El ultraconservador Andrzej Duda se imponía por un estrecho margen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales polacas, según un sondeo a boca de urna dado a conocer tras el cierre de los colegios electorales. El actual presidente, cercano al partido Ley y Justicia (PiS), que gobierna Polonia desde 2015, habría obtenido el 50,4 por ciento de los votos según la encuesta, mientras que su rival, el liberal europeísta y alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, alcanzó un 49,6 por ciento de los sufragios. El sondeo tiene un margen de error de dos puntos, por lo que todavía será necesario verificar la eventual victoria de Duda con los resultados oficiales.
Como un símbolo de la paridad, ambos candidatos salieron a proclamar la victoria. La oposición advirtió que existieron "irregularidades escandalosas" a lo largo de la jornada del domingo. Los resultados oficiales no serán publicados hasta el lunes por la tarde e incluso podrían demorarse hasta el miércoles, según la normativa de la Comisión Electoral Estatal. En la primera vuelta , Duda obtuvo el 43,50 por ciento de los votos emitidos, mientras que Trzaskowski se había alzado con el 30,46 por ciento de las preferencias. La segunda vuelta, en tanto, alcanzó una participación récord del 68,9 por ciento.
"Ganar las elecciones con casi un 70 por ciento de participación es algo fantástico, quiero agradecérselo a todos mis compatriotas. Quiero continuar con las políticas que he llevado a cabo hasta ahora. Mantendré el diálogo con mis compatriotas y eso no cambiará", declaró Duda luego de que se dieran a conocer los datos del sondeo y se reconociera como ganador. Sin embargo Trzaskowski le salió al cruce desde el terreno donde juega de local, Varsovia: "Estoy absolutamente convencido de que cuando se cuenten todos los votos ganaremos. Afortunadamente la sociedad civil despertó, todos despertamos y esa es la razón por la que triunfaremos".
El jefe de campaña de Trzaskowski, Cezary Tomczyk, elevó la temperatura del ballotage polaco al asegurar que durante los comicios del domingo se produjeron irregularidades que afectan principalmente al voto del exterior. Casi medio millón de polacos residentes en el extranjero pueden votar en estos comicios, presumiblemente afines al candidato opositor. Tomczyk adelantó que convocarán protestas si Duda es proclamado vencedor. Según expertos, el resultado de la segunda vuelta será tan ajustado que podrían presentarse recursos ante los tribunales.
La elección iba a celebrarse en mayo, cuando Duda lideraba los sondeos nacionales, pero debió ser aplazada por la pandemia de coronavirus. El apoyo a Duda se redujo considerablemente desde entonces, en buena medida porque las consecuencias de la pandemia llevaron a Polonia a su primera recesión desde la caída del comunismo.
Luego de votar, Wojciech, obrero de la construcción de 59 años, dijo que votó por Duda por sus lazos estrechos con el presidente estadounidense Donald Trump, "lo que significa que contaremos con Estados Unidos para que nos defienda" y "porque estoy de acuerdo" con prohibir la adopción a parejas del mismo sexo.
Otros en cambio votaron por Trzaskowski buscando mejorar las relaciones con la Unión Europea. "Es importante para nosotros tener buena cooperación con nuestros socios europeos", dijo la jubilada Danuta Lutecka, quien espera que un eventual cambio de presidente genere "menos odio y divisiones" entre polacos.
Duda, que prometió defender las ayudas sociales que puso en marcha el ultraderechista PiS, hizo una campaña polémica, atacando con dureza los derechos de las personas LGBT y rechazando la idea de indemnizar a los judíos por los bienes expoliados por los nazis. Trzaskowski es por su parte favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo.
En caso de triunfar, Trzaskowski promete derogar las polémicas reformas del sistema judicial que llevaron a Polonia a enfrentarse con el resto de la Unión Europea. La victoria del candidato liberal podría marcar el principio del fin de la influencia del PiS en la política polaca. Al contrario, una victoria de Duda reforzaría el poder del partido y habilitaría un peligroso avance de la derecha y un recorte de libertades civiles en la región.