El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que planea enviar fuerzas de seguridad federales a grandes ciudades gobernadas por demócratas como Nueva York, Chicago y Filadelfia, en respuesta a las protestas contra el racismo y la violencia policial que no tienen fin tras el asesinato de George Floyd el pasado 25 de mayo. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo que si el presidente cumple con su amenaza, recurrirá a la justicia. La semana pasada el departamento de Seguridad Interior desplegó un importante operativo de seguridad en Portland, estado de Oregon. Allí se repiten a diario las imágenes de agentes sin identificar llevándose a manifestantes detenidos en vehículos camuflados. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por el "uso excesivo de la fuerza" para reprimir las protestas en dicha ciudad.

"Si trata de hacerlo aquí también solo crearía más problemas, sería contraproducente. No nos tornaría más seguros e inmediatamente adoptaríamos acciones judiciales para detenerlo", dijo el alcalde de Nueva York este martes en conferencia de prensa. "Desde mi punto de vista este sería otro ejemplo de acciones ilegales e inconstitucionales del presidente", agregó de Blasio. Las protestas en Nueva York han sido hasta el momento mayoritariamente pacíficas, pero la ciudad registra un sostenido incremento en la tasa de criminalidad que funcionarios locales atribuyen a las reformas policiales implementadas tras el asesinato del afroamericano George Floyd.

Las imágenes más fuertes de este despliegue de seguridad dispuesto por Trump se vieron en Portland, donde la intervención de policías federales provocó indignación y generó cuestionamientos sobre su legalidad. Varios videos difundidos en los últimos días muestran a agentes vestidos de civil arrestando a manifestantes y subiéndolos a vehículos sin identificación. Aunque la mayoría de los detenidos fueron luego liberados, la gobernadora de Oregon, Kate Brown, comparó su actuación con la de la "policía secreta" en las sociedades más represivas.

Al repudio se sumó la CIDH, que exhortó al gobierno de Donald Trump a cumplir con sus compromisos para proteger los derechos humanos de los ciudadanos. En una publicación en su cuenta de Twitter, expresó que "observa con preocupación el uso excesivo de la fuerza desde el 11 de julio contra protestas en Portland, tras el envío de agentes federales, y denuncias de detenciones sin garantías del debido proceso y al margen de las autoridades locales". La comisión exigió que se respeten "los derechos y libertades de expresión, circulación y reunión en espacios públicos".

 "Estamos observando a Chicago, estamos observando a Nueva York", dijo Trump a periodistas el lunes, antes de citar también a las ciudades de Baltimore, Filadelfia y Detroit. "Todas gobernadas por demócratas, todas gobernadas por la izquierda radical. No podemos dejar que esto suceda", agregó. Lejos de hacerse eco de las críticas, el departamento de Seguridad Interior se prepara para enviar a Chicago a unos 150 agentes, luego de registrarse choques entre policías y manifestantes que intentaban derribar la estatua de Cristóbal Colón.