“Nunca creas en tu propio hype. ¿Cómo olvidamos esa lección tan valiosa? ¿Cómo una banda anti establishment como X cayó en la trampa más cliché? Supongo que nos sentíamos por fuera de las reglas”. Así escribe John Doe sobre los inicios de su banda y la maratónica carrera que los convirtió muy rápido en los favoritos de la prensa musical, su paso por el Late de David Letterman y la Teletón de Jerry Lewis, y lo mucho que, aparentemente, sufrió con todo ese éxito como si fuese un impostor. El texto pertenece a More Fun in the New World: The Unmaking and Legacy of L.A. Punk (2019), el segundo de un díptico de libros hermanos --todavía sin traducción al español--, en los que Doe, en colaboración con el joven Tom DeSavia, explora una escena poco representada como el punk californiano, su devenir en lo que pronto se llamó hardcore y las aventuras en los lugares icónicos del movimiento como The Masque, Canterbury o Disgraceland.
Lo novedoso es que, en vez de engolosinarse con su propia historia, John Doe puso a escribir ensayos a una serie de personajes notorios de la escena. Henry Rollins y Exene Cervenka, claro, pero además la chicana Teresa Covarrubias de The Brat, Jane Wiedlin y Charlotte Caffey de Las Go-Go’s, o Roberto López, alias El Vez, acá “El Elvis latino,” solo algunos nombres de un gran clan. El resultado es una historia muy personal de X, pero también, un relato coral sobre el punk californiano narrado en primera persona.
Todo empezó en el 2016 con el primero de los dos volúmenes: Under the Big Black Sun: A Personal History of L.A. Punk, un best seller que comenzó a delinear los orígenes de la escena cuya versión audiolibro —narrada por sus protagonistas y con extractos musicales— estuvo nominada al Grammy. Ahora, en el segundo libro, la reflexión es sobre la resignificación del punk en la cultura actual y para eso, Doe agrega una serie de coloridas voces que lo habitaron en sus márgenes; el skater Tony Hawk, el cineasta Tim Robbins o el artista urbano Shepard Fairey, cuyo famoso Hope fue usado por la campaña de Barack Obama. Ambos libros buscan celebrar la escena reivindicando su diversidad seminal, y la influencia latina, femenina y queer que configuraron el devenir del movimiento y que, sienten los autores, la historia ha insistido en negar.