El gobierno distribuirá mañana casi 52 millones de pesos entre 184 equipos técnicos y científicos seleccionados por la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación para desarrollar proyectos orientados a la producción y a la investigación aplicada. "A pesar del contexto económico de retracción del consumo interno y la crisis de crecimiento de la economía mundial, tenemos que apostar a la economía del conocimiento, y Santa Fe tiene las condiciones para hacerlo. Creo que el futuro va por ahí, apostar a generar más y mejor empleo poniéndole conocimiento a nuestra materia prima", definió el ministro de Ciencia y Tecnología provincial, Eduardo Matozo.

De 352 proyectos presentados el año pasado, la Agencia aprobó el financiamiento de 184, por un total de 51.720.680 pesos. A esos mañana el gobierno le entregará los certificados que habilitarán a ejecutarlos a lo largo de este año. Se trata de aportes no reintegrables de no más de 1,8 millón. En el caso de estos importes más altos, una de las condiciones del plan de apoyo impone que el beneficiario aporte el 20 por ciento restante como contraparte para el proyecto.

La mitad de esa masa de subsidios está orientada al sistema productivo: planes de investigación aplicada a pymes, innovación tecnológica para nuevos productos o nuevos procesos industriales, energías renovables y emprendimientos biotecnológicos, entre otros rubros. Por caso, Matozo destacó un proyecto impulsado por la fábrica de Avellaneda Dolbi, para desarrollar una cosechadora de algodón autopropulsada con la participación de profesionales del INTA Reconquista. La biotecnológica Bioceres, con laboratorios en Rosario, ganó el financiamiento para desarrollar variedades vegetales forrajeras autóctonas de impacto positivo en los bajos submeridionales. En San Lorenzo, la metalúrgica Gelvez SRL, que fabrica y monta tanques y estructuras para empresas del cordón industrial, se lanzó a desarrollar prototipos de trucks foods (vehículos adaptados para la elaboración y venta de comida) a cuento de la ordenanza que en Rosario habilitó el funcionamiento de esa actividad gastronómica. Lo harían en alianza con la Cervecería Santa Fe.

Otra iniciativa que entusiasma en el gobierno es el proyecto que presentó una pyme de Santa Rosa de Calchines, en el departamento Garay, para aprovechar los desechos de zanahorias para producir alcohol, fibra y carotenos, producto éste de alto valor agregado.

En cuanto al sector científico tecnológico, los proyectos subvencionados versan sobre investigación de problemáticas que incumen al Estado provincial y al aparato productivo. "Proyectos de investigación aplicada ‑hay 81 carpetas que recibirán 100.000 pesos cada una‑ que provienen de la UNR, la UNL, las 5 UTN, los centros Conicet de Rosario y Santa Fe, el INTA, INTI, el Instituto Nacional del Agua", enumeró Matozo.

La Agencia que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación procuró contemplar la distribución de los proyectos elegidos en el territorio provincial. La selección recayó sobre proyectos de 22 localidades en 12 de los 19 departamentos. Los distritos que no tienen proyectos seleccionados son Constitución, Caseros, San Jerónimo, San Justo, San Cristóbal, Vera y 9 de Julio. De todos modos, por una simple razón de volumen de generación de conocimiento, entre los departamentos Rosario y La Capital recae más del 70 por ciento de los proyectos.

El ministro destacó que Santa Fe y Córdoba son las únicas provincias que en este momento están destinando fondos a la promoción de esta clase de proyectos. Matozo estuvo en Córdoba el jueves pasado para "potenciar la formulación de proyectos para las líneas de financiamiento existentes dentro del Cofecyt (Consejo Federal de Ciencia y Tecnología)", explicó. "Nuestras provincias captan el 25 por ciento de los fondos nacionales de innovación, ciencia y tecnología. Por eso somos provincias que tenemos un rol fundamental en la federalización de la ciencia y la tecnología a nivel nacional", interpretó el ministro.

Matozo consideró que el marco de la macroeconomía no brinda un escenario alentador para estas iniciativas, pero también afirmó que abortarlas sería un error mayor. "Hay retracción del consumo nacional que afecta el mercado interno, y la economía mundial dejó de crecer. Es cierto, esto nos afecta mucho en la provincia, sobre todo la crisis de Brasil. General Motors es el ejemplo más claro y cercano", señaló. "Creo ‑terció el funcionario provincial‑ que más allá de este contexto, tenemos que apostar a la economía del conocimiento, y Santa Fe tiene las condiciones para hacerlo: cuatro universidades nacionales, otras tantas privadas, 150 mil estudiantes universitarios, dos centros científicos del Conicet con más de 26 institutos vinculados con las universidades, parques tecnológicos. Todas instituciones autónomas, imbricadas con el sector productivo, entonces es fundamental que el Estado provincial aporte recursos para promover y articular esos conocimientos puestos en la materia prima. El desafío va por ahí, a pesar del contexto", concluyó.