Poco se habla de cómo alguna que otra extrema pose de maniquís en mucho se asemeja a las antinaturales posturas de Meryl Street en La muerte le sienta bien… después de tomar el elixir y rodar por la escalinata. Para recordar que ni falta hace pedir a las pobres modelos que ejecuten maniobras en ángulos imposibles y se arriesguen a un inminente disloque, existe flamante cuenta de Twitter, con hermanada cuenta Instagram: en Modelos con Ciática (@MCiatica), el muestrario bebe de catálogos de moda para mofarse de cuán ridículas y estrafalarias pueden ser las posiciones orquestadas para que luzcan la pilcha. Con consecuencias inesperadas: opacado hasta la más preciosa ropita por las poses prácticamente descoyuntadas de las pobres muchachas. Que en breve, cabe presumir, necesitarán cita con un quiropráctico. Modelos con Ciática es, según su creadora, un proyecto sin mayores pretensiones; salvo las de echarse unas risas sin animadversión, que no es poca cosa en tiempos en las que son recurso escaso. Lanzado a principios de julio, en apenas una semana ya tenía más de 25 seguidores el perfil, que así se describía en línea: “Somos la niña de The Ring en su versión de IG. La ciática, las contracturas y el ibuprofeno son nuestra religión”.
Palabras escritas por Laura C., que prefiere mantener el anonimato: una española que -preguntada por medios ibéricos- aclara que ni labura en el mundillo fashionista ni en el de marketing; lo suyo es la faena en una empresa constructora y, en sus ratos libres, rastrear absurdas imágenes de campañas de modistas para renovarles los aires. Con un toque sardónico, a la vista está, al sumar epígrafes hilarantes que acompañan cada imagen. Así es cómo ha cargado las irónicas tintas contra pics donde las posturas, dicho está, pecan de completa ausencia de naturalidad; a punto tal que más de una haría renegar a las vértebras de doble de riesgo, por más elástica que sean… “Es humor inocente, de ningún modo hiriente”, abre el paraguas la misteriosa muchacha detrás de Modelos con Ciática, que se alimenta de búsqueda online. “Todas las fotografías las encuentro en Internet. Incluso mi madre, que está encantada con la repercusión, me manda fotos de este tipo que va hallando”. En fin, una propuesta que entretiene y preocupa… por las columnas de las maniquís, ¡que no son de plástico!