“Aquellos como Ponce de León no son muertos, sino semillas de vida: brindaron su cuerpo para defender la vida.” La definición la usó Adolfo Pérez Esquivel, titular del Servicio Paz y Justicia, para recordar al obispo de San Nicolás Carlos Ponce de León, cuya muerte, sucedida durante un viaje hacia Buenos Aires en 1977, militantes eclesiásticos, organismos de derechos humanos y el Ministerio Público Fiscal vinculan con su compromiso con perseguidos políticos y familiares de detenidos desaparecidos y atribuyen a la última dictadura cívico militar argentina.
El recuerdo de Pérez Esquivel tuvo lugar en el homenaje “ A 43 años de su martirio, sembramos memoria conociendo su prédica y su testimonio” que organizó el Encuentro Regional por la Memoria y la Justicia Cholo Budassi en un nuevo aniversario de la meurte de Ponce de León, que murió el 11 de julio de 1977 en la Ruta Nacional número 9, a la altura de la ciduad de Ramallo, mientras viajaba hacia Buenos Aires con documentación sobre detenidos desaparecidos.
Los fiscales Adolfo Villate y Juan Patricio Murray, de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Rosario, aseguraron durante el homenaje que existen testimonios en la causa que investiga su muerte así como producidos en diversos juicios por delitos de lesa humanidad que aportan información para pensar que Ponce de León fue asesinado. “Desde el Ministerio Público estamos convencidos de que se trató de un homicidio”, aseguró Villate.
Durante su intervención, retomó las características de la personalidad del obispo que más temprano había enumerado su sobrina, marisa Ponce de León, y las señaló como “razones suficientes para que atentaran contra su vida” durante el terrorismo de Estado: “Su tarea pastoral, el apoyo que bridnaba a las víctimas con las denuncias que venía haciendo, el trabajo en los barrios, las denuncias permanentes del modod e actuar de la dictadura”, enumeró. Murray, a su turno, sumó que “se enfrentó con grupos muy poderosos, como Acindar”, en relación a la defensa de los obreros de Villa Constitución que el obispo asumió durante las protestas de 1974 y 1975.
Ambos hicieron hincapié en que la Justicia “está lenta” en la investigación sobre su muerte. En esa causa, de la que fueron apartados dos jueces federales, es querellante la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense, cuyo titular Matías Moreno también participó del homenaje. “Es necesario hurgar en esos lugares incómodos que albergan las complicidades civiles del terrorismo de Estado proque solo así podremos comprender del todo la dictadura y cuáles eran los grupos que se beneficiaron con ella”, ponderó.
El homenaje, que tuvo lugar a través de la plataforma de encuentros digitales Zoom y fue transmitido a través de Facebook y Youtube, tuvo como cierre un mensaje de la Madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, quien agradeció a “los Ponce de León, a los Angelelli, a los Mugica y los palotinos por el compromiso de su vida”.