Así como el gobierno de Mauricio Macri generó un relato sobre el de Cristina Kirchner para intentar justificar sus políticas, el gobierno del actual presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, hace lo mismo con sus antecesores. Fue justamente el ex presidente José Mujica quien salió a responder las antojadizas afirmaciones oficialistas sobre lo que supuestamente fueron las relaciones internacionales durante el gobierno del Frente Amplio. "Dicen que la política exterior debe ser conducida por el interés del país y no por afinidades ideológicas. Se ponen serios y nos critican a nosotros como si hubieran descubierto el agujero del mate, como si hubieran inventado la rueda. Eso es lo que hacemos todos. Podemos tener simpatía, concordancia, lo que se quiera, pero en la política exterior siempre, todos los gobiernos luchan por tratar de, directa o indirectamente, arrimar algunos porotos, algún garbanzo para los intereses del país, y siempre fue así", aseguró en su habitual programa radial por M24.
Mujica describió el mecanismo que utilizan los oficialismos conservadores para difundir e imponer sus relatos. "Se inventa una historia y la empiezan a repetir. Y como tienen grandes medios de prensa que les son afines, porque tienden a cortar el bacalao para el mismo lugar, machacan, machacan y machacan. Después, lo que empezó siendo un bolazo, se lo terminan creyendo", aseguró.
Mujica empezó sus apariciones radiales de quince minutos cuando era presidente y las continuó, ya como senador, por M24, con su habitual tono que mezcla la ironía con lo coloquial.
"¿Por qué digo esto? Porque nos endilgan que teníamos relaciones exteriores en función de la concordancia ideológica ¿Y cómo van a explicar que me comí un viaje a la Antártida con mi compañera, junto a Piñera y su señora esposa, haciendo diplomacia presidencial, bancándome el frío y todo.... ¿Sería por afinidad ideológica? No me jodas".
También hizo referencia a su relación con Enrique Peña Nieto, el ex presidente de México, que "cuando asume y pasa por el barrio, le doy un asado que casi lo mato de tanto que comió en la pecera de Suárez, y quedamos como chanchos. Yo tratando de tapar un agujero que había hecho, alguna declaración y nos habían cortado la exportación de carne y todo lo demás. ¿De la afinidad ideológica con Nieto? No me jodas".
Tampoco los Estados Unidos quedaron fuera de sus anécdotas. "La señora Clinton. Ohhh... ¡Vino al cambio de mando cuando asumimos nosotros! La jefa del Departamento de Estado me trajo un regalo, un cascote que no sé lo que era, de vidrio. Muy amable la señora y me dice: 'Le voy a poner una embajadora como usted precisa', y me puso una petisa morocha, de origen dominicano, que se había criado en el Bronx. Era abogada pero no parecía. Fue una craaack, pudo arreglar el lío de las naranjas. Veinte años haciendo gestiones para vender naranjas. Lo arregló por cuestiones personales. ¡Ajá, yo tengo una afinidad ideológica con la señora Clinton brutal! No me jodas con eso, no me jodan".
"Y con el presidente de Colombia. Aún recibo correspondencia del actual presidente de Colombia. ¿Afinidad ideológica? Decidimos darle una mano, en lo posible, por el conflicto que tenía", en referencia a las conversaciones de paz con la guerrilla.
"¿De qué afinidad ideológica me hablás con el puente tres años cortado? Y eso era afinidad ideológica, no me rompas", dijo Mujica en su única mención a la relación con los Kirchner, a quienes no se refiere por el nombre. La referencia es obviamente al conflicto por la instalación de las pasteras en la costa del río Uruguay.
"Y con Rajoy --se entusiasma recordando sus encuentros con el entonces presidente de España-- me tuve que bancar una comida con el rey, la reina, la mar en coche, Rajoy, y todo. Pero Rajoy me puso hasta un avión para que me moviera dentro de España. ¿Sería afinidad ideológica con Rajoy? ¡No me jodas!"
"También hay que aclarar una cosa --resaltó en relación al lugar que ocupa Uruguay en el mundo--. No existimos. Somos tomadores de precios en todo, por lo que no podemos llevarnos por delante a nadie". "Tenemos que tener relaciones con todos. Hasta con el que se descuide, porque uno no sabe lo que pasa mañana. Y sobre todo, tratar de tener buenas relaciones y tratar de no ser orgulloso y siempre de zurcir a favor de los intereses que puedan ayudar al país. Este no es ningún descubrimiento del gobierno actual. Eso es la historia de la diplomacia en el Uruguay. Entonces tengamos un poco más de respeto".
Y a continuación contó que este martes había ido a visitar al nuevo ministro de relaciones exteriores, Francisco Bustillo, a la Cancillería. "Como siempre las cosas en Uruguay son eficientes y me avisaron a las once de la mañana que era hoy y tuve que salir volando. Lo fui a saludar sabiendo perfectamente que tiene otra afinidad de carácter ideológico, siempre que ocupó un lugar en el exterior sirvió a todos los uruguayos que pasábamos por ahí con alguna responsabilidad, nos atendió como un caballero y como un eficiente diplomático", contó para enseguida revelar que a Bustillo su nuevo cargo "no le gusta un carajo" pero que igual lo asumió y que quería desearle suerte porque "esto no es una cuestión de afinidad ideológica. Se puede estar en tiendas distintas, pero se puede tener respeto y empatía", dijo el expresidente.
Al final del audio se escucha suavemente la voz de su esposa, la ex vicepresidenta y senadora Lucía Topolansky, que le señala que fue el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti el que recibió a Fidel Castro, con lo que Mujica retoma: "Recordemos que Sanguinetti trajo a Fidel. Y recordemos que fue el doctor Sanguinetti el que reconoció a China. Rompía los ojos no reconocer semejante país. Te guste o no te guste. Ha sido siempre así. Y recordemos al doctor Herrera cruzando el charco, el único que fue a despedir a Eva Perón. Entonces no jodan. No sean mentecatos", fue el enfático cierre.