"La cuarentena intermitente es la segunda fase de la programación con la que venimos trabajando que comenzó con el endurecimiento anterior", explicó a PáginaI12 el jefe de Gabinete bonaerense Carlos Bianco. El inicio de una etapa más elástica del aislamiento por la pandemia de la covid-19 tiene al gobierno de la provincia de Buenos Aires afinando los detalles y el monitoreo de la progresión del virus. Bianco destacó que "el sistema de salud bonaerense está al 52 por ciento de su capacidad", y que ese porcentaje "se logró por el trabajo que hemos hecho de sumar camas y evitar los contagios lo máximo posible". Además apuntó contra una parte de la oposición que "sale a pedir votos en medio de la pandemia" y "fogonea marchas y movilizaciones".
-¿Cuál es la expectativa del gobierno bonaerense ante el inicio de la nueva etapa de la cuarentena?
-Hay que destacar que esta decisión tiene el marco de una programación. La primera fase fue el endurecimiento que terminó el viernes pasado y tuvo un doble objetivo: lograr una menor circulación y que baje la tasa de contagios y por otro terminar de aceitar algunas cuestiones que tienen que ver con el tratamiento de la Pandemia que apunta a multiplicar la cantidad de camas y la cantidad de rastreadores de contactos estrechos, la llegada de mayor equipamiento para los trabajadores de la salud y esta intermitencia que está planteando el gobernador con un paso a la fase 3 en el AMBA y de acuerdo a la condición sanitaria de cada de uno de los municipios en el resto. La intermitencia no es otra cosa que esta idea de que algunas semanas se tendrá que endurecer y en otras se liberarán algunas actividades, sin dejar nunca de analizar la situación sanitaria y epidemiológica para evaluar si hay que ir para adelante o para atrás con la cuarentena.
-¿En qué porcentaje de ocupación se encuentra el sistema de salud bonaerense?
-El objetivo general con respecto al sistema de salud es no saturarlo, porque lo que se está viendo en distintos países es que la mayor cantidad de muertos aparece cuando el sistema de salud está colapsado. Pasó en España, en Nueva York, en Perú y en Chile también. Es allí cuando los médicos tiene que decidir quién vive y quién muere y no queremos llegar a esa situación. Hoy para toda la provincia está en el 52 por ciento. Si lo dividimos por zona, en el interior está en 34 por ciento y para el AMBA en el 58 por ciento. Esto lo logramos estabilizar en las ultimas semanas incrementando el caudal de camas y también hay una gran parte de los contagiados que no son graves, por lo tanto no hace falta la internación.
-En estos meses hubo mucho diálogo con los intendentes. ¿Cómo está la relación con la oposición?
-La relación es muy buena. Se está llevando en términos institucionales. La provincia está dando mucha asistencia financiera a los distritos, por supuesto sin hacer pie en el color político. Es una relación de trabajo y respeto en los canales que deben ser los normales entre el gobierno central y los municipios. No siempre ha sido así en el pasado, pero ahora está funcionando con normalidad, siempre con algún matiz en la relación política con la oposición, pero es sano para el sistema democrático. El diálogo es muy bueno, hemos tomado para el sistema de fases las opiniones de todos los intendentes de todos los colores políticos.
-La idea del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se comenzó a sentir con mayor firmeza a partir de la pandemia. Es interesante el diálogo entre la ciudad y la provincia por el conurbano a pesar de las diferencias políticas...
-No hay forma de tomar decisiones de forma diferenciada. A pesar de que tenemos diferencia y matices en cuanto a la política, la relación con la ciudad de Buenos Aires es buena y se trabaja mancomunadamente. El diálogo es constante y fluido entre el gobernador (Axel Kicillof) y el jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta), además de la comunicación constante que tenemos entre los funcionarios.
-El Frente de Todos asumió en diciembre y tuvo muy poco tiempo para desarrollar su programa de gobierno. ¿Le parece que una parte de la oposición ya comenzó con el discurso electoralista?
-Hemos visto varias situaciones de parte de la oposición que han sido sumamente irresponsables. Salir a buscar votos era innecesario. Salir a plantear un escenario electoral cuando no lo hay es irresponsable porque no es el momento. Pero además está la fracción más dura de la oposición fogoneando todo el tiempo marchas y movilizaciones. No solo es irresponsable, sino que además ni siquiera se entienden los motivos: anticuarentena, antivacunas, nazis y neonazis que se juntan con los libertarios, todo es una suerte de menjunje inentendible e inexplicable, que tiene como factor común solamente el antiperonismo. Y esto es peligroso porque postular una expresión solamente por lo contrario es complejo, porque o tiene argumentación. Durante la gestión anterior había de parte de la oposición un cuestionamiento hacia la política y las decisiones, no de antimacrismo porque sí.
-Hay un planteo opositor de la cuarentena como un exceso del Estado sobre la libertad de las personas. ¿La pandemia no puso sobre la mesa la discusión en contrario, acerca de a necesidad del Estado?
-En principio, no se está quitando libertad a nadie. Lo que se hace es implementar políticas de cuidado sobre la población. Efectivamente en algunos casos significa limitarse o autolimitarse o recomendar que tengan ciertos comportamiento para evitar un virus que tiene una tasa de mortalidad. Plantearlo en esos términos es irresponsable y temerario. Lo que ha hecho la pandemia es mostrar que la única forma de salir de estas situaciones es con un Estado presente, un Estado muy activo. Y no solamente en estas situaciones es necesario, la regulación del sistema capitalista la tiene que hacer el Estado para que garantice equilibrio e igualdad de oportunidades. Sin esa presencia del Estado en la producción y en la distribución, se termina en un sistema económico profundamente desigual, en el que un pequeño porcentaje de la población es muy rico y la mayoría no tiene lo suficiente para subsistir.