Se la escucha suave a Evelina Sanzo en Magnético, el nuevo EP que hoy se conoce a través de todas las plataformas digitales. Se diría que hay un contraste con Tabú, el disco anterior. En verdad hay una continuidad, un proceso musical de estados de ánimo diferentes y consecuentes con una misma sensibilidad. De hecho, Magnética incluye dos reversiones de temas de Tabú (“Honesta” y “Sobre el río”), junto a los inéditos “La pelota” y “Parecíamos”.

“Es la idea del nuevo material: actualizar o hacer un refresh musical. Por otro lado, es la primera vez que trabajo con beats, cuando los dos discos anteriores (Curandera, 2014; Tabú, 2018) habían sido más orgánicos, con bata y percusión. Y si bien ya venía trabajando con (el productor) Gonzalo Ferreyra, a este material lo terminé de hacer en cuarentena. Cada músique me envió lo suyo, y fue un flash grabar las voces en casa”, explica la música a Rosario/12.

Lo cierto también es que el proceso creativo de Magnético da cuenta de cómo Evelina Sanzo está por estos días; entre paredes, streamings y afectos lejanos. “Yo venía de 50 días sin ver a nadie, sin ver a mi familia, que vive en Álvarez. Cuando quise ponerme a cantar no pude. Estaba tan angustiada de no abrazar a mi familia y a mis viejos, que apenas se habilitaron las reuniones, me tomé un bondi y los fui a ver. Los abracé y me lloré todo. Cuando volví, me encerré y grabé las voces. Antes no podía, y eso me frustró mucho”, comenta.

Las y los músicos invitados incluyen a Daniel Pellegrinet (guitarra) y Lucre Ortiz (acordeón) en “La pelota”; Flor Croci (guitarra) en “Honesta”; Lula Bertoldi (guitarra eléctrica) en “Sobre el río”; Nico Getzrow (guitarra), Iván Tarabelli (piano) y Victoria Forte (coros) en “Parecíamos”. “Es un material que estaba realizado desde antes de la cuarentena, si bien fue producido y terminado ahora. Sí compuse otras canciones, pero van a estar en otro EP. ¡Siempre voy a destiempo con los momentos (risas)!”, agrega Sanzo.

“La verdad es que se escucha un poco más luminoso, porque el saldo es un poco ése, más allá de un montón de cuestiones que están pasando, económicas y sociales, que nos obligaron a meternos para adentro. Yo no tuve otra más que estudiarme y aprender de mí misma, cuidarme a mí y al otre. Creo que este EP es un poco más introspectivo si se quiere. Las canciones que van a estar en el próximo vienen más del palo de la luz, cuando en Tabú estaba mucho más enojada. Igual sigo enojada. Pero son canciones más amables, amorosas”, continúa.

--¿Cómo te resultan los streaming?

--Yo uso las redes para promocionar mi trabajo, pero no soy muy amiga. Y cuando hice el primer vivo tuve la emoción de estar, de alguna manera, en contacto con otres. Extraño mucho el vivo, como cualquiera. Somos uno de los sectores que más tiempo va a tardar en volver a la normalidad. Yo terminaba muy emocionada, con felicidad o angustia, y no sabía qué carajo era, porque estaba en contacto con la gente pero no era real. Hice un par de vivos hasta que el último me puso muy nerviosa, más de lo habitual. Terminaba y me ponía a llorar. Así que me dije ‘no hago más esto’. Estaba muy sensible, me estaba haciendo mal. Y me puse a laburar con este material. Entiendo que en un primer momento fue una forma de estar cerca, de comunicarnos, pero no lo disfruto, no lo quiero hacer más. Me gusta estar con la gente, aunque sea --o sobre todo-- en escenario chiquititos, íntimos. ¡Y con las clases ni te cuento! Di unas clases de canto por Zoom y me dije ‘esto no es para mí’ (risas). Empecé a laburar mucho con acompañar a mis alumnes con sus procesos creativos, de hacer sus EP, discos, temas. Es algo que venía haciendo, pero al ponernos más introspectivos es algo que ahora acompaño más.

Magnético se editará en formato cassette, un gusto personal pero también habitual para el sello independiente Remedio Casero. “Fue todo por casualidad. Matías Orsi (de Remedio Casero y guitarrista de Rosedal) vive en mi edificio. Un día me lo presentaron y nos pusimos en contacto. Comenzamos a reunirnos en la terraza con distanciamiento social y cada uno con su mate. Muy graciosos esos encuentros (risas). Como él es cantante, me pidió si podía ayudarlo con algunos temas, y como yo hago mucho trueque, trocamos clases de canto por la edición en cassette. Como es lado A y B, en el A estará el EP, y en el B voy a grabar unos temas inéditos y algunas reversiones de canciones que me gustan; pero grabado con el celular, me gusta mezclar distintos soportes. Yo soy de la época del cassette, mi primer demo lo hice en cassette a los 15 años. Medio que ahora ya ni sirve hacer discos, pero cada soporte tiene su sonido. El cassette es medio lo-fi y me encanta”, refiere Sanzo.

Lo hablado nunca escapa al contexto, y la pandemia se suma a un problema (municipal) que parece endémico. ¿Algo más por decir, que no se haya contemplado? “Que se nos pague a los músiques a tiempo. Me encantaría que en este momento sea así. Ya sabemos que los trabajadores de la cultura estamos precarizados, y me da mucha bronca. Estoy tratando de contenerme, pero que un pago tarde ocho, nueve meses en salir, me parece de terror. Se llenan la boca hablando de la cultura, me piden apoyos y demás. Páguenme lo que me deben”, concluye.