La ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sigue de Zoom en Zoom. Por caso, reunió nuevamente a los que fueron ministros se su gabinete durante sus cuatro años de gobierno. En una charla amena -no faltó un canto de feliz cumpleaños para Roberto Gigante, hoy funcionario porteño- repasaron la coyuntura de la pandemia. Como viene haciendo desde el comienzo de este año, Vidal les señaló que es necesaria una autocrítica tras la derrota y replantear la identidad del espacio, sin dejar de señalar las diferencias con el oficialismo. Es lo mismo que planteó en otro Zoom ante 500 dirigentes del espacio: "La grieta no nos ha traído nada bueno. Eso no quiere decir negociar nuestros valores".
El encuentro fue prácticamente con todo el gabinete. Solo unos pocos faltaron al convite y estuvieron ausentes con aviso. Según señaló a este diario uno de los asistentes al Zoom, se volvió a escuchar a una Vidal moderada que pidió no polemizar ni buscar sacar ventaja política en el contexto de la cuarentena. Una y otra vez, Vidal repite que la gente no está para peleas entre políticos en este contexto. Lo que no quiere decir que no tenga planes para el futuro de Juntos por el Cambio. Lo que sucede es que, una vez más, la búsqueda de un nuevo perfil choca con la línea confrontativa que instaló desde comienzo del año Patricia Bullrich, como presidenta del PRO ungida por Mauricio Macri.
No fue un encuentro en el que se tomaran decisiones sobre el futuro, sino uno más de reconectarse. Lo que muestran estas reuniones es que Vidal sigue muy activa en política y con la voluntad de no abandonar la area. ¿De vuelta como candidata en la provincia de Buenos Aires o volviendo al terreno porteño? Son especulaciones a la que la ex gobernadora, por el momento, les pone pausa. Pero está claro que algún rol va a jugar.
El encuentro, según relatan quienes estuvieron, fue distendido: le cantaron el feliz cumpleaños a Gigante, ex ministro de Vidal al que recuperó Horacio Rodríguez Larreta para su gobierno. Otra de las voces cantantes en el encuentro fue el ex ministro de Seguridad y actual jefe de bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, que contó cómo se está trabajando hoy en el Congreso. Otros funcionarios hablaron de la pandemia tanto en sus consecuencias económicas como de salud. Esa parte les tocó al ex ministro de Salud andrés Scarci y al ex de Trabajo Marcelo Villegas.
Vidal repitió lo que viene diciendo en cada Zoom o reunión: que no ve margen para una ruptura en Juntos por el Cambio, pese a las diferencias obvias con el ala dura del PRO. La ex gobernadora suele advertir que muchas de estas disputas son lógicas en un espacio que perdió el año pasado la provincia de Buenos Aires y el Gobierno nacional. Y que incluso le parecen menos de las que podría haber después de semejante derrota.
La línea que bajó es no extremar las tensiones con el otro sector. Tampoco cuando hay críticas por parte del presidente Alberto Fernández o del gobernador Axel Kicillof. Vidal considera que no es el momento de exacerbar la polarización política, lo que no quiere decir que no piense que no llegará el momento de competir electoralmente.
Las diferencias con el ala dura no pasan por una simpatía mayor o menor con el peronismo, sino con otro cálculo: Vidal plantea que no alcanza con el núcleo duro antiperonista para ganarle al Frente de Todos. Por eso, viene planteando que el perfil del espacio opositor debe ser distinto. En ese razonamiento acompañan Larreta, Ritondo y otros dirigentes que hace tiempo habían planteado esto mismo como Rogelio Frigerio y Emilio Monzó. Con este último, lentamente, Vidal comenzó a recomponer la relación luego de las fuertes diferencias que tuvieron desde 2015 en adelante.
El discurso de la gobernadora lo volvió a plantear en otro encuentro por Zoom organizado por su ex ministro de Desarrollo Social Santiago López Medrano ante unos 500 dirigentes de Juntos por el Cambio. Según consignó Perfil, Vidal planteó que "la oposición no tiene un cheque en blanco: tenemos un lugar de responsabilidad, de representación”. E insistió en que hay que "refundarse", reconociendo errores, haciendo autocrítica y repensando el perfil del espacio para las próximas elecciones. “Para algunos, ser oposición supone la confrontación abierta permanente. El lugar incómodo, pero el que creo vale la pena, es decir que no cuando vale la pena. Muchos dirán que no somos lo suficientemente duros, pero es el lugar necesario", remarcó. Las diferencias con el sector del PRO que plantea todo lo contrario son evidentes y no terminaron, pese a que la creación de una mesa ejecutiva del PRO generó una virtual tregua entre las partes.