A un día de la visita relámpago del ex presidente Mauricio Macri a Paraguay, donde se reunió con el expresidente Horacio Cartes y el actual presidente Mario Abdo Benítez, Página/12 dialogó con el senador nacional por el Frente Guasu, Jorge Querey, quien no dudó en vincular la visita a cuestiones de negocios y a la política interna del país. Las obras en el brazo Aña Cua del río Paraná en la represa de Yacyretá, las repercusiones del escandalo de la cerealera Vicentin y el estado de corrosión de las derechas de las región fueron la verdadera causa de la visita para la que el propio gobierno paraguayo debió fabricar un protocolo a medida, que fue duramente cuestionado en el contexto particular de la pandemia.
-Mientras miles de paraguayos aguardan la autorización del Centro de Coordinación Interinstitucional (CODENA) para ingresar su país en el contexto de la pandemia, Mauricio Macri consigue una autorización exprés ¿cómo ha caído esta situación en Paraguay?
-En este contexto particular, la sola visita de Macri resulta relevante por muchos motivos. En primer lugar, tanto Macri como la gente que viajó con él, se expone y expone a la gente con la que se reúne en el contexto del coronavirus. En segundo lugar, llamó poderosamente la atención que el viaje desde Buenos Aires se haya realizado en un avión de la tabacalera del expresidente Horacio Cartes. Es muy llamativo. De hecho, es muy probable que Macri no necesite que le envíen una avioneta desde Paraguay para viajar. Y, finalmente, algo que descubrimos durante el transcurso de la jornada del lunes fue que el Ministerio de Salud saca unas medidas hechas a la medida de la visita, ajustadas a las necesidades de este viaje como, por ejemplo, el permiso por 24 horas. Eso es algo muy extraño.
-¿Es decir que desde el gobierno de Abdo Benítez se le permitió a Macri que no cumpliera la cuarentena obligatoria que sí se les impone a los ciudadanos paraguayos?
-Justamente, eso. Todos estamos pasando durante este tiempo por muchas restricciones, y ustedes habrán visto como nosotros que, para colmo, anduvieron a los abrazos, sin cumplir el distanciamiento social, e incluso el expresidente Cartes ni siquiera usó tapabocas. Esto es algo que indigna mucho, porque aquí en Paraguay hay muchísimas imputaciones por parte de la fiscalía a personas que transgreden las reglas sanitarias. Y este no es el primer caso en el cual gente poderosa no tiene el mismo trato que el de un grupo de jóvenes que están jugando al fútbol en una barrio de aquí de Asunción. Pienso que las personas públicas debieran dar el ejemplo en este tipo de situaciones, deberían ser una referencia en estos momentos en los que todos los ciudadanos necesitan cuidarse extremadamente.
-En principio se dijo que el viaje de Macri tenía que ver con un tema deportivo, vinculado a las funciones del expresidente argentino en la Fundación de la FIFA, sin embargo esa hipótesis no resiste el menor análisis. Aquí se relaciona más bien a cuestiones políticas ¿Cuál es el análisis que realizan ustedes? ¿Para qué fue realmente Macri a Paraguay?
-Hay tres aspectos que dieron vueltas en la jornada del lunes. El primero, que ya se descartó, era la vinculación con el tema del fútbol. Ya hicimos los chequeos correspondientes. El segundo, es que resulta obvio que ambas reuniones, tanto con Cartes como con Abdo Benítez fueron reuniones políticas. Y, en tercer término, y creo yo que es lo más notorio de la cuestión, hay que focalizarse en la reunión en la casa de Cartes.
-¿Qué es lo que sabe en Paraguay de esa reunión?
