"La UMET y Richmond apuestan al desarrollo de la ciencia y la tecnología a través de la Fundación de ese laboratorio a partir de la colaboración científico-académica y una orientación estratégica para fortalecer los sistemas de salud a nivel de capital humano y de acceso a tratamientos médicos", aseguró el titular del Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh), Víctor Santa María, luego de la firma de un acuerdo entre la empresa privada Laboratorios Richmond y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), que permitirá a los estudiantes de farmacia de esa institución realizar las prácticas respectivas.
El convenio posibilitará que los estudiantes de grado y posgrado de la Licenciatura en Farmacia materialicen sus conocimientos con la aplicación práctica en el mundo laboral, adaptándose a "la ciencia, las tecnologías y los requerimientos del futuro con actividades en los laboratorios", puntualizó. Para Santa María existe "un enorme desafío económico por delante, por lo que estas iniciativas facilitarán la posibilidad de emerger como país".
Los alumnos participarán de forma activa en líneas clave de la industria farmacéutica que generan nuevos y más eficientes tratamientos terapéuticos. "El acuerdo es parte del compromiso constante con los estudiantes, la ciencia y la comunidad, y se enmarca en la política de responsabilidad social que ocupa y entusiasma a la familia Richmond. Alegra pensar en futuros profesionales formados por esa iniciativa", dijo Marcelo Figueiras, presidente del laboratorio.
La rectora de la UMET, Cecilia Cross, destacó que "estos procesos permiten construir sinergias para aumentar la inversión privada en proyectos de I+D+i, orientados a mejorar las condiciones de vida de la población y, además, contribuyen a formar profesionales en las mejores prácticas y con las tecnologías más desarrolladas y avanzadas que ofrece el sistema productivo" nacional.
El titular de la Asociación de Empleados de Farmacia (ADEF), Víctor Carricarte, afirmó por su parte que "la gran mayoría de los trabajadores no tiene la posibilidad de acceder a un título universitario, y la cantidad de estudiantes de farmacia en la UMET es un motor para muchos jóvenes que, de lo contrario, no estudiarían".