Si llegan con cuentagotas las películas europeas a los cines argentinos, en particular, y a los del Cono Sur, en general, otro tanto sucede –o tal vez con menor frecuencia– con las producciones latinoamericanas que no logran instalarse en el mercado cinematográfico del Viejo Continente, excepto aquellas que sean coproducciones con alguno/s de los países de la Unión Europea. Para saldar esta ausencia notoria nació hace 23 años la Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña, más conocida como la Mostra de Lleida que, año tras año, presenta en esa ciudad una programación ciento por ciento latinoamericana, que el público catalán recibe con fervoroso entusiasmo, según se desprende de la convocatoria que logra este festival. Desde mañana y hasta el 30 de marzo comenzará la Sección Oficial de Documentales, en el marco de un acuerdo entre la Universidad de Lleida y la Mostra propiamente dicha. Ofrecerá ocho documentales en la sede de esa importante casa de estudios. La segunda etapa de la 23a Mostra de Lleida se llevará a cabo del 30 de marzo al 2 de abril y durante esos días podrán verse nueve largometrajes y cortos de ficción de América latina. La Mostra, como siempre, está dirigida por Juan Ferrer y organizada por el Ayuntamiento de Lleida y el Centro Latinoamericano de Lleida, que preside el argentino Osvaldo Francia.
“Este año hemos dividido el festival en dos partes para darle más oxígeno”, comenta Ferrer en diálogo telefónico con PáginaI12. “A veces, con los documentales, cortos y largos nos contra programábamos nosotros mismos y como ya es el tercer año en que los documentales tienen como sede la Universidad de Lleida, con una enorme aceptación de público universitario que debate con los documentalistas, decidimos darle mayor relevancia al campo del documental desde este lunes al jueves y luego centrarnos en las otras dos partes, los largos de ficción y los cortos”, agrega Ferrer.
En la Sección Oficial de Documentales hay dos producciones argentinas. Una es Las calles, ópera prima de María Aparicio (1992), quien estudió cine y televisión en la Universidad Nacional de Córdoba. Desde el año 2011 integra la productora Vientosur Cine y trabaja en diversos proyectos en el área de cámara y montaje. El documental de Aparicio fue filmado en Puerto Pirámides, un pueblo pequeño de la Patagonia, donde –como dice la canción del grupo irlandés U2– las calles no tienen nombre. Julia, maestra de la única escuela del lugar, desarrolla un proyecto escolar que compromete a sus alumnos en un objetivo común: buscar nombres para denominar las calles. Algunos de los niños del pueblo se ven involucrados en el proceso de entrevistar a los pobladores, conocer sus historias y escuchar sugerencias para los nombres de las calles.
Otro documental argentino es Las lindas, ópera prima de Melisa Liebenthal (Buenos Aires, 1991). Liebenthal estudió dirección de cine en la FUC, donde actualmente prepara su tesis de graduación. En el film, Melisa y sus amigas debaten acerca de lo que implica ser mujer. Pero estos relatos se contraponen con la experiencia de la directora y protagonista, reconstruida a partir de imágenes de archivo personal que desnaturalizan con humor los mandatos y tabúes de cada género. Los dos documentales argentinos compiten con producciones colombianas, salvadoreñas, uruguayas y chilenas.
“La columna vertebral de la Mostra casi siempre ha sido el cine argentino que, para nosotros, es muy importante porque este año la película que inaugurará el festival es Nieve Negra, la última de Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia. Será un estreno en Cataluña porque ha ido a Málaga, pero la estrenaremos nosotros en la inauguración, así que nos encanta que una película como ésta se vea primero en Lleida que en ciudades grandes del Estado español”, subraya Ferrer. El film, dirigido por Martín Hodara –con quien Darín había debutado como correalizador en La señal, tras la muerte de Eduardo Mignogna–, se estrenó en enero de 2017 en Buenos Aires.
El otro largometraje de ficción argentino es El rey del Once, de Daniel Burman. Estrenado en febrero del año pasado en Buenos Aires, el film es un volver a los orígenes del estilo que caracterizó a este exponente del Nuevo Cine Argentino. Los dos largometrajes argentinos competirán con otros de Uruguay, Bolivia, Cuba, Colombia, México y Chile.
Emilio Gutiérrez Caba recibirá el Premio de Honor de la 23ª edición de la Mostra de este año. Gutiérrez Caba ha interpretado papeles destacados por los que fue premiado: en 2001 obtuvo un Premio Goya al Mejor Actor de Reparto por La comunidad –una de las mejores películas de Álex de la Iglesia–, y repitió en 2002 en la misma categoría por El cielo abierto, de Miguel Albaladejo. Fue nominado de nuevo en 2007 por La torre de Suso, de Tom Fernández. El galardón lo recibirá durante la inauguración del certamen, el jueves 30 de marzo, momento en el que también se concederán los Premios Jordi Dauder a la creatividad en el cine catalán, que este año reconocerá a los cineastas Jordi Cadena y Francesc Betriu. También se otorgará el Premio Ángel Fernández Santos, y el elegido es Javier Tolentino, director del programa radial de cine El séptimo vicio.
Por otro lado, desde mañana y hasta el miércoles 29 de abril, el Institut d’Estudis Ilerdencs (IEI) de Lleida, ofrecerá la exposición “Fila 7, cines con historia”, un reportaje del fotógrafo documentalista Juan Plasencia, representado por la agencia Zoom. “Fila 7” reúne los testimonios de quienes están al frente de los 43 cines de sala única que hay en España, que luchan por no cerrar.