En el primer trimestre, el trabajo asalariado explicó el 49,8 por ciento del total de las remuneraciones que se contabilizaron en el país, midió el Indec. Esto implica una leve mejora frente al 49,2 por ciento del mismo período del año pasado. Sin embargo, representa una fuerte caída en relación al primer trimestre de 2016, cuando explicaba el 54,6 por ciento de “la torta”.
La caída de los últimos años en el peso de los salarios sobre los ingresos totales se explica por el deterioro del empleo asalariado registrado así como también a causa de la merma del poder adquisitivo, ya que la inflación superó los aumentos salariales.
Por otro lado, independientemente de cómo evoluciona la distribución de las porciones, la "torta" se achica a causa de la crisis. Los datos del primer trimestre prácticamente no toman en cuenta los efectos de la pandemia.
En contraste a la caída de la participación salarial en los últimos años está la evolución del llamado “excedente bruto de explotación”, que registra el movimiento de las ganancias empresariales. En el primer trimestre, la ganancia empresarial se ubicó en el 36,1 por ciento de la torta de los ingresos, algo por debajo del 38 por ciento de hace un año atrás. Sin embargo, sigue estando unos puntos por encima del 34,8 por ciento de comienzos de 2016.
En otras palabras, el último año registra una pequeña mejora de los salarios en relación a la ganancia empresarial, que todavía está lejos de compensar la tendencia desfavorable al trabajo que se verifica desde 2016, cuando comienza la serie del Indec llamada “Cuenta generación del ingreso e insumo de mano de obra”.
Además de la retribución al trabajo y al capital, un tercer factor viene ganando participación en la torta de los ingresos, que el Indec llama “Ingreso mixto bruto” y que se relaciona al cálculo de la retribución dada por el cuentapropismo. A comienzos de 2016, este rubro representaba el 12,6 por ciento de los ingresos totales, se ubicó en el 13,8 por ciento en el primer trimestre de 2019 y este año llegó al 15,2 por ciento.
Se achica la torta
En paralelo al movimiento de la participación de los ingresos sobre torta, en los últimos años se produjo un proceso de deterioro generalizado de la situación económica, es decir, de achicamiento de la torta de los ingresos.
En el caso de los trabajadores, la comparación con 2016 no sólo arroja una porción más chica en relación a la porción de las ganancias empresarias, sino que encima ambas porciones son en términos absolutos más reducidas por la continuidad de la crisis económica.
Algunos datos ilustran esta situación. Según los datos del sistema previsional, en abril de este año se contabilizaban 5.807.200 asalariados registrados en el sector privado, casi 475 mil puestos menos que en abril de 2018.
En el mismo período, el índice de salarios del Indec registra un incremento del 102 por ciento, mientras que el índice de precios del consumidor tiene un avance del 123 por ciento.
Si el sector asalariado privado registrado tiene caída de puestos de trabajo y de poder adquisitivo, la evolución del no registrado es seguramente bastante peor. También se contabilizan de a miles las pequeñas y medianas empresas que cerraron en los últimos años.
Los datos del primer trimestre prácticamente no captan el efecto negativo que está teniendo la pandemia sobre la economía en general y en particular sobre los sectores más vulnerables, como los trabajadores no registrados.