-¿Qué opina de los tratamientos y la vacuna que se probará en el país?

-El suero hiperinmune lo estamos por comenzar a testear dentro de pocos días. La terapia de plasma del convaleciente está produciendo resultados muy alentadores, de hecho, nos está reduciendo de manera notable el ingreso de los pacientes a terapia intensiva. En relación a la vacuna estamos en conversaciones constantes con el protocolo de Pfizer; a Buenos Aires le están pidiendo una cantidad de voluntarios y los vamos a aportar. Los ensayos deben hacerse en sitios en los que circula el virus, lo tenemos claro, pero a cambio queremos que el país negocie algunas cosas.

-¿Por ejemplo?

-Argentina debe tener prioridad en el abastecimiento y precio. Las naciones que participan en estos ensayos clínicos usualmente están bien acomodados al momento de recibir las dosis. Algo que me dejó tranquilo es que también se prueba en EEUU y Alemania, ya que los ensayos que solo se hacen en el Tercer Mundo me preocupan. La mayor parte de las vacunas que se evalúan por fuera de un contexto de pandemia se prueban en países periféricos porque los gobernantes de las naciones centrales no quieren exponer a su gente.

-También hay diálogos con otros laboratorios.

-Hemos avanzado en conversaciones con una vacuna China basada en proteínas recombinantes (de la compañía CanSino Biologics) que también está siendo probada en Brasil. Tiene que cumplir con todos los pasos, superar los comités de bioética y ser aprobada por Anmat primero. Hay otras dos más que están en carpeta pero todavía no hay nada formal. En todos los casos reclamamos precios accesibles y preferencia en la provisión. Me parece que vamos bien.

-Es muy optimista.

-Es que estoy absolutamente convencido de que en 2021 tendremos muchas respuestas terapéuticas, el suero funcionará muy bien y tendremos tres o cuatro vacunas. Es cuestión de tiempo, mientras tanto hay que cuidar al máximo a nuestra población.