Según datos del Ministerio Público Fiscal, desde que se decretó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio el 20 de marzo y hasta este lunes 20 de julio, 178 personas denunciaron haber sido víctimas de delitos informáticos de contenido sexual, de las cuales, 17 lo fueron de grooming. Esto es casi el equivalente de todas las denuncias por este tipo de delitos que se registraron en 2019, año en que hubo 189 personas que reportaron haber sido víctimas de algún delito de contenido sexual durante todo el año.
El delito de grooming, también conocido como “ciberacoso sexual infantil”, está tipificado en el artículo 131 del Código Penal y establece penas de entre 6 meses y 4 años de prisión a quien “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
La inmensa mayoría de los casos denunciados en los últimos 4 meses se dieron en el Distrito Judicial del Centro, donde fueron radicadas 128 de esas denuncias, pero también se registraron 15 en el Distrito Judicial del Sur; 13 en el de Tartagal y 5 en el de Orán. En el mismo período de 2019, se radicaron unas 189 denuncias de ese tenor en toda la provincia.
Según explicó el fiscal Coordinador de la Provincia, Pablo Rivero, “la situación de pandemia y el confinamiento como medida de prevención para evitar la propagación del virus” llevó a la Procuración General “a hacer un monitoreo y un seguimiento específico de los delitos que se cometan a través de la red o a través de internet”, y se dieron con un crecimiento importante en la cantidad de denuncias. Además del ciberacoso sexual infantil, se dieron con otros delitos informáticos de contenido sexual, tales como insinuaciones sexuales de una persona mayor a una menor, difusión de actividades sexuales pagas o la utilización de plataformas online como medio de captación para la trata de personas.
A modo de ejemplo, el coordinador de los fiscales ilustró la mecánica del delito de grooming de la siguiente manera: “una persona mayor de edad a través de Tik Tok (en referencia a la aplicación muy popular entre niños y adolescentes), elige uno de ellos, empieza a tener una vinculación, quizás por Instagram, manda mensaje y empieza a tener una comunicación. Se gana primero la confianza y una vez que lo logra, le pide, por ejemplo, que se saque una fotografía de las partes íntimas o empieza a hacerle insinuaciones de carácter sexual”.
Puerta de entrada
La peligrosidad del grooming, más allá de vulnerar la integridad sexual de menores, es que es la puerta de entrada a otros delitos todavía más graves, como la coacción, los abusos sexuales, o la distribución de pornografía infantil. “Porque le puede pedir (a la víctima) que se saque una foto de sus partes íntimas y pedirle que se la mande. Una vez que se la mande ya tiene una herramienta para coaccionarlo”, aseguró Rivero.
En esa misma línea, el coordinador provincial de Grooming Argentina, Ramiro García Salado, consideró que “atento a la situación que estamos viviendo, donde el único contacto que tenemos con el exterior es el informático, se generó el ecosistema perfecto para la comisión de estos delitos”.
De hecho, una encuesta realizada por esa organización entre 4.276 niños, niñas y adolescentes de entre 9 y 17 años, mostró que más de la mitad habla con personas desconocidas en Internet. Aunque el sondeo no se realizó en Salta, ese porcentaje fue de más del 86% entre los jujeños encuestados. A más de la mitad de ellos, les han pedido que enviaran fotos desnudos o con poca ropa.
“Nostros tenemos una idiosincrasia parecida a la de Jujuy, y en ese sentido Salta no escapa a esta realidad y máxime en la situación que nos encontramos de encierro donde a los chicos se los entretiene únicamente con esto”, se lamentó García Salado.
Fiscalía sin fiscal
La gran cantidad de delitos informáticos llevó al Procurador General de la Provincia, Abel Cornejo, a promover la creación de una fiscalía especializada en ciberdelincuencia, cuya ley fue promulgada en diciembre de 2019. Sin embargo, a 8 meses de su creación, la Fiscalía de Ciberdelitos no está en funcionamiento porque el Consejo de la Magistratura no convocó a concurso para cubrir el cargo.
“Está faltando que se llame a concurso para cubrir el cargo de fiscal, como así también la designación de los cargos para cubrir todo lo que es el personal que va a componer el grupo de trabajo del fiscal”, explicó Rivero, quien consideró que “es muy importante que en Salta ya empecemos a contar, más allá de los papeles, en el trabajo diario con esta Fiscalía de Ciberdelitos” para poder luchar también contra otros delitos que utilizan las redes sociales para ser perpetrados, como la violencia de género o las estafas económicas.
El fiscal coordinador explicó que actualmente la investigación de los delitos informáticos está diseminada en las diferentes fiscalías, que trabajan en forma individual y sin equipos especializados. “La idea es unificar los criterios, tener los propios equipos de trabajo y de investigación que estén bajo el comando de un solo fiscal, para que se pueda hacer de manera rápida y se pueda hacer cesar los efectos del delito, ya sea bloqueando o dando de baja determinadas cuentas”.
Por su parte, García Salado consideró “un avance importantísimo que al menos legalmente se conforme la fiscalía, pero por otro lado nos quedamos también sin nada por la falta de presupuesto”. “Hemos visto en todos los medios el tema de las estafas virtuales respecto de los planes y lo que a nosotros nos atañe que es el tema de los chicos, que están totalmente indefensos frente a este flagelo”, agregó.
No revictimizar
Más allá de la persecución penal del delito, el coordinador provincial de Grooming Argentina entendió fundamental que los adultos puedan interiorizarse sobre el grooming, además de generar un buen diálogo con sus hijos y ganarse su confianza.
“Nosotros lo que aconsejamos siempre es el tema del diálogo y la comunicación y estar atentos a los distintos comportamientos que pueden tener los chicos”, aseguró García Salado. “Lo fundamental es no revictimizar al chico, no volver a retarlo porque los chicos son víctimas de engaño, y después del engaño, vienen las extorsiones o amenazas de parte del delincuente. Entonces ahí el chico tiene que decidir entre acceder a la extorsión o contarle a sus padres que después lo retan. Por eso es importantísimo el tema de no revictimizar a la víctima, sino que hay que acompañarla”, concluyó.
A su vez, recomendó siempre denunciar el delito de grooming, y no escrachar en las redes o bloquear al pederasta digital. “En promedio, un delincuente no acosa a un solo chico, sino que son entre 20 y 25 chicos. Uno por ahí detecta la situación del hijo y los escrachan en las redes o lo bloquean en el whatsapp, entonces se pierde el contacto del delincuente y no se lo puede agarrar. Entonces, salvamos una víctima pero hay otras tantas que siguen siendo víctimas de este mismo delincuente”, detalló.
En el mismo sentido, García Salado desaconsejó que los padres intenten hacerse pasar por el menor de edad, “porque ahí desnaturalizamos el delito”. Según relató, hubo numerosos casos en la Argentina en los cuales no se pudo probar el delito por la intervención de mayores de edad que hicieron que la Justicia interpretara que se trató de engaños mutuos entre dos personas adultas.