Un médico flebólogo de 41 años quedó en prisión preventiva por 60 días, por delitos contra la integridad sexual de cuatro pacientes en Reconquista. La medida cautelar fue resuelta por el juez Santiago Banegas, ante la acusación del fiscal Sebastián Marichal, quien recordó que el profesional fue imputado en junio y transitaba el proceso en libertad, hasta que la semana pasada hizo un llamado que provocó la detención. Los hechos contra la integridad sexual fueron cometidos en el marco de tratamientos que brindaba a las víctimas.

Pablo G. está imputado como autor de seis hechos delictivos contra la integridad sexual en perjuicio de cuatro pacientes, y se le achacaron los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar grave daño en la salud física o mental de la víctima; abuso sexual gravemente ultrajante (tres hechos); abuso sexual simple y tentativa de abuso sexual simple.

Según relató el fiscal, “los delitos fueron cometidos entre 2013 y 2019, cuando aprovechó que las víctimas no consintieron libremente su accionar, en el consultorio de Reconquista y en el marco del tratamiento”. Incluso, dijo que "en uno de los casos, aprovechó que la víctima se quedó dormida para perpetrar el abuso sexual”. Y sumó que “provocó una crisis de angustia, cuadro fóbico y síntomas de pánico en la víctima, lo que le impidió desempeñar sus tareas laborales y derivó en la pérdida de su trabajo”.

Marichal recordó que “el hombre fue imputado en junio y transitaba el proceso en libertad; pero su situación procesal se modificó a raíz de que, el martes 14 de julio, realizó un llamado intimidante al exmarido de una de las víctimas. La comunicación duró al menos 18 minutos y, tanto el hombre con el que habló como su exmujer, se sintieron intimidados”, señaló el funcionario judicial. “La pareja dijo que el profesional de la salud manifestó que si la causa proseguía, podría verse perjudicada su familia”.

Según publicó el portal Reconquistahoy.com el fiscal le pidió al juez que deje detenido al imputado para que no entorpezca la investigación y para evitar fuga, ya que puede ser condenado de mínimo a 8 años de prisión. En tanto, el acusado reconoció la llamada, pero negó que haya sido para intimidar, sino para que el hombre le cuente qué le había dicho la mujer sobre la denuncia.