Según una encuesta publicada este domingo, el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, le saca 15 puntos de ventaja al presidente Donald Trump, de cara a las elecciones del tres de noviembre en las que el mandatario republicano irá por la reelección. Los datos surgen del sondeo realizado en conjunto por The Washington Post y ABC News , y los resultados demuestran que la diferencia a favor de Biden es cada vez más nítida. Los votantes encuestados son particularmente críticos de la gestión de Trump frente a la pandemia de coronavirus y los preocupantes indicadores económicos que se registran en los últimos meses. Biden, que no volvió a hacer campaña debido a la pandemia, avanza de a poco como una figura que al voto demócrata le suma el de los votantes de centro y el de los conservadores desencantados con las políticas de Trump.
En una entrevista con Fox News, el presidente republicano arremetió con dureza contra el candidato demócrata, a quien calificó de "incompetente" y "arruinado mentalmente". Trump volvió a minimizar el impacto de la covid-19 en Estados Unidos, el país del mundo con más contagios y muertes por la enfermedad (3.744.061 y 140.369 respectivamente), mientras en estados como California y Florida la lucha por frenar el ascenso de los casos positivos es cada vez más ardua.
Biden cuenta con un 55 por ciento de respaldo entre los votantes encuestados frente al 40 por ciento a favor de Trump, según el sondeo realizado entre el 12 y el 15 de julio que le otorga al candidato demócrata cinco puntos más de ventaja respecto a la encuesta del mes pasado. También descendió el índice de aprobación de Trump, que en mayo era de un 45 por ciento y que ahora se ubica en un 39 por ciento, según la misma encuesta. La web RealClearPolitics, que recopila las encuestas recientes y ahora actualizada para incluir el sondeo del ABC / Post, muestra a Biden 8,8 puntos por delante del presidente estadounidense.
En una entrevista emitida por la cadena Fox News este domingo, Trump se negó a aclarar si aceptará el resultado de las elecciones de noviembre, y volvió a insistir en el fraude que podría habilitar el voto por correo. "Tendré que verlo. No voy a decir simplemente que sí, no voy a decirlo, y tampoco lo hice la última vez", dijo el mandatario luego de que le consultaran si aceptaría una posible derrota en los próximos comicios.
Trump se refería así a sus propias declaraciones de octubre de 2016, cuando se negaba a acatar los resultados de los comicios de ese año en caso de que ganara su rival demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton. En esta ocasión, el presidente lleva semanas desacreditando el método del voto por correo, que muchos estados facilitarán en el contexto de la crisis derivada del coronavirus, al denunciar que eso puede llevar a un fraude electoral, algo sobre lo que no hay ninguna prueba.
Trump reconoció que él no es "un buen perdedor" porque "no le gusta" perder, y le restó importancia al conjunto de encuestas que le otorgan una ventaja considerable al exvicepresidente Joe Biden. "No creo que vaya a perder. ¿Sabe cuántas veces me dieron por derrotado? No estoy perdiendo, porque esas son encuestas falsas, fueron falsas en 2016 y ahora son todavía más falsas", aseguró.
"¿Sabe por qué no voy a perder?", insistió Trump. "Porque el país, al final, no va a elegir a un hombre que está arruinado. Está arruinado mentalmente", aseguró el mandatario, quien no quiso responder a la pregunta de si cree que Joe Biden está "senil", aunque lo calificó de "incompetente" para la presidencia y dijo que "ni siquiera sabe que está vivo" y "no sabe hilar dos frases". Un vocero de la campaña de Biden, Andrew Bates, salió al cruce de los dichos del presidente y le aseguró al Washington Post que el pueblo estadounidense "es perfectamente capaz de expulsar de la Casa Blanca a los intrusos".
En otro tramo del reportaje, Trump le pidió a los medios que se fijen más en la situación que atraviesa México y menos en la de su país. "¿Por qué no hablan de México, que no nos está ayudando? Todo lo que puedo decir es que gracias a Dios construí casi todo el muro, porque si no tuviera el muro arriba tendríamos un problema mucho mayor con México", agregó. Las estadísticas, sin embargo, le juegan una mala pasada al presidente, ya que Estados Unidos registra once veces más casos y casi cuatro veces más muertes por coronavirus que México.
Días después de que uno de sus asesores económicos, Peter Navarro, atacara en un artículo de opinión al principal epidemiólogo del gobierno, Anthony Fauci, Trump aseguró que tiene una "relación muy buena" con el experto en enfermedades infecciosas, aunque agregó: "Es un poco alarmista".
Trump aseguró además que no está de acuerdo "con la afirmación de que si todo el mundo llevara mascarilla, esto desaparecería", a pesar de que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de su propio gobierno dijeron la semana pasada que si todos los estadounidenses usaran esa protección, el coronavirus estaría "bajo control" en ocho semanas. El mandatario señaló sin embargo que "las mascarillas también causan problemas", sin aclarar a qué se refería, y se opuso a la idea de decretar su uso obligatorio porque quiere que la gente tenga "una cierta libertad".