Hastío. Persecusión. Insinuaciones. Estas palabras salieron de la boca del juez Rodolfo Canicoba Corral en diálogo con Página/12, horas después de haber presentado su renuncia. El magistrado de Comodoro Py negó que su salida esté relacionada con las denuncias en su contra. Según dijo, fue víctima de una "feroz campaña de difamación" durante el gobierno de Mauricio Macri, como parte de una maniobra para empujarlo a dejar su cargo. El funcionario se mostró orgulloso de no haberse subido nunca a la doctrina Irurzun y reveló que pronto "saldrá a la luz" una investigación sobre "un kiosquito de la AFIP" macrista que se dedicaba a extorsionar con fines políticos y económicos.
A lo largo de veintisiete años pasaron por sus manos causas calientes como el atentado a la AMIA, las coimas en el Senado, el memorandum de entendimiento con Irán y la acusación de cobro de coimas de Odebrecht por parte del ex jefe de la AFI, Gustavo Arribas; entre otras. Las irregularidades en las concesiones de los peajes y el espionaje ilegal a jueces son sus dos investigaciones de peso abiertas el último año, que tienen como imputados a funcionarios del gobierno de Macri. El 29 de julio próximo, día de su cumpleaños número 75, Canicoba Corral dejará el Juzgado Federal 6, que ocupa desde 1993.
--¿Por qué renunció?
--Hay un motivo insuperable que es la disposición constitucional, que dice claramente que a los 75 años los jueces se tienen que ir. Hay una norma que es clara y una interpretación de la Corte que la refuerza. Y además el hastío. Porque hace cuatro años que estoy sometido a una campaña feroz de difamación.
--¿Por parte de quién?
--Por parte de medios de comunicación y agencias que respondían al gobierno anterior. La UIF de Mariano Federici y María Eugenia Talerico, la AFIP y la AFI. Buscaban información que era reservada y se la daban a algún medio para que la publicara.
--¿Qué relación tiene su renuncia con las investigaciones sobre su patrimonio en el Consejo de la Magistratura?
--El diario La Nación dice que yo me voy cercado por las denuncias. Esto es falso absolutamente. Lo que hicieron fue salir a embarrar la cancha. Lo que se debatió en el Consejo es si se cerraba o no una investigación preliminar para ver si había lugar a pedir la formación de un jury. Esa investigación hacía cuatro años que estaba abierta. Si en cuatro años lo único que pudieron conseguir es una denuncia de Caballo Suárez, es casi una prueba de que no hice ninguna de las cosas que me imputan. Hasta investigaron el patrimonio de mi mujer sin intervención judicial y publicaron una nota con eso.
--¿Cree que su caso fue un hecho aislado o una política deliberada?
--Yo creo que fue un sistema organizado y un poco anárquico. Lo hicieron con (Eduardo) Farah, con (Jorge) Ballestero, con (Eduardo) Freiler. Y yo los aguanté y no anduve por ahí quejándome por los medios.
--¿Tuvo "visitas" del Ejecutivo como denunció su colega Ana María Figueroa?
--No. Visitas de ese tipo, no. Pero me dijeron que dejara el cargo o iba a tener que ir al Consejo de la Magistratura. Y yo dije: "bueno, vamos al Consejo". Y ahí empezó todo, cuatro años atrás.
--¿Y porqué cree que fue blanco de esas presiones?
--Yo creo que querían mi puesto y poner un subrrogante. Tal vez porque yo he sido muy autónomo en mis decisiones y eso creo que molesta. La gente quiere jueces independientes, pero independientes de los demás.
--¿Y qué hechos pueden haberlo ubicado en la vereda del enfrente del gobierno de Macri?
--En el caso AMIA yo declaré el hecho como un delito de lesa humanidad y ordené las alertas rojas; no declaré inconstitucional el pacto con Irán; llamé a indagatoria a la hermana y a la madre de (Alberto) Nisman para que explicaran los depósitos en el exterior. Son cosas que no gustaron. Además, yo nunca suscribí la hipótesis del asesinato de Nisman y eso molestó.
--¿Recibió presiones concretas por eso?
-No. Sí hubo insinuaciones. Si hubiera habido la comisión de un delito lo hubiera denunciado. Fueron insinuaciones y yo hice lo que creía que había que hacer.
--¿Qué piensa del espionaje ilegal?
--En la última causa que yo estoy investigando (el espionaje a jueces, juezas y funcionarios/as judiciales) todos los caminos conducen a ese sistema de reunir información ilegalmente, en combinación con algún medio de comunicación que la despache y haciendo uso de información secreta o reservada. Yo creo que algunos de esos casos no solo tuvieron un fin político sino también económico. Yo investigué a un grupo que era un kiosquito dentro de la AFIP que se dedicaba a este tipo de trabajos. Esto va a empezar a salir a la luz.
--El mismo día que renunció fijó fecha para dos indagatorias en la causa peajes. Javier Iguacel el 16 de julio y Bernardo Saravia Frías el 17. ¿Qué va a pasar con esas declaraciones?
--Yo soy juez hasta el 29 de julio hasta la última hora. Y lo que no alcance a hacer lo continuará mi subrogante.
--¿Porqué tardó un año en llamar a las primeras indagatorias?
--A pesar de lo que dicen algunos detractores durante todo este tiempo estuve juntando información. Mandé por exhorto un allanamiento de Abertis (la ex controlante de Ausol y GCO) en España, tomé declaraciones testimoniales, ordené allanamientos en Buenos Aires, etc. La indagatoria es un acto de defensa. Una vez que uno tiene acreditado con semiplena prueba la comisión de un delito llama al imputado --no lo mete preso como han hecho algunos-- para que en su descargo manifieste lo que tenga para decir.
--¿Es contundente la prueba?
--Eso se verá. Es lo que la ley exige para llamar a indagatorias y ese paso está dado.