Siempre bajo la guía de la Iglesia Católica, tres generaciones de una misma familia han intervenido en las luchas facciosas de las últimas siete décadas:

  • El padre. Siro Victor Miguel Luis de Martini, nacido el 3 de marzo de 1924, egresó como guardiamarina de la promoción 74 del escalafón naval cuando comenzaba la primera presidencia de Juan D. Perón. Como teniente de corbeta participó en el alzamiento del general Benjamín Menéndez en septiembre de 1951. Secundó al capitán de navío Vicente Baroja en el copamiento de la Base Aeronaval de Punta Indio. En sendos monoplaza AT-6, Baroja y De Martini enfilaron hacia el Aeroparque porteño, desde donde pensaban que Perón intentaría fugarse de la Capital. La pista principal estaba ocupada por un transporte De Havilland Dove en el que creyeron que iba el presidente. Baroja le arrojó dos bombas de 50 kilos que no dieron en el blanco y De Martini le perforó la cola con disparos de cañón pero no pudo impedir que decolara. Cuando Menéndez se rindió, De Martini se dirigió a Montevideo donde le concedieron asilo. En 1955 regresó en forma clandestina y fue uno de los animadores de los comandos civiles organizados por la Iglesia Católica. El 16 de junio, mientras sus camaradas bombardeaban la Plaza de Mayo desde aviones que llevaban pintado en las alas el ideograma Cristo Vence, formado por una letra C dentro de una V, encabezó el comando que copó a punta de pistola la radio Mitre y obligó a leer una proclama de excesivo optimismo: “¡Argentinos, argentinos! ¡Escuchad este anuncio del Cielo, volcado por fin sobre la tierra argentina: el tirano ha muerto! Nuestra Patria desde hoy es libre: Dios sea loado”. Como justificación alegó que las Fuerzas Armadas “se rebelan en este momento contra la tiranía, para restablecer la vigencia de la moral pública, sancionar a los responsables, restituir la justicia y devolver al pueblo el esencial instrumento de sus libertades. Afrontan esta decisión suprema ante la comprobación de que se estaba en camino de destruir espiritualmente el país, por obra de una corrupción desenfrenada; y se determinan a hacerlo con urgencia temeraria por el convencimiento de que el pueblo ha perdido la posibilidad jurídica de formar, expresar y defender su voluntad espontánea!”. Pero el muerto no fue Perón sino 300 personas alcanzadas a mediodía por las bombas y la metralla naval en la Plaza y alrededores. Reincorporado al servicio activo, siguió la carrera naval hasta retirarse como capitán de navío en diciembre de 1975, poco antes del nuevo golpe. Como juez de instrucción naval, rechazó sin investigar la denuncia de torturas durante la “guerra antisubversiva” presentada por el suboficial Juan José Cossi.
  • El hijo. En 1950 nació su hijo Siro Miguel Angel de Martini, quien en 1974 presentó en la Facultad de Derecho de la UBA su tesis de doctorado, que no defendió: “Presencia de la misericordia en un orden jurídico cristiano”. Durante la dictadura fue profesor adjunto de Filosofía del Derecho y de Introducción al Derecho de la Universidad de Buenos Aires, pero desde que concluyó hizo su carrera en la Pontificia Universidad Católica, creada como consecuencia del golpe en el que participó su padre. Integró el Consejo Superior de la PUCA y publicó en coautoría libros y artículos sobre el concepto de pena en Santo Tomás de Aquino, en contra del garantismo (que llama abolicionismo), en defensa del matrimonio heterosexual y en contra del aborto (“La vida triunfará. Reflexiones sobre la cultura de la muerte”). En 1977 fue el secretario del juzgado federal 1 de la Capital, a cargo de Eduardo Francisco Marquardt, que investigó el denominado Caso Graiver, por el cual un grupo de empresarios fueron secuestrados y sometidos a torturas en  Campo de Mayo. Entre ellos estuvo Horacio Rodríguez Larreta, padre del actual gobernador porteño. Marquardt y De Martini jugaron a la interna militar junto con Ramón Camps y llegaron a detener a los miembros de la Junta Militar de 1971, Alejandro