaluarse en función de los datos que se vayan presentando", consideró. "Si esos datos indican que abrir más va a hacer colpasar el sistema o aumentar la mortalidad, nadie va abrir. Entiendo que en la ciudad de Buenos Aires las encuestas y grupos focales indican que hay cierto hartazgo de la población; ni siquiera es necesario un grupo focal para saberlo. Se comprende que entonces haya quienes quieran poner un discurso alentador, pero nosotros pensamos que ese discurso tiene que ser moderado. Si llegamos al 17 viendo el colapso a la vuelta de la esquina, ¿cómo se le explicamos a la población que estuvimos hablando de abrir cuando no se podía?", planteó.  García consideró que esa situación de colapso no está fuera del escenario. "Si seguimos así y no logramos frenar la circulación, ni aumentar la adherencia de la población a un aislamiento más fuerte, es posible. Vamos a trabajar para evitarlo, pero no depende solo de los gobiernos, sino de la sociedad, de que se pueda cumplir el aislamiento", dijo.