Durante el acto por el 26° aniversario del atentado terrorista que dejó 85 muertos tras la explosión del edificio de la AMIA, las autoridades de esa institución pidieron al Estado argentino que “redoble los esfuerzos” para que se detenga a los iraníes sospechados como autores intelectuales del hecho y exigieron que, tras la renuncia del juez Rodolfo Canicoba Corral, “la causas tenga un juez a cargo de manera definitiva”.
El titular de la AMIA, Ariel Eichbaum, sostuvo que “estos 26 años de impunidad son insoportables” y consideró que la falta de condenas sobre el atentado es “una enfermedad que debilita a cualquier democracia”. Volvió a señalar a la organización Hezbollah como la autora material del ataque, a la República de Irán como “patrocinadora y cómplice”, y pidió que “se acelere el trámite del proceso” contra Carlos Telleldín, señalado como armador de “la Trafic que fue usada como coche bomba” aquel 18 de julio de 1994.
En este sentido, destacó la decisión del gobierno de Alberto Fernández de mantener la vigencia del registro que incluye a Hezbollah entre las organizaciones vinculadas al terrorismo internacional, pero lamentó si bien “conocemos gran parte de la verdad (sobre el atentado), todavía falta la justicia”.
“No sabemos si tras la pandemia el mundo volverá a ser igual”, lo que sí se sabe es que “hay algo que hace 26 años sigue exactamente igual: el tiempo de la justicia está detenido”. “Cada 18 de julio es otra bomba, cada mes, el asesinato se repite. El terrorismo gana y nuestra democracia no puede saldar una de sus deudas más importantes”, sentenció.
Durante su discurso leído desde el edificio reconstruido, Eichbaum insistió con que la muerte del ex fiscal Alberto Nisman se trató de “un homicidio” por su vinculación a la causa AMIA y demandó saber “quiénes fueron sus autores y cómplices”.
También criticó al ex titular de la Unidad de Investigación del atentado, Mario Cimadevilla, quien durante el gobierno de Mauricio Macri había denunciado presiones y falta de apoyo por parte de esa administración. Eichbaum lo acusó de “usar políticamente” el caso, tener “una actuación nula” en la causa y “no aportar nada de valor” en ella.
El lema del homenaje de este año fue “Que la Justicia no se lave las manos”, con una alusión particular entre la falta de resultados concretos en la investigación y la pandemia de coronavirus.
Por primera vez desde hace 26 años y debido a las medidas de aislamiento social obligatorio por la pandemia de coronavirus, el acto no se desarrolló frente al edificio de la calle Pasteur, sino que se transmitió desde allí en directo por los canales oficiales de la AMIA.
Comenzó puntual a las 9:53, hora en que ocurrió la explosión sobre la cual todavía no se condenó a los culpables. Hubo testimonios de familiares de las víctimas y testigos del hecho, entre ellos Javier Miropolsky, quien trabajaba en la mutual y recordó el momento de la explosión: “Todo el edificio se venía abajo y nosotros éramos los que nos veníamos abajo”.
Cesar Romero contó cómo él y su amigo volaron con el estallido: “Toda noción del tiempo se paró ahí”, dijo. Susana Saban recordó “cómo la gente gritaba. Era como estar en la muerte”. Luego, como cada año, se leyeron los nombres y apellidos de las 85 personas que murieron aquel día.
Hubo un mensaje de Felipe González, quien calificó de “terrible” al atentado. “Conmemorar es volver a aquel momento para no olvidarlo”, dijo el entonces presidente de España, quien saludó “a la comunidad judía por aquel terrible suceso”. “Conmigo contarán”, aseguró.