Desde Santiago.

El Congreso chileno finalmente sancionó la ley que permite el retiro excepcional del 10 por ciento de los fondos de jubilaciones en la tarde del miércoles. Tras quince días de tramitaciones esta mañana la Cámara de Diputados aprobó por 116 votos a favor (incluyendo 32 pertenecientes al oficialismo), 28 en contra y 11 abstenciones las indicaciones efectuadas anoche por Senados luego de aprobarlo en lo general con 29 votos a favor, 13 en contra y una abstención. Esta fue la última etapa de un proyecto que sólo espera la promulgación de parte del presidente Sebastián Piñera en un lapso de 30 días. El mismo miercoles por la noche el presidente anunció en un comunicado que lo hará en las próximas 24 horas.

Tan evidente era el resultado —recordemos que en la primera tramitación el 10 de julio pasado, el proyecto avanzado al senado con 95 votos a favor, 25 en contra y 11 abstenciones— que esta tarde no hubo clima de celebración con aplausos, gritos o algunos fuegos artificiales como si sucedió anoche en una ciudad aún en cuarentena como Santiago.

Esto constituye una votación histórica y un golpe de proporciones al gobierno de Sebastián Piñera, acérrimo defensor de no tocar este sistema establecido en 1980 y conocido como AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones). A pesar de la cesantía asociada a la pandemia y una cifra de fallecidos que se aproxima a los 12.500, las únicas medidas ofrecidas eran cajas con alimentos, préstamos y bonos equivalentes a unos 650 dólares, lo que generó malestar en la población al punto de registrarse la semana pasada cacerolazos y manifestaciones que recordaron al estallido social de octubre del año pasado.

Este modelo económico, fue establecido durante la Dictadura de Pinochet y permite que entidades privadas puedan invertir los dineros depositados obligatoriamente por los trabajadores chilenos, sin acceso a las ganancias de estas inversiones, pero si asumiendo las pérdidas. Sólo las Fuerzas Armadas y de Orden que mantuvieron el antiguo sistema de pensiones.

“No siento una derrota”

Aunque ayer se retiró temprano de La Moneda a su residencia, dejando a sus ministros defendiendo sus medidas en el Congreso, esta mañana Piñera reapareció en un punto de prensa en la víspera de la votación final. “No siento que uno experimente una derrota cuando lucha con convicción y con fuerza por lo que cree que es mejor para chile y los chilenos. No siempre lo que uno cree que es lo mejor para el país es lo que se aprueba en el Congreso”, aseguró.

Porque, aunque mantiene la opción de vetarla, esto significa volverla a llevar al senado y donde, predeciblemente, sólo sería apoyado por los mismos 13 votos que rechazaban el proyecto. Por otro lado, aunque la senadora y presidenta de la UDI (Unión Demócrata Independiente) Jacqueline van Rysselberghe señaló ayer la posibilidad de llevar esta ley al Tribunal Constitucional, finalmente los 11 senadores del conglomerado oficialista Chile Vamos, que habían apoyado la idea inicialmente decidieron no hacerlo.

Así, uno de los adherentes, Andrés Allamand (Renovación Nacional) señaló esta tarde la necesidad de una “autocrítica”: “Hemos resuelto no concurrir al TC, asumimos que el proyecto de reforma ha sido apoyado por una amplia mayoría de ambas cámaras. Nuestra preocupación era precisamente dejar establecido que estos proyectos de reforma deben ser aprobados por el quórum más alto que establece la constitución”. Esto debido a que ayer en el Senado se estableció un quorum de 3/5 versus 2/3.

Contradictoriamente al “triunfalismo” de Piñera, el ministro de Hacienda, Hernán Briones, deslizó todo lo contrario: “es importante, luego de esta votación, de esta derrota política, levantar la mirada e ir hacia adelante”. Y agregó: “Hoy estamos lejos de haber agotado todos los problemas que esta pandemia ha significado (…) Cerca de dos millones de chilenos están sin trabajo y eso nos motiva a estar trabajando en un plan muy masivo de subsidios de empleos”.

El ministro del interior Gonzalo Blumel señaló, que había que “dar vuelta la página y enfocarse en trabajar con mayor unidad”. Un discurso que contrastaba con el expuesto anoche en el senado, donde acusaba al proyecto de servir a “una forzosa unidad en la oposición”. Aunque, de todas formas, repitió el mantra de la derecha chilena: “los problemas de la clase media no los tiene que pagar la clase media con sus ahorros previsionales”.

También fue cauto sobre la decisión final del presidente, a pesar de su escaso margen de acción:

“Una vez que se completen los trámites legislativos se va a tomar la decisión que corresponda”, dijo Blumel.

Finalmente, el personero recordó, tal como Briones, proyectos que beneficiarían a los chilenos, sin necesidad de meter mano en el 10% de las AFP Y que está pendiente de su discusión en el Congreso la ampliación del Ingreso Familiar de Emergencia y la necesidad de acelerar el proyecto de ley que otorga un bono de 500 mil pesos chilenos a la clase media (unos 650 dólares), proyectos ya anunciados por Piñera la semana pasada como forma de contrarrestar lo que finalmente triunfó

El Jueves Negro y el futuro


Pero la aprobación del 10 por ciento no fue el único golpe recibido por el gobierno de Piñera. Inmediatamente después de aprobada esta ley, la Cámara de Diputados rechazó —por 109 votos en contra y 31 a favor—el veto del gobierno por el corte de suministros básicos.

Se trata de un proyecto que impide la suspensión de servicios de luz, agua y gas en clientes con boletas impagas por la pandemia por 30 días antes y 90 días luego de publicada la ley. También se incluía la duplicación de las velocidades del “plan solidario de conectividad” de telefonía móvil y fija, establecido entre el gobierno y privados que beneficiaría al 60 por ciento de hogares con menores ingresos. Este último, era uno de los que el gobierno se oponía. Todo esto deberá ser ratificado en el senado chileno, necesitando el 2/3 de los votos.

En medio de una derecha dividida —muchos diputados y senadores descolgándose de las decisiones de Piñera— y con rumores de un cambio de gabinete, comienza a vislumbrarse importantes cambios en Chile en sintonía con las grandes protestas iniciadas en octubre de 2019. El próximo hito sería el Plebiscito para el Cambio de Constitución programado para el 25 de octubre.