Van más de 110 días de cuarentena y la incertidumbre y la preocupación se han vuelto habituales en el sector teatral. Un grupo numeroso de asociaciones -las más representativas del ámbito- comparte la sensación de hallarse en una situación “extrema”. Entre ellas se encuentran la Asociación Argentina de Actores (AAA), Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI), Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI), Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina (APDEA) y Argentores, entre otras.
Actores, actrices, técnicxs, dramaturgxs, directores, productores, empresarixs, gestores de espacios y un largo etcétera están cruzados por el dilema común de la parálisis del teatro y la incógnita de cuándo volverá. Pregunta por ahora sin respuesta. De momento, la actividad asomó en Rosario, Santa Fe, cuyas autoridades afirmaron haber puesto en marcha una experiencia “pionera” : teatro en salas bajo un estricto protocolo, pero transmitido vía streaming. Una novedad de esta semana es que la municipalidad de Posadas aprobó un protocolo para trabajadores de la cultura independiente, habilitando ensayos y capacitaciones a baja escala. En otras ciudades volvieron o estar por volver las clases.
Teatro x la Identidad, brazo teatral de Abuelas de Plaza de Mayo, emitió recientemente un comunicado
con la propuesta de generar una reunión intersectorial que agrupe a todos los actores del ámbito, golpeados cada uno a su modo. La adhesión fue “inmediata” y muy grande: 3 mil firmas, detalla a Página/12 Cristina Fridman, una de las integrantes de la Comisión Directiva de TxI. Han adherido tanto asociaciones como artistas “sueltxs”. “Al ver que cada sector estaba pidiendo a gritos ayuda se nos ocurrió hacer un documento que nos visibilice a todos”, cuenta la actriz. La idea es que cada entidad elabore tres, cuatro puntos con sus “necesidades básicas en este contexto” para la conformación de una mesa de trabajo y un acercamiento a las autoridades.
“Más allá de las reivindicaciones que cada sector hace tiene que haber un consenso respecto a un proyecto cultural. La Covid puso en evidencia la situación de precariedad que atraviesa hace muchísimos años el ámbito de artes escénicas. Hay mucho para trabajar, y si no nos juntamos va a ser imposible. Ayudas hay, pero por supuesto que no alcanzan. La aspiración es armar un gran documento donde se manifiesten las necesidades de cada sector. Es un debate que nos debemos”, amplía Fridman. Las que han adherido son asociaciones que han apoyado siempre a TxI por su importante labor en los derechos humanos: “Por eso humildemente hemos llamado a la unidad”.
Sector por sector
La Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET) es una de las que firmó. Carlos Rottemberg, integrante de la entidad, dice que tiene la “esperanza” de que el 11 de septiembre, Día del Autor, abran los teatros al público, con el 50 por ciento de su capacidad ocupada y los espectadores distribuidos con butacas de por medio. Estas medidas están planteadas dentro de un protocolo
que productores presentaron a las autoridades. Rottemberg remarca que aquello de septiembre es una "esperanza"; que todo está sujeto a la evolución de la curva de contagios. Que no hay "dicotomía" entre economía y salud.
“Quiero y necesito abrir, sí, pero
¿cómo se hace desde el rol de organizador? Tiene una responsabilidad
distinta a la del artista y ni hablar a la del público. Los mismos medios que te azuzan
para que abras son los que te azuzan como responsable de haber enfermado
gente”, afirma. “Nunca trabajé tanto para perder menos. Los empresarios
estamos muy mal. Pero no puedo ser capitalista en el éxito y convertirme en
socialista en los fracasos. El riesgo es la justificación moral del empresario. La reserva del verano en Mar del Plata estaba
intacta cuando llegó esto en marzo: con esto tiramos. Los ‘multis’
(Multiteatro y Tabarís) tienen un banco como auspiciante. Le hemos pedido que
nos banque, disponer de créditos”, detalla.
