¿Los dueños de Vicentin ceden las acciones a un fondo fiduciario sí o no? Ese será el punto a revelar en la segunda audiencia de conciliación que se realizará el próximo jueves entre directivos de la empresa, autoridades provinciales y el juez Lorenzini. Entonces se sabrá si es viable el plan del gobierno de Perotti que propone reactivar la empresa con capitalización de acciones por parte de los acreedores, inversionistas privados, cooperativas y el Estado, que podría participar del fideicomiso a través de las deudas por cobrar del Banco Nación y Afip, YPF Agro y a través del Belgrano Cargas. Si no lo fuera –-si los accionistas no ceden el capital social-– volverá a primer plano la intervención lisa y llana de la empresa, que el juez del concurso desechó con argumentos que 40 días después se desvanecen como pompas de jabón por la acumulación de investigaciones en tribunales de Reconquista, Rosario, Buenos Aires y Nueva York. Más aún, dada la complejidad de la trama societaria hay quienes se preguntan por qué no se extendió el concurso a la totalidad de empresas del holding, a sus controladas y asociadas dado que la Sindicatura General de la Nación (Sigen) ya demostró la unicidad de la administración de todo el conglomerado.
La negociación
En la primera audiencia de conciliación hace 10 días, la provincia propuso que Vicentin pase a ser administrada por un fideicomiso que se encargaría de volver sustentable la empresa y regularizar la situación con los acreedores. Para eso los actuales accionistas deberán ceder la totalidad del capital social y correrse de la administración.
Los representantes de la empresa salieron de ese encuentro entusiasmados. Sin embargo, a medida que pasaron los días, aparecieron condicionantes, según le confirmaron a Rosario/12 fuentes que conocen los detalles de la negociación. A priori los actuales accionistas pretenden participar en el futuro directorio hasta que haya acuerdo en el concurso preventivo, pero esto no cierra a las autoridades provinciales ni nacionales. Ni a los acreedores.
La razón es elemental: el nuevo directorio tiene que designar líneas gerenciales, formular las propuestas de pago, ya sea por dentro del concurso o a través de acuerdos preventivos extrajudiciales (APE) y todo lo necesario para el cumplimiento de los objetivos del fideicomiso. ¿Quién va a querer a “los Vicentín” metiendo mano y opinando sobre cómo arreglar lo que ellos arruinaron?
Los actuales accionistas pretenden participar en el futuro directorio hasta que haya acuerdo en el concurso preventivo, pero esto no cierra a las autoridades provinciales ni nacionales. Ni a los acreedores.
El plan
El plan de la provincia tiene tres ejes:
*El salvataje de la empresa vía la constitución del fideicomiso sin participación de los actuales directivos en la administración.
*La continuidad del concurso preventivo de acreedores.
*Y el avance de las investigaciones sobre el destino de los cientos de millones de dólares que desaparecieron dejando el tendal de deudas.
El fideicomiso es un contrato por el cual se pacta que determinados bienes pasan a ser administrados por un fiduciario. En este caso, es imprescindible que el centenar de accionistas ceda todo el capital social al fideicomiso. El plan de la provincia consiste en que esas acciones queden afectadas a las diferentes alternativas que puedan surgir en el marco del concurso preventivo. Por ejemplo, capitalización de parte de los acreedores o para constituir garantías, entre otras.
Además, que no haya límite para la capitalización de acciones, por lo que --dependiendo de lo que resulte de esa relación de canje-- los actuales accionistas podrán ser desplazados del capital social.
Capitalización
Si se concreta ese primer paso (obtener las acciones), el siguiente es iniciar negociaciones con acreedores (son más de 2.800) y ofrecer que capitalicen acciones a cambio de lo que se les debe. También una reforma estatutaria, para estructurar distintas clases de acciones y reservar la acción de oro para el Estado nacional.
En este proceso podría pasar que la capitalización sea un éxito y los actuales accionistas se queden sin participación en el capital social. Si no fuera así, y al cabo de la oferta aún conservan un porcentaje, debería quedar afectado al fideicomiso como prenda de pago de los créditos.
El fondo
El fondo se podría constituir con los siguientes aportes:
*Uno o más inversores privados que aporten liquidez.
*Acreedores del concurso a los que pueda interesarles capitalizar deuda y estar adentro del negocio. El caso más concreto son los corredores de granos, que además garantizarían materia prima para procesar y exportar, y las cooperativas.
*El Estado por al menos dos vías. La principal es la capitalización de la deuda que Vicentin mantiene con Banco Nación y Afip. Como el Banco Nación no puede capitalizar 18.500 millones para asegurar el crédito que otorgó, la opción más firme hoy es que el Banco Nación ceda la acreencia al Poder Ejecutivo a cambio de un bono. También se estudia el ingreso de Belgrano Cargas (es acreedor por la irrisoria cifra de 21.990,54 pesos), replicando el modelo de negocios que desarrolló Aceitera General Deheza con NCA (ex ferrocarril Mitre). La logística es central en el negocio de los granos y tener adentro la empresa estatal de ferrocarriles con la red de vías más extensa del país, haría diferencia. Sigue en análisis el rol que pueda jugar YPF Agro.
La opción más firme hoy es que el Banco Nación ceda la acreencia al Poder Ejecutivo a cambio de un bono. También se estudia el ingreso de Belgrano Cargas
Plan B
¿Y si los accionistas no ceden las acciones? En ese caso vuelve a tomar fuerza la intervención lisa y llana de la empresa, trámite solicitado por la provincia a través de Inspección de Personas Jurídicas y sobre el que insistió la semana pasada el Banco Nación y parte del comité de control del concurso. En su momento, el juez no hizo lugar a la medida sino que repuso al directorio bajo el argumento de que es una empresa de gran complejidad y que “su patrimonio debe ser administrado con el grado de experticia que asegure su adecuada gestión dado que, justamente de ello dependerá su continuidad operativa, la reinserción en el mercado de granos internacional y la exitosa negociación con los acreedores concursales y post concursales”.
Desde ese 19 de junio hasta hoy, el escenario cambió. El juez parece tener poco margen para ratificar esa línea argumental: Vicentin sigue sin funcionar, no presentó (ni va a presentar) los estados contables 2019, acumula investigaciones contra la empresa en Reconquista, Rosario, Buenos Aires y Nueva York y los bienes de sus directores fueron inhibidos por la Justicia federal. Todo eso sumado a los manejos accionarios y extranjerización de patrimonio ya comprobados, descriptos por la provincia, más el informe de la Sigen demostrando la unicidad de administración de empresas que en los papeles parecen ajenas (por ejemplo el frigorífico Friar) pero comparten directores y domicilio fiscal. Suena muy difícil insistir en que ese directorio sea la solución o parte de ella.