Más de 70 economistas y académicos encabezados por el Premio Nobel Joseph Stiglitz y Thomas Piketty instaron hoy nuevamente a la comunidad internacional a respaldar a la Argentina en el proceso de renegociación de deuda y advirtieron, desde el título, que "los acreedores soberanos no deben reescribir las reglas durante la pandemia" mientras se discute cómo se lleva adelante la reestructuración ante los acreedores
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En una columna publicada en el portal estadounidense Project Syndicate
, los economistas señalaron que “si la Argentina accediera a las demandas de un grupo de acreedores atrasados -en referencia a las pretensiones del denominado Grupo Ad Hoc-, crearía un precedente desastroso que retrasaría en más de una década el desarrollo de la arquitectura legal internacional para la deuda soberana”.
En el texto, se destaca que el gobierno de Alberto Fernández "está utilizando la cláusula hábilmente y un grupo de acreedores ha propuesto retroceder y está presionando a la Argentina para que la elimine". En la mirada de los economistas, ante la falta de un marco global para reestructuraciones de deuda, la Cláusula de Acción Colectiva (CAC) es “una medida prometedora que permite que avance una reestructuración donde sea aprobada por una gran mayoría del conjunto de acreedores”.
Los especialistas internacionales aludieron así a la pretensión del denominado Grupo Ad Hoc de que todos los bonos nuevos que la Argentina emita para el canje estén regidos por las CAC de 2005 y 2010, dejando de lado las cláusulas que comenzaron a correr a partir de 2014, y que son más beneficiosas para los soberanos.
En opinión de los firmantes, el progreso que significaron las cláusulas que comenzaron a regir en 2014 fue producto de “la reacción comprensible al litigio de los ´fondos buitre´ contra la Argentina en Nueva York, que amenazó una reestructuración ya viable apoyada por la mayoría de los acreedores de la nación”. En tal sentido, destacaron que el nuevo estándar de las CAC fue desarrollado a través de un grupo de trabajo del Tesoro de los Estados Unidos y evaluado favorablemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2014.
“Se ha convertido en la mejor práctica de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales y ha sido respaldado por el G20 como un elemento indispensable de la arquitectura financiera internacional para la deuda soberana”, enfatizaron en un pasaje de la nota.
En otro tramo del escrito detallaron que “la propuesta de los acreedores es reemplazar las CAC con arreglos más antiguos, que podrían conducir nuevamente a la depredación de fondos buitres que un número creciente de países ha enfrentado en las últimas dos décadas”. En el cierre se lee: "Creemos firmemente que la comunidad internacional debe presionar a estos acreedores para que retiren la demanda y apoyen a la Argentina para rechazarla”.
Entre los más de 70 firmantes se destacan, además del Nobel 2001 Joseph Stiglitz y Thomas Piketty (autor de El capital en el siglo XXI); el jurista Robert Howse; el exsubsecretario del Tesoro de los Estados Unidos para Asuntos Internacionales, John B. Taylor; la politóloga Anne-Marie Slaughter; y el execonomista jefe del Banco Mundial, François Bourguignon.