Respecto del futuro del teatro,
vaticina que va a “volver al cauce”, aunque recuerda que, con la gripe A, el público se tomó tres meses para poblar con confianza las salas. Le preocupa la “buena prensa del streaming vendido como teatro". “Espero que si
eso avanzase a futuro no surjan también solicitadas sorprendidas por el cambio
de destino comercial de los repentinamente anacrónicos edificios teatrales”,
sostiene. A pesar de que se considera “componedor y mediador”, cree que son “demasiadas las divisiones imperantes" entre los firmantes del documento propuesto por TxI
como para “pretender cargarle al Estado Nacional también esta responsabilidad”.
"El autor siempre queda afuera. Hay una desvalorización notable", sentencia, por su parte, Roberto Perinelli, secretario de la Junta
Directiva de Argentores. El streaming no fue la excepción: "Se lo quiso saltear olímpicamente". Mientras que el Cervantes hizo un "convenio muy bueno" con la entidad para que lxs dramaturgxs cobraran por las obras trasladadas a la virtualidad, no sucedió lo mismo con el San Martín: se discutió un convenio, se llegó a un texto definitivo pero "faltan las famosas firmas y no han pagado un mango". "Con respecto a los teatros comerciales tuvimos un planteo y llegamos a un acuerdo, con los independientes no hay dificultad", añade Perinelli.
El dramaturgo afirma que "los autores teatrales no viven tanto de su autoría", que la mayoría complementa con la enseñanza. "La dramaturgia está más agraciada para las clases por Zoom", destaca. Por otra parte, en torno a las medidas del Estado, dice: "Entiendo que no ha habido una protección especial para los autores. En todo caso ligan cuando hay alguna medida en la que entra todo el paquete".
"Contra la expectativa negativa tengo una positiva: apenas se vaya el miedo -no digo al día siguiente- habrá una cola hasta la esquina... poco a poco vamos a volver a la normalidad. La intersectorial siempre es interesante si se proponen medidas posibles. La gente del teatro tiene esa propensión: el agrupamiento está en el cuerpo. Encuentro buena predisposición de parte de organismos oficiales, pero no tienen todo el dinero del mundo, hay limitaciones, toda una suerte de problemas alrededor."
El secretario gremial de la Asociación Argentina de Actores, Carlos Berraymundo, expresa: "Está totalmente parada la actividad y estamos en una crisis muy grande, pero entendemos que lo más terrible es que alguien se infecte o se muera. Entregamos bolsones de comida. Tenemos la obra social en una crisis total. Al no haber ingreso, lamentablemente no sé cuánto tiempo podrá funcionar". Las medidas del Estado resultan "insuficientes" para lxs artistas. "Hemos trabajado para intentar una tarjeta alimentaria; son cosas que sugerimos para ver qué se puede hacer. Hay una dificultad para establecer un subsidio concreto para la actriz o el actor", agrega el dirigente. "La convocatoria de TxI es importante, nos marcó desde el lugar que tiene que ver con los derechos humanos", concluye.
"Venimos de emergencia en emergencia", dice Liliana Weimer, presidenta de ARTEI, en torno a la situación de las salas del circuito independiente . "Después de mucha espera, gestión y trabajo logramos que el Ministerio de Cultura porteño, a través de Proteatro, pagara el subsidio de funcionamiento anual, a lo que se suma un plus por la emergencia (10 mil pesos mensuales durante un año). Este dinero, contrariamente a la idea que algunxs periodistas pretendieron instalar, no cubre la tercera parte del gasto de una sala", detalla y advierte.
Entre los referentes de espacios hay mucha "angustia". Escena, organización que también representa a salas, informó recientemente acerca de tres cierres. "Va a ser dificilísimo encauzar y arrancar. No podemos cubrir emergencias eternamente. Entre septiembre y octubre se va a definir qué salas siguen y cuáles no". Weimer sentencia: "Considero que el año está absolutamente perdido". "El desarrollo teatral local está entre los más importantes del mundo pero esa cultura puede desaparecer si no nos ocupamos de defenderla", advierte el comunicado de Teatro x la Identidad.