-¿Las medidas de flexibilización, después del 17 de julio, deberían ser las mismas en la Ciudad y en la provincia?
-El AMBA es una misma unidad epidemiológica. Dividir la cantidad de infectados y muertes de un lado y del otro no tiene mucha razón de ser. Desde la perspectiva de la salud pública, la covid-19 tiende a homogeneizar al conjunto urbano. En el Área Metropolitana bonaerense tenemos tres veces menos de casos cada 100 mil habitantes que en la Ciudad, pero ello se explica muy fácilmente. En Argentina, el epicentro del virus fue CABA porque es la región a la que llegó la mayor cantidad de gente que trajo la enfermedad de afuera. A partir de allí se extendió a todo el país y al primer, segundo y tercer cordón. Es una mancha de aceite que se fue desplazando por todo el terreno a medida que las personas circulaban.
-Desde su lugar de médico sanitarista ahora le consulto: ¿cree que sería lo más conveniente flexibilizar con 3600 casos diarios?
-Es que no solo debemos mirar los casos diarios sino también otras claves como la velocidad de crecimiento. Hasta el 1 de julio veníamos con una velocidad que, de sostenerla, las camas se hubieran agotado en un mes. En la actualidad, por más que haya más casos nominales, tenemos más camas y se interna menos gente. La meta es que no se sature el sistema. A esta altura del año Buenos Aires, usualmente, tiene su sistema colapsado. Todas las camas de terapia intensiva están ocupadas por pacientes que sufren de otros virus respiratorios. Hoy, como las personas están en sus casas, existe un 45% de disponibilidad de camas de terapia intensiva. Además, hay otras cuestiones que también hacen a la salud de la población (asuntos de índole psicológica), por eso es que ahora tenemos la chance de aflojar un poquito –con mucho protocolo y especial cuidado– y, de ser necesario, en unos días poner el freno de mano nuevamente y retornar a Fase 1.
-¿Qué actividades volverán?
-No puedo decirlo con certeza. Sobre lo que sí tengo certeza es que, luego de estos días de Fase 1, las actividades no serán liberadas todas juntas sino de manera escalonada. No es que el primer día volveremos a la Fase 3. Todos los movimientos los haremos con mucho cuidado, de manera que a los siete u ocho días transcurridos (después del 17 de julio) nos sentaremos a analizar en qué situación estamos y, si todo va bien, soltaremos más actividades. La Ciudad seguirá el mismo criterio, la apertura será con mucha cautela. Tenemos que pensar en el cansancio de la gente y en que la enorme cantidad del pueblo argentino se ha portado muy bien.