La actividad industrial en mayo cayó 26,1 por ciento interanual, aunque creció 6,3 por ciento con respecto a abril,  confirmando que ese último mes fue probablemente el más agudo en términos productivos, según el Informe de Actualidad Industrial elaborado por el Centro de Estudios de la UIA. Más allá de este repunte, la crisis de la actividad industrial sigue vigente: el nivel de producción de mayo es el más bajo desde noviembre de 2003. En los primeros cincos meses del año se acumuló una baja de 15,1 por ciento respecto a igual período de 2019.

Sector por sector

Los sectores que mayor caída presentaron fueron principalmente aquellos considerados "no esenciales" como el automotriz (-84,1 por ciento), la industria electrónica de consumo (-71 por ciento), minerales no metálicos y metales básicos (-51 por ciento) y productos textiles (-33,9 por ciento). De hecho, registraron leves subas con respecto a abril, mes de cuarentena estricta. 

Sin embargo, muchos de los esenciales también sufrieron el enfriamiento de la actividad: sustancias y productos químicos, que incluye la merma de ventas de medicamentos,  cayó 10,9 por ciento interanual. Otros esenciales como papel y cartón e incluso alimentos y bebidas disminuyeron 8,9 y 3,6 por ciento, respectivamente.

A la caída de la demanda interna se le suma la disminución de la demanda externa. Las exportaciones industriales cayeron en mayo 52,7 por ciento interanual. Los subrubros que más sufrieron en volúmen fueron material de transporte terrestre (-81 por ciento), metales comunes y sus manufacturas (-46,4 por ciento) y productos químicos (-44,8 por ciento), en gran medida asociadas al desplome del comercio con Brasil.

Perspectivas 

Los primeros datos de actividad de junio mostraron una suavización de la caída industrial, gracias al mejor desempeño en regiones del país en las que se flexibilizó el aislamiento. El dato más certero es la recuperación de las ventas con Ahora12, que llegó a niveles 20 por ciento superiores a los de la primera quincena de marzo

Sin embargo, las mayores restricciones para la circulación en el AMBA durante julio dificultan la recuperación de la actividad. Aunque industrias exportadoras, sus proveedores y las radicadas en parques industriales quedaron abiertas, gran parte del entramado se mantuvo cerrado, al igual que su comercialización. "Es esperable una nueva caída de la producción y el comercio en julio, compensado en parte por la normalización fuera del AMBA", advierte el informe.