“Yo jugué con Dios” se titulará el trabajo que prepara el documentalista y camarógrafo bahiense Raúl Papalardo acerca de los días que pasó en 1992 Diego Maradona en el Balneario Marisol, en el Partido de General Dorrego, al sur de la provincia de Buenos Aires. Maradona cumplía la sanción de 15 meses por doping en su paso por el Napoli de Italia y se preparaba para incorporarse al Sevilla de España.
“El Diego quería estar solo, así que se vino a Marisol. Todos los vecinos hablaban con él. Siempre tuvo muy buena onda. Por acá se lo recuerda muy bien. Se portaba como uno más”, le dice Papalardo a Página/12.
En Yo jugué con Dios hay imágenes de la época y testimonios de quienes convivieron o jugaron con Maradona en partidos a beneficio que se hicieron en la zona. Las canchas -de once o para picados informales- se llenaban ante la expectativa que generaba. “Tengo un partido de él jugando en Tres Arroyos”, anticipa Papalardo sobre el documental que espera esté listo a fin de año. Maradona también solía jugar en la playa y se tomaba su tiempo para pescar. En el trabajo se verán fotos que lo recuerdan con su clásico peinado de los tiempos del Sevilla: pelo corto a los costados y largo detrás. En otras imágenes se deja testimonio de canchas locales llenas de hinchas que no se lo querían perder. Después de los partidos, la fiesta continuaba en clubes locales donde él se fotografiaba con chicos y grandes. De esto también hay constancia.
Los entrevistados lo recuerdan acompañado por su esposa de entonces, Claudia Villafañe, y las dos hijas de ambos, Dalma y Giannina. También hay quienes rememoran que convocaba a los vecinos a su casa alquilada o él se invitaba a la de ellos para tomar unos mates. Siempre estuvo dispuesto a fotografiarse con los vecinos. También manejaba una moto de agua a modo de pasatiempo.
Conocido además como Balneario Oriente, su popularidad recorrió el mundo gracias a la presencia de Maradona, quien fue por primera vez en 1983. Aún hoy en la zona se habla de esos tiempos, aunque recién ahora Papalardo puso manos a la obra para preparar la historia y darle un formato más profesional. Hoy el balneario vive del turismo y del comercio marítimo. La pesca deportiva tiene un lugar de gran importancia.
Bahía Blanca y su zona de influencia aportaron grandes figuras para el deporte argentino. Sobre todo al básquet y al fútbol. Los basquetbolistas Emanuel Ginóbili, Marcelo Richotti y Hernán Montenegro y los futbolistas Rodrigo Palacio y Alfio Basile, son algunos a los que se suma Ángel Cappa. Esos perfiles y esos hechos históricos son los que rescata Papalardo en sus trabajos.
En “La pelota”, por ejemplo, habla del fútbol en general y entrevista al local Ángel Cappa, además de César Luis Menotti y Jorge Burruchaga. También aparece José Pepino Borello, un símbolo de Boca y de la Selección en los años 40 y 50 que comenzó en las inferiores de Olimpo. “El golpe final” cuenta la carrera deportiva del boxeador local Carlos María Giménez. Equipos que hicieron historia en la zona tienen su homenaje, por ejemplo, en “Un viaje en globo”, sobre el recordado Huracán de Ingeniero White, que en 1968 jugó el Nacional e hizo historia al ganarle al Estudiantes de La Plata multicampeón de entonces, y “31 de julio del 99”, sobre el ascenso de Villa Mitre al Nacional B.
“Baley” se titula el trabajo sobre el arquero suplente de Ubaldo Fillol en la selección de los 80. Entre los entrevistados, el Pato señala “lo buen tipo que es Baley” y dice “y eso que me estaba peleando el puesto”. De no ser por Fillol, chocolate Baley, nacido en el cercano Ingeniero White, tal vez hubiese tenido un lugar más destacado en la historia de nuestro fútbol. El ex arquero fue un símbolo del Independiente de fines de los 70.
Papalardo es hincha de Tiro Federal de Bahía Blanca y desmitifica lo que se suele creer en las generales: “El clásico bahiense es Tiro Federal - Villa Mitre. Nada que ver con Olimpo”.
Para sus trