Solana López Fleming es la titular de la Cámara que nuclea a las pequeñas y medianas empresas en Salta desde hace tres años. Es dueña de la librería Lerma, que ya cuenta con 12 sucursales en toda la ciudad y planea abrir una nueva a pesar del parate económico producido por la pandemia.

Arranqué con la primera librería el 19 de diciembre del 2001, ¿cómo no me voy a animar a abrir otra sucursal en este momento?”, desafió, a la vez que aseguró que estos han sido los cinco años más duros para el sector entre la política económica del gobierno de Mauricio Macri y los cuatro meses de parate mundial que produjeron una caída en el consumo.

Explicó que los mejores momentos de crecimiento económico se sintieron a mediados del mandato de Néstor Kirchner, “entre 2005 y 2007”.

Contadora de profesión, maneja su empresa de manera íntegramente familiar, junto a su marido y sus hijos. Afirma que siempre apostó al país y aborrece la especulación financiera, por eso cree que las Pymes son las que verdaderamente favorecen la economía local.

“Para el pequeño empresario lo más importante es su empleado, no porque seamos todos buena gente, sino porque te costó capacitarlo y llevó tiempo confiar, además conocemos la familia y su vida. Eso en general es así”, contó.

Confía y se ilusiona con la gestión nacional de Alberto Fernández, a quien conoce personalmente. Contó que ella misma fue a visitarlo en 2017 para pedirle que vuelva a conversar con Cristina. Pero cree que le falta comunicar mejor todas las ayudas económicas y las medidas que tomó durante la pandemia a favor de los empresarios.

En cuanto al gobierno provincial, rescató la apertura para el diálogo de Gustavo Sáenz y muchos de sus funcionarios.

-¿Cuándo arrancaste con el negocio de las librerías?

-En pleno corralito, el 19 de diciembre de 2001, el dólar se iba al diablo y todo era un caos. Pero yo ya había armado todo y puse un cartel gigante en la entrada que decía “Apostando al país abrimos este negocio”, la gente paraba y se reía, pensaban que yo estaba totalmente loca.

-Contanos un poco de la CPyMES

- La Cámara tiene 23 años de antigüedad, pasa que no era muy conocida porque no se había mucha publicidad de las cosas que hacían, ahora es todo más fácil gracias a internet y las redes sociales. Desde que estoy, la decisión es dar a conocer qué es y qué hace ésta Cámara que nuclea a las pequeñas y medianas empresas, que son casi la totalidad de las empresas salteñas. Somos más de 250 nucleadas, pero hay miles en la provincia, más chicas o más grandes, pero aquí casi que no hay grandes empresas.

Cuando arrancó la pandemia veníamos intentando armar un observatorio Pyme, para manejar números y poder definir estratégicamente qué herramientas necesitábamos para dirigir las políticas. Mantuvimos varias reuniones con políticos y funcionarios, pero después se paralizó todo con la cuarentena.

-¿Cómo se sostuvieron durante la peor etapa de la cuarentena? ¿hubo muchas bajas?

-En mi caso nunca paré, creo que sólo cuatro días, después seguí vendiendo online vía delivery, pero cayó muchísimo la capacidad de compra de la gente y sobre todo en mi rubro que vendo artículos para las escuelas.

Pero sí tuvimos muchísimas bajas, aunque no es de ahora, yo vengo renegando con las políticas de Macri que nos destruyeron. Es la verdad, del gobierno pasado no se puede rescatar más que la Ley Pyme (27264), que después dio marcha atrás con la derogación del decreto 814/01 (que permitía compensar asimetrías regionales a través de aportes patronales). Eso fue tremendo, porque te tomaban un empresario de Buenos Aires como si fuera igual a uno de Salta. El decreto te equiparaba un poco las cargas sociales de acuerdo a las diferencias regionales que tenemos en nuestro país. Después, en el gobierno anterior no hicieron más que pegarnos palos, aumentarnos las tarifas, restringir el crédito y subir las tasas de interés.

-¿Tienen un número estimado de la pérdida de empresas que hubo durante este último lapso del gobierno de Cambiemos?

-Yo te puedo decir que al menos un 30% de las empresas cerraron y otras que se siguieron manteniendo pero sin empleados y esperando a ver qué pasa.

-¿Cómo veían el nuevo gobierno hasta la llegada de la pandemia?

­-Yo soy muy subjetiva, y cuando ganó Alberto tuve muchas esperanzas y puse toda mi confianza en que íbamos a arrancar. Pero cuando llegó la pandemia tuvimos que ponernos a ver qué hacíamos, pegar un volantazo y ver a qué nos dedicábamos.

Pero yo estoy segura, convencida que si hubiese sido Macri el presidente en este momento nos seguirían mandando a que nos reconvirtamos. Estaríamos viendo, en qué lugar poner cervecerías, que a eso nos mandaban a reconvertirnos, en qué nos podríamos reinventar.

