Elena Delle Donne, tal vez la máxima estrella de la WNBA, deberá participar del torneo que se llevará a cabo en la Burbuja de Florida, a pesar de que padece una enfermedad que la convierte en grupo de riesgo ante el coronavirus. La pivote de las Washington Mystics pidió ser eximida del compromiso, pero la Liga le denegó el permiso, por lo que deberá sumarse al equipo si quiere cobrar su contrato.
Campeona olímpica y mundial con Estados Unidos, Delle Donne no sólo es una de las jugadoras más destacadas de la WNBA, la Liga de básquetbol femenino más poderosa del mundo, donde dos veces fue elegida la jugadora más valiosa, en 2015 y 2019, y seis veces resultó escogida para el Juegos de las Estrellas. También se convirtió en una de las personalidades que sirvió para darle difusión a la enfermedad de Lyme, una afección que padece desde 2008, que consiste en una infección bacteriana que se origina por la picadura de una garrapata y que, entre otras patologías, le ataca el sistema inmunológico y le produce mucha fatiga.
"Tomar 64 píldoras al día es la única manera de mantener mi condición bajo algún tipo de control. Es la única manera de mantenerme lo suficientemente saludable como para jugar el deporte que amo, lo suficientemente saludable como para hacer mi trabajo y ganar el sueldo que mantiene a mi familia", escribió la basquetbolista en un conmovedor artículo para el sitio The Player Tribune, en el que explicó su caso.
Por ese motivo, Delle Donne, el doctor que la trata por su enfermedad y el médico de su equipo consideran que integra un grupo de riesgo frente a un eventual contagio de Covid-19, situación que fue desechada por las autoridades de la WNBA, que no tiene a la afección entre las enfermedades de alto riesgo frente al coronavirus.
"Presenté ambos informes a la liga, según era necesario, junto con un formulario firmado que renuncio a mi derecho a una apelación. Unos días más tarde, el panel de médicos de la Liga, sin siquiera hablar conmigo ni con ninguno de mis médicos, me informó que estaban negando mi solicitud de una exención de salud. Ahora me quedan dos opciones: puedo arriesgar mi vida ... o perder mi sueldo", explicó en su artículo, en el que utiliza la ironía para graficar la situación.
"Lo que entiendo en su decisión es que soy una tonta por creerle a mi médico. Que estoy fingiendo una discapacidad. Que estoy tratando de evitar mi trabajo y aún cobrar un sueldo. Me descubrieron", escribió Delle Donne, antes de enumerar todo el esfuerzo que llevó adelante para continuar su carrera, desde consumir las 64 pastillas hasta tener que viajar en clase turista pese a medir 1,98 metros.
A pesar del fuerte descargo, la jugadora reconoció que todavía tiene que decidir si concurre a completar la temporada en Florida, el estado con mayor número de contagios en el país durante las últimas semanas, o se enfrenta a una eventual sanción por incumplimiento del contrato. "Amo a mi equipo y tuvimos una temporada increíble el año pasado. ¡Y quiero jugar! Pero la pregunta es si la burbuja de la WNBA es segura para mí", se preguntó Delle Donne en el comunicado que difundió después de recibir la negación del permiso por parte de la Liga. "Mi médico personal que me trató por la enfermedad de Lyme durante años me aconsejó que tengo un alto riesgo de contraer y tener complicaciones por COVID-19", completó la jugadora, que lideró a las Mystics al título en la temporada pasada.
Ante ese panorama, la jugadora de 30 años aseguró que está pensando en no completar su contrato. "Estoy pensando las cosas, hablando con mi médico y mi esposa, y espero compartir muy pronto lo que en última instancia planeo hacer", indicó la basquetbolista de 1,98 metros. "Mi corazón está con todos los que han tenido que elegir entre su salud y tener un ingreso hospitalario, y, por supuesto, con cualquiera que haya perdido su trabajo, su hogar y cualquier persona que aman en esta pandemia", concluyó Delle Donne, que comenzó su carrera en Chicago Sky en 2013 y desde 2017 juega para Washington. La jugadora también es el principal sostén de su hermana mayor, Elizabeth (Lizzie), que es ciega, sorda, autista y tiene parálisis cerebral.
A diferencia de la NBA, que llevará adelante su Burbuja en los complejos de Disney Resort con todas las comodidades, la WNBA tiene previsto desarrollar su competencia a partir del 25 de julio en la academia IMG de Bradenton, donde ya se preparan siguiendo un estricto protocolo sanitario, pero donde las jugadoras denunciaron que no están garantizadas todas las condiciones de limpieza y que la comida no es del todo saludable.