"A los tiratiros los vamos a arrestar, mañana o pasado caen, hay 400 líneas de investigación que van desde cosas serias hasta rumor de la calle, trabajamos todas y la verdad no aparece hasta ahora quién y por qué lo mandó a matar. Le repito los asesinos van a caer, pero el móvil sigue siendo hasta ahora un gran misterio". La confesión a este cronista corre por cuenta de uno de los principales investigadores del caso del pastor Eduardo Trasante, asesinado de un tiro en la cabeza con una pistola nueve milímetros esta misma semana. Como telón de fondo, los fiscales analizan más seriamente si los dos grandes líderes de bandas narco que enfrentan nuevos juicios con casi seguras condenas intentaron marcar la cancha, dejar un mensaje, mostrar un aviso. Tal vez una nueva forma de dejar un cartel conocido: "Con la mafia no se jode". 

Para los amantes de la práctica del tiro, una bala trazante marca su recorrido y se la sigue sin pestañear para ver si llega a su objetivo deseado. Algo de esto puede estar pasando en al menos dos cárceles, donde sendos jefes narcos siguen las noticias para ver por dónde van los avances de la investigación del crimen del pastor y ex concejal. Al menos esto es lo que piensa uno de los más comprometidos pesquisas del expediente: que el remitente está entre rejas y enfrenta juicios con nuevas condenas.

A esta hora, para la justicia provincial, el móvil del asesinato del pastor evangélico Eduardo Trasante no está del todo claro. Lo único aceptado por las fuentes consultadas es que el crimen se planificó con anticipación, y prueba de de ello es el Peugeot 308 blanco, robado unos días antes y hallado abandonado sin sus neumáticos en la zona sur, horas después del brutal crimen.

El vehículo se encontró abandonado el miércoles en la calle Barcala 4600 y había sido robado el viernes anterior, en Juan XXIII al 5800, en el sudeste de Rosario. Por eso quienes "trabajan la calle " en esa zona podrían aportar pistas concretas: puntualmente para quién lo robaron, y de esa manera tirar de la punta del ovillo para empezar a desenmarañarlo. Hasta el momento hay solo sospechas y datos de la calle, pero nada comprobado. 

Repetida hasta el cansancio en los pasillos de del Centro de Justicia Penal, la frase "ninguna hipótesis se descarta" sigue llenando los oídos de los cronistas que solicitan información sobre los avances de la investigación. Y en ese sentido la afirmación va también en favor de quienes aseguran que es un crimen político. Como el diputado Carlos del Frade: "Creo que es un mensaje político mafioso. Más allá de las particularidades del caso, que ahora se están investigando, la consecuencia es este impacto político que solamente reconoce antecedentes en el asesinato del ex diputado provincial Mario Armas, a principios de la democracia; con el atentado a la vivienda del gobernador Antonio Bonfatti y con el asesinato de Raúl Seco Encina, intendente de Vera” . “No hay en la historia reciente concejales o ex concejales asesinados en democracia en la región”, remarco el legislador. Ayer uno de los pesquisas destacados rescató el móvil del crimen político, que desde el primer día esgrimió el legislador. 

Hay otros, sin embargo, que no apuestan a esa idea y tratan de mirar hacia los vínculos cultivados por Trasante en su vida: tanto amigos como enemigos. 

Para eso, es un eje meridiano saber si el pastor conocía o no a los asesinos, que lo ejecutaron de dos tiros, uno en la mano y otro en la cabeza. Los gatilleros usaron barbijos cuando entraron a la casa de San Nicolás al 3600. De acuerdo al peritaje de las 13 cámaras de seguridad de la zona, los asesinos se pararon en la puerta de la casa de Trasante a las 14.47 y seis minutos más tarde, a las 14.53, salieron y se retiraron caminando. Se presume que el Peugeot 308 los esperaba a unos metros de allí. 

Los últimos peritajes determinaron que Trasante fue ejecutado con una pistola 9 milímetros de dos disparos. Uno le atravesó una mano derecha y el otro impactó fue en la cabeza. Los estudios determinaron también que la trayectoria del disparo fue de arriba hacia abajo, con lo cual se empieza a presumir que el pastor pudo haber estado arrodillado o tirado en el piso. Una marca en su cráneo también denota que la ejecución fue a una distancia de pocos centímetros. Estos datos contrastarían de alguna manera con la declaración inicial de su pareja Carolina, el jueves. Sin embargo, desde el entorno de la pareja de Trasante niegan que haya alguna discordancia en su declaración.