Les voy a contar algo, en 2017 me fui a Buenos Aires, y hablando con Eduardo Valdés (diputado nacional y ex embajador de Argentina ante la Santa Sede) le pedí que lo llame a Alberto para pedirle que me atienda en su casa, y así lo hizo. Me recibió ahí y yo le pedí que la apoye a Cristina, en ese momento él me dijo que estaban muy peleados, por lo que me fui muy enojada, sobre todo cuando él apoyó a Florencio Randazzo en las intermedias. Después, en diciembre de 2018, cuando vino a Salta lo invité a mi casa. Ahí ya me dijo que venían charlando de nuevo con Cristina y después, bueno, vino todo lo que ya sabemos.

Le tengo mucha fe, espero que pueda resolver el tema de la deuda y de ahí arrancar. Pero tiene un buen equipo también, Matías Kulfas me parece bárbaro.

-¿Sirvieron las medidas de apoyo como las ATP o los IFE?

-Sí, llegaron muchísimos ATP, me consta, yo los tomé. En ese sentido, creo que al gobierno nacional le falta comunicar mejor y cae en el mismo error que Cristina, no comunicar correctamente todo lo que se hace. En los ATP y los IFE el gobierno invirtió mucha plata, y somos muchos los que lo recibimos, pero muy pocos son los que lo dicen y reconocen. Si se pueden callar o lo pueden disimular lo hacen.

Para mí, por una cuestión de transparencia se debería hacer un listado de empresas que recibieron las ayudas, nadie debería avergonzarse de haberlas recibido, estamos ante una pandemia y la mayoría los necesita.

Con el gobierno de Cristina hubo un montón de gente que se pudo hacer su casa gracias al PROCREAR, sin embargo, nunca lo dicen. Por lo que creo que hay que difundir todas esas cosas. Hoy hasta el más liberal pide ayuda del Estado, pero después, nunca la quieren reconocer.

­-¿Qué políticas se hacen urgentes para apoyar a las Pymes?

-Yo creo que el Gobierno tiene una batería enorme de medidas preparadas para la pospandemia, pero no se están comunicando bien. Eso genera incertidumbre.

Pero por un montón de lugares van a tener que atacar, la caída en el consumo en los años de Macri fue espantosa, entonces hay que volver a posicionar económicamente a la gente. Yo añoro la época de Néstor Kirchner, entre 2005 y 2007 los sindicatos venían y compraban las listas de útiles completas para los chicos. Estos últimos cuatro años venían y se llevaban un cuaderno y una birome, fue tremendo.

-¿La inflación perjudica mucho?

-Para mí mientras vaya subiendo el poder adquisitivo no, siempre que se mantenga en porcentajes considerables, si se te va al diablo ahí sí.

Pero considero, y lo estudié en economía, que una de las causales de la inflación es psicológica, los empresarios empiezan a subir los precios por si acaso, para cubrirse. No es lo único pero hay mucho de eso, en este momento me están llegando listas nuevas con aumentos, cuando no hay por qué, no son productos importados y, sin embargo, me llegan los precios inflados.

Yo nunca me manejé y nunca me gustó la especulación financiera, soy como almacenera, si me sobra algo de plata compro mercadería, no salgo a comprar dólares o acciones. En los últimos cuatro años mucha gente ganó dinero de esa manera y me enoja, porque en lugar de producir y vender te convenía especular. Con este gobierno tengo más esperanza que no van a dejar que eso suceda, que se van a plantar ante las empresas que quieran especular, como con Vicentín por ejemplo.

-La gestión del gobierno provincial ¿Cómo la ves, tiene herramientas para hacer algo?

-Los salteños tenemos que empezar a aprender. En ese sentido, por ejemplo, los cordobeses son más independientes. Tenemos que trabajar nuestra autoestima, que no nos vendan buzones los de afuera, tenemos un potencial enorme, no solo minería y campo.

Podemos instalar fábricas, en su momento yo hablaba con algunos candidatos sobre la propuesta de trabajar mucho sobre los parques industriales, con promociones impositivas. Yo soñaba en un parque industrial con mirada de género, en donde haya jardines maternales en el mismo lugar y políticas para incentivar la contratación de mujeres.

En ese parque se podría pensar en incorporar a los proveedores de la minería, que al final compran todo afuera y estamos insistiendo desde la Cámara Pyme que nos den prioridad a nosotros y que se reglamente la Ley de Compre salteño.

De todas maneras veo que están aprendiendo y están pidiendo opinión, nos están llamando, algo que antes no pasaba. Ese intercambio es bueno y a eso lo veo con buenos ojos de Gustavo Sáenz.

-¿Es necesaria una reforma impositiva?

-Sí, pero no tiene que estar apuntada a querer pagar menos impuestos, porque si vos tenés una buena actividad y vendés bien, no hay problema en pagar impuestos, porque hace falta para que funcione el Estado.

Para mí la reforma tiene que apuntar a que los impuestos sean más progresivos y menos regresivos. Hoy tenemos muchos impuestos regresivos, como el provincial de Actividades Económicas, que grava sobre la facturación y no sobre la ganancia. Si yo vendo un producto a $100, que me sale $99 y le gano $1, me deberían cobrar el 3% sobre ese uno, y no sobre los $100, porque pago más de lo que gano.

El IVA es otro impuesto regresivo a nivel nacional, que recae sobre el consumidor y que pagamos todos por igual, el gran empresario y el más pobre. Por lo que se debería ir más sobre impuestos a las ganancias.