Un informe del Observatorio Gente en Movimiento advirtió que 1 de cada 2 porteños no quiere vivir en la Ciudad. El documento es la cuarta entrega del informe sobre la “calidad de vida durante la crisis del covid-19 en la Ciudad de Buenos Aires”. La desigualdad en la distribución de espacios verdes, la saturación del sistema público sanitario y educativo y la dificultad para pagar el alquiler son las principales problemáticas de la calidad de vida en la Ciudad.
El relevamiento incluyó una pregunta sobre el deseo de los habitantes de la Ciudad de migrar hacia lugares con mejor calidad de vida, a lo que el 50 por ciento de las personas consultadas respondió que “si pudiera se iría a otra ciudad”, mientras que el 48 por ciento afirmó que se quedaría. Sólo el 2 por ciento contestó que no sabía la respuesta.
“Dejando de lado a los mayores de 60 años, en todos los rangos etarios más de la mitad de los porteños se irían a vivir a otra ciudad si pudieran”, señala el informe del Observatorio, coordinado por la diputada Gisela Marziotta. Los informes buscan producir información confiable para generar “políticas públicas que mejoren la calidad de vida en la ciudad” ya que los porteños “no están viviendo en la mejor Buenos Aires posible”.
Tal como el Observatorio venía advirtiendo en sus informes , las dificultades económicas para abordar el costo de vida en la Ciudad se profundizaron por la crisis, consecuencia de la pandemia del coronavirus, lo que llevó a que, en julio, más del 60 por ciento de los inquilinos asegure que no puede pagar el alquiler del próximo mes. El porcentaje representa a 216 mil hogares y 576 personas.
“Que la mitad de los ciudadanos tengan ansias de irse a vivir a otra ciudad nos plantea un desafío a quienes pensamos políticas para que todos puedan vivir bien”, advierte el informe.
Uno de los principales conflictos que devela el informe es la escasez de espacios verdes en la Ciudad, y la fuerte desigualdad en su distribución: según el informe, en Palermo hay 14 metros cuadrados de espacio verde por habitante, mientras que en la Comuna 5, al sur de la Ciudad, ese espacio se reduce a menos de 20 centímetros cuadrados. “Una mayor cantidad de espacio verdes en la ciudad podría ser un tema central para una agenda de calidad de vida post-coronavirus”, recomienda el informe. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una ciudad debe tener al menos 9 metros cuadrados de espacio verde por habitante.
En este sentido, un 67 por ciento de los encuestados afirmó que con mayor cantidad de espacios verdes “la cuarentena hubiese sido más llevadera”. Además, la distribución de estos espacios es necesaria para que las personas “puedan realizar actividad física con el correcto distanciamiento”, durante esta nueva fase del confinamiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Según el informe, el problema de la congestión de deportistas cuando se habilitó, en junio, la actividad física, fue consecuencia de la falta de espacios verdes en la ciudad.
Sin embargo, también resulta un problema para los porteños el acceso a la salud y la educación pública . Mientras que sólo un 18,7 por ciento de los habitantes de la Ciudad recurre al sistema de salud pública, casi la mitad de los usuarios que acceden a una cobertura privada está considerando dejar de pagarla, lo que implicaría un aumento del 173 por ciento de la demanda actual en hospitales y centros de salud públicos. Lo mismo sucede en el ámbito educativo, porque el 50 por ciento de las familias con hijos en colegios privados manifestó no estar en condiciones de pagar la próxima cuota. El 31 por ciento está considerando cambiarlos a una escuela pública. “La educación de gestión estatal en la Ciudad podría verse desbordada si no se plantean políticas urgentes que atiendan a una nueva demanda de vacantes”, advirtió Marziotta.