El 18 de julio de 1994 se produjo el atentado contra la AMIA, que causó 85 muertes y aun continúa impune. A pocos días del 26º aniversario del ataque, la mutual judía produjo un video, difundido a través de las redes sociales, en el que Ricardo Darín repite el monólogo final de Charles Chaplin en El gran dictador.
El texto que recita Darín, y cuyos derechos fueron obtenidos por la AMIA para este aniversario, es el que sigue:
"Lo siento, pero no quiero ser emperador; ése no es asunto mío. Yo no quiero dominar ni conquistar a nadie, me gustaría ayudar a todos de ser posible. Todos queremos ayudarnos unos a otros. Los seres humanos somos así. Queremos vivir para hacer felices a los demás, no para causar la miseria del otro. No queremos odiar, ni despreciar a nadie. En este mundo hay lugar para todos.
Pero la codicia ha envenenado el alma. Ha levantado barricadas de odio. Nos ha empujado hacia la miseria y las matanzas. Nos hemos desarrollado muy rápido, pero nos hemos encarcelado en nosotros mismos. La maquinaria, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestros conocimientos nos han hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y desconsiderados. Pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que astucia, amabilidad y gentileza. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo estará perdido.
Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana. Exige fraternidad universal y la unión de las almas.
A aquellos que me puedan oir les digo: no desesperen. El odio pasará, no se rindan. Ustedes no son máquinas, no son ganado. Son seres humanos. Y llevan en sus corazones el amor de la humanidad. Unámonos. Luchemos por un mundo nuevo, por un mundo que garantice a las personas un trabajo, a la juventud un futuro, y a la vejez, seguridad.
Luchemos para liberar el mundo. Para acabar con las barreras. Para acabar con el odio, la codicia y la intolerancia. Luchemos por un mundo en que la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos. Unámonos. Unámonos todos."
Con la idea y realización general de Elio Kapszuk, la dirección de Cecilia Atán y música de Leo Sujatovich, la producción audiovisual lleva el nombre de “Detengamos el odio”.
“El hecho de tener que ponerle la voz y el cuerpo a un texto tan tristemente vigente hoy, fue un gran compromiso y un desafío, pero la causa lo amerita”, destacó Darín. “Fue un honor haber sido convocado nuevamente por AMIA, en una fecha tan significativa, siguiendo con el reclamo de justicia para todos los que deseamos vivir en un mundo en paz”, aseguró el actor.
Al final del video (en el que se ven imágenes del atentado) aparece el mensaje de la AMIA: "No alimentemos el odio, detengámoslo con verdad, memoria y justicia".
El gran dictador se estrenó en 1940. Chaplin dirigió y protagonizó el film, además de escribirlo. Estados Unidos aun era neutral en la Segunda Guerra y recibió fuertes críticas por su burla de Hitler. Ambos, Chaplin y Hitler, nacieron con cuatro días de diferencia. El actor nació el 16 de abril de 1889 y el dictador, el 20 de abril. El jefe de la Alemania nazi era reconocible por un rasgo chaplinesco: el bigote.
En la película, que fue la primera producción sonora de Chaplin, el actor hace de un barbero judío perseguido por un estado totalitario fácilmente reconocible como la Alemania de Hitler. Al mismo tiempo, personifica al dictador de la ficticia Tomania, Hynkel, obsesionado con dominar el mundo.
La escena final muestra al barbero ocupando el lugar de Hynkel en un discurso que se transmite por radio y con el que Chaplin quiso transmitir su mensaje contra la guerra, el mismo que hoy rescata la AMIA, ocho décadas más tarde.