Cuando el 5 de junio a las 17 horas el presidente Alberto Fernández anunció la intervención y posterior expropiación de Vicentin lo hizo con el mejor argumento que puede esgrimir un gobierno que se precie de nacional y popular en estos temas. Defender las fuentes de trabajo rescatando una compañía quebrada para recrear una empresa pública que sea referente del comercio exportador de granos y ayude a la soberanía y seguridad alimentaria de la nación. Irreprochable desde todo punto de vista.
Un proyecto que tenía y sigue teniendo toda la legitimidad política, jurídica y económica. La senadora Anabel Fernández Sagasti sabía muy bien sobre lo que legislaba: una Vicentin pública en tándem con YPF Agro era un punto de partida extraordinario para empezar a discutir muchas cosas en este país que la derecha intenta invisibilizar. Ejemplo: pesar bien las exportaciones, el importe de transferencias de las mismas, fletes, coste de los alimentos en el mercado interno, etc. Una empresa testigo nos permitiría monitorear estas dos variantes esenciales para el proyecto popular, como son el precio de los alimentos y los ingresos fiscales para financiarse.
El IFE, los ATP o lo que sea, necesitan de plata para poder realizarse, es decir recursos fiscales. Si la ayuda es solo monetaria y no controlamos el costo de los alimentos y desmonopolizamos su producción nos vamos a encontrar que todo lo que monetizamos en los bolsillos por ayuda social lo terminan chupando los balances de los súper y monopolios alimenticios vía inflación.
Estimaciones privadas indican que de los 3800 barcos graneleros (el Bulk carrier más chico carga entre 30.000 y 45.000 tn) que se cargaron en el puerto de Rosario en el 2018 se evaporaron 380 o sea el 10 %, sólo por no pesar bien las exportaciones. Esto, a precios de la época, significó que dejaron de ingresar divisas por 1900 millones de dólares y no se pudieron cobrar retenciones por 740 millones de dólares (en ese entonces se pagaba 4$ por dólar exportado), esto por pesar con el sistema Draft-survey (a “ojo”), a más de los otros ítems evasores como son la subfacturación, las triangulaciones etc.
Allí están los recursos fiscales que nos faltan. No necesitamos que la cadena agroindustrial “le haga la cabeza” a nuestros funcionarios para “venderles” que podemos exportar por 100.000 millones de dólares. Puro y viejo cuento que solo sirve para justificar la depredación de lo poco que de humano queda en pie en nuestra ruralidad. Nos damos por hecho con que pesen bien lo que exportan y paguen los impuestos que corresponde, con eso solo alcanza y sobra. Por eso no quieren empresas Testigo, ni políticos progresistas que husmeen sus cuentas.
El principio de acuerdo que, según trascendió, arribó la provincia de Santa Fe con Vicentin SAIC es exactamente lo contrario al objetivo primigenio que fijó nuestro presidente. Se nota mucho la mano de los sectores ruralistas anti-estado que encabeza el ministro Daniel Costamagna. Este activo militante de la candidatura de Mauricio Macri fue el primer impugnador del proyecto original. Nuestro presidente deberá seguir esperando la propuesta superadora, sin duda esta no lo es.
La Argentina no puede capitalizar sus acreencias en un fidecomiso como el que propicia el juez Lorenzini, que terminará devolviéndole una empresa saneada a sus vaciadores y que es-además-una pantalla para el arribo de otros grandes jugadores del mundillo híper concentrado de la exportación granaría, dónde el 9% del mercado de Vicentin es un verdadero “bocato di cardinale”. No dejemos que nos arrullen con cuentos. Ahora, debemos desarrollar el fidecomiso de YPF Agro, quedarnos con el puerto de Vicentin, el frigorífico FRIAR y la aceitera. Ya los pagamos. La plata que íbamos a poner en la expropiación coloquémosla en la refundación de la flota mercante nacional.
No vamos a arriar la bandera de la soberanía y seguridad alimentaria de nuestro pueblo ni la de empresa testigo, pero debemos convenir que necesitamos toda la fuerza junta para cinchar contra la derecha, porque dialogo sin lucha es como querer quitarle la pelota a Messi hablándole al oído.
* Pedro Peretti: Movimiento Arraigo. Ex dirigente de FAA