-Sabemos que además de Cartes y Macri, participaron de la reunión el doctor Carlos Fernández Valdovinos, ex presidente del Banco Central del Paraguay, y el doctor Santiago Peña, ex ministro de Hacienda durante el gobierno de Cartes. También participó la señora Sara Cartes, titular del conglomerado de las empresas Cartes. Todos ellos miembros y titulares importantes del Banco Basa, propiedad del Grupo Cartes. Entonces, quedan en particular dos cuestiones sobre la mesa: los negocios y la cuestión política. En relación con los negocios, se habla de muchas cosas de la agenda que hoy están atravesando muchas dificultades. Una de ellas es el tema de las obras complementarias del brazo Aña Cua del río Paraná en la represa de Yacyretá, un derivado del acuerdo Macri-Cartes del año 2017. Las empresas encargadas de esas obras estarían vinculadas a ambos expresidentes. Y otro tema que se tocó con seguridad es el alcance del tema de la cerealera Vicentin aquí en Paraguay. De hecho sobre esta cuestión ya se ha realizado una denuncia en la fiscalía y se ha pedido en el Senado, a iniciativa nuestra, un pedido de investigación.
-¿Se refiere a la situación financiera y al escándalo que ha visto la luz en la Argentina por los créditos millonarios otorgados sobre la salida de Macri del gobierno a la cerealera?
-Hay que entender que el sistema financiero regional se mueve con una dinámica e incluso el expresidente Cartes siempre estuvo vinculado al ámbito del régimen cambiario, a las cuestiones financieras y especulativas. Y muchas veces estuvo acusado e investigado por el tema de lavado de activos.
-Usted también hizo referencia a la visita de Macri en el marco del escenario político interno del Paraguay ¿Eso explica la "visita de cortesía" y no programada a Abdo en Mburuvicha Róga, la residencia presidencial?
-El cuanto al escenario político interno, aquí estamos atravesando un momento de inestabilidad política del presidente Abdo. Y, dicho sea de paso, si bien hay una confrontación con la oposición, también hay una creciente tensión y confrontación muy grande entre Abdo y los sectores que responden a Cartes. Estamos hablando de enfrentamientos muy duros y de procesos de negociación entre ellos para llegar a ciertos niveles de acuerdos. Hay que recordar que hace casi un año Abdo estuvo a poco de ir a juicio político y los votos que evitaron el juicio fueron los votos del movimiento del expresidente Cartes. En aquella oportunidad, Macri tuvo mucha injerencia en la política interna de Paraguay. En la mañana de este martes, referentes de Cartes blanquearon que la charla rondó por cuestiones de política regional, que va de la mano con esta situación de crisis política que tienen los gobiernos conservadores en la región. Hablamos de un deterioro muy grande, cruzado por la corrupción y la ineficiencia, además de la falta de solidaridad hacia la ciudadanía.
-El Frente Guasú, por el que usted alcanzó la banca en el senado nacional, lleva ya diez años de construcción política bajo el liderazgo del expresidente y actual senador Fernando Lugo, ¿cómo trabaja el progresismo hoy en Paraguay frente al contexto regional?
-El Frente Guasú trabaja construyendo un conglomerado a partir de una estructura partidaria y movimentista que ha decidido unirse. En estos momentos somos fuera que tenemos cierta relevancia. Tenemos 7 senadores nacionales de 45, y estamos tratando de llevar adelante lo mejor posible la política legislativa unida a una política de vínculos con movimientos sociales, que para el progresismo paraguayo es fundamental. Hoy incentivamos y apoyamos las movilizaciones y reivindicaciones que se tienen. Y, políticamente, estamos proyecto presentarnos en las elecciones de 2023 con una candidatura propia desde el progresismo, sin negar por supuesto la posibilidad de alianzas con otros sectores de la oposición, siempre hablando del centro hacia la izquierda. Para poder vencer a un partido hegemónico hay que hacer buenas ecuaciones matemáticas.
-¿Cómo ve el Frente Guasú el cambio de políticas que se ha dado en la Argentina a partir de la llegada a la presidencia de Alberto Fernández?
-Esta se la voy a contestar como médico que soy: para nosotros, para toda la región, se trata de una bocanada de oxígeno. Son absolutamente necesarios nuevos equilibrios en la política regional e internacional, y es necesario tener interlocutores de ese nivel, como Alberto en Argentina y López Obrador en México. Necesitamos este tipo de circunstancias que reagrupen cada vez más al progresismo latinoamericano.