Lanusse, Pedro Gnavi y Carlos Rey, por la construcción de la planta de aluminio de Aluar. Desde 1980 fue sucesivamente fiscal y juez federal. En 1981 el juez Angel Giletta condenó a Isabel Perón a 8 años de cárcel en la causa de la Cruzada de Solidaridad, pero De Martini apeló y pidió 12. Como juez ordenó la detención de los ex gobernadores de Córdoba y Buenos Aires, Horacio Obregón Cano y Oscar Bidegain, quienes habían regresado al país y anunciado la disolución del Movimiento Peronista Montonero, dada la celebración de elecciones presidenciales. En vísperas de las elecciones de 1983 instó a no votar por partidos y candidatos que no hubieran condenado el divorcio y el aborto. Al año siguiente, cuando la Cámara Federal ordenó procesar por rebelión a los miembros de la Junta Militar golpista de 1976 y le remitió el expediente, se excusó con el argumento auto referencial de que no los había denunciado como fiscal y juez, pero agregó para que no quedaran dudas que “estaba en peligro la existencia misma de la Patria y que emprender los medios para salvarla no era un delito sino un deber moral”. Agregó que “esperaba una revolución nacional y no aquel triste proceso”. Su actividad posterior fue la gerencia de personal y de seguridad en empresas multinacionales portuarias. Sin embargo también ejerció la defensa del ex marino Alfredo Astiz desde su primera detención, del cura policial Cristian von Wernich, del capitán Antonio Pernías, de los almirantes Jorge Anaya, Oscar Montes y Antonio Vañek y de los civiles de inteligencia alzados con Seineldín, Oscar y Enrique Calzada. En 1992 Menem propuso su designación como juez, pero no fue designado debido a la impugnación presentada por el CELS, las Madres de Plaza de Mayo, los Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el Serpaj. Integra la Asociación de Abogados por la  Justicia y la Concordia, creada por el Episcopado Católico como grupo de presión en reclamo de una amnistía. Como en el juego de cajas chinas que se emplea para el lavado de dinero, el Episcopado no dejó huella directa sino que utilizó para dar vida a la nueva Asociación a su Corporación de Abogados Católicos. En su página web la entidad de lobby ofrece un formulario para solicitar la detención domiciliaria de procesados o condenados por crímenes de lesa humanidad. Menciona esos juicios como de odio y venganza. También incluye links a la Unión de Promociones y a las asociaciones de amigos y familiares de los que llaman “presos políticos”.
  • El nieto. Siro Luis de Martini es profesor de derechos humanos en la PUCA, donde desarrolló un programa sobre la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Durante la gestión de Germán Garavano como fiscal general de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue secretario de primera instancia en la Oficina de Derechos Humanos y dirigió el Programa de Cooperación y Asistencia con la Sociedad Civil. Durante una semana de mayo de 2011 participó como juez en el Concurso Interamericano de Derechos Humanos organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Washington. Al mismo tiempo tramitó un acuerdo de cooperación con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para tareas de capacitación y un régimen de pasantías. En una comunicación dirigida en 2009 a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, basó un argumento sobre la independencia de los jueces en la Suma Teológica  de Santo Tomás de Aquino, “el más santo entre todos los doctos y el más docto entre todos los santos”. Una vez designado ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Garavano dispuso su pase en comisión como asesor jurídico en cuestiones relativas al derecho internacional de los derechos humanos, y en particular a los asuntos en trámite ante los organismos internacionales en los cuales el Estado Nacional es parte.

Siro de Martini hijo: ex juez, conferencista contra el aborto.

Siro de Martini nieto (detrás de Avruj): la gestión ante la CIDH por los militares presos.