Una reciente tesis doctoral de la universidad de San Andrés concluye que el PIB de Argentina sería el doble del actual si no hubiera existido el peronismo.
El trabajo cumple con todas las tradiciones del antiperonismo propio de los enclaves coloniales del aparato académico local. La presentación está escrita en inglés, pese a ser la tesis doctoral de una estudiante argentina en una universidad de su país.
Comienza con una tradicional cita de un premio “nobel” (aunque no hay nobel de economía) repetida ritualmente por los economistas locales para retroalimentar la baja autoestima nacional: “Hay cuatro tipos de economías: desarrolladas, subdesarrolladas, Japón y Argentina”, habría señalado el economista Simon Kuznets cuya Bielorrusia natal no tiene una trayectoria económica muy envidiable.
La frase, también atribuida a Samuelson, no parece haber existido y se trata de un mito que los “rigurosos” académicos repiten sin más fuente que “una vez dijo”. ¿Será que don Simón tenía el berretín de visitar nuestras universidades y repetir como cliché de loco su frase a todo profesor que se cruzaba?
La metodología de documento descansa sobre la arbitrariedad de elegir el ascenso de Perón como el momento de cambio estructural en la evolución de la producción. Una vez elegido ese punto, se selecciona una base de países cuyo PIB evolucionaba en forma similar hasta ese momento. Como su evolución posterior fue superior, se dice que por culpa del peronismo tenemos un PIB menor.
Nótese que, si se hubiera elegido otro punto de cambio estructural como la crisis de 1929 o el golpe de 1976, el resultado en términos de “decadencia relativa” del PIB se hubiera mantenido, pero cambiaría la causa, mostrando la endeblez metodológica del trabajo.
Como señaló hace unos años Eugenio Díaz-Bonilla, la aparente decadencia relativa entre 1938 y 1960 viene de compararse con Estadsos Unidos que duplicó su PIB entre 1938 y 1944 y con el efecto estadístico de la reconstrucción de la economía europea de posguerra. Sacando esos eventos externos, la trayectoria económica de Argentina no es diferente del resto y el quiebre estructural que muestra una profunda declinación se produce a partir del golpe militar de 1976.
Por otro lado, la elevada renta por habitante de los tiempos del "granero del mundo" era similar a la que muestran hoy algunos emiratos petroleros, como resultado de la explotación de una gran riqueza natural en un país de escasos habitantes.
En ese sentido, poco se puede decir en materia de desarrollo económico a partir de la trayectoria de esa sola variable y menos utilizarla para ficcionar mundos históricos paralelos con herramientas econométricas adentrándose en la polémica cliometría.
Al respecto, la primera medición oficial del PIB se hizo en 1946 en el marco de la búsqueda de información precisa para diseñar el primer plan quinquenal. De no existir el peronismo, tal vez no habría datos para que la estudiante de la universidad de San Andrés termine su tesis doctoral.
@AndresAsiain