“Esto que es un incordio en cualquier época, ahora toma un significado más fuerte: tenés que arriesgar la salud para proteger legalmente tu obra”, lamentan compositores y productores. En diálogo con Página/12, varios artistas –sobre todo vinculados a la música- señalaron las dificultades burocráticas para resolver los trámites en la Dirección Nacional de Derechos de Autor. Concretamente, para registrar obras nuevas. Es que aunque la mayoría del trámite es online, el único modo de terminarlo es presentando el material en formato físico en la propia sede del organismo, ubicada en pleno centro: Moreno al 1200.
No se trata de un trámite menor. Más allá de que en caso de llegar a los juzgados por la autoría de una obra el registro de la DNDA (actualmente a cargo de Graciela Peiretti, especialista en derecho de autor) sirve para zanjar la disputa, haber registrado la obra es requisito o fuerte sugerencia en las convocatorias del Ministerio de Cultura de la Nación y sus pares provinciales, así como de otros institutos. Algunos, como el INCAA, suavizaron esta exigencia durante la pandemia y aceptan la presentación de proyectos con un certificado del inicio del trámite e incluso una certificación ante escribano público, para aquellas provincias donde la DNDA no tiene oficina propia. Pero esto no deja de tener sus límites: el trámite vence unos meses después de haberse empezado y tarde o temprano hay que darle los sellos finales. En persona, claro.
Consultados por Página/12, desde la Subsecretaría de Asuntos Registrales del Ministerio de Justicia de la Nación informaron que están diseñando “un sistema de almacenamiento digital de obras que sea integrado a la plataforma en línea a través de la cual los usuarios cargan los trámites habitualmente”. El titular de la Subsecretaría, Víctor Malavolta, confirmó a este medio que el Ministerio ya cuenta con la digitalización total del Registro Nacional de Reincidencia y que “avanza con la digitalización total del resto de las áreas”. Mientras tanto, todos los registros que dependen de la Subsecretaría toman turnos a través de la web para realizar los trámites en forma presencial.
Para los
artistas, la clave pasa por poder concretar el trámite sin necesidad de
gestionar permisos de circulación en CABA o ir al correo, que es la opción
alternativa. Además de las convocatorias oficiales, el registro también es
importante para, por ejemplo, avanzar con los trámites en Sadaic, con lo cual
la cadena de dificultades se incrementa conforme el compositor quiere
usufructuar su obra. Ante la consulta de este diario, ambas partes mostraron
comprensión sobre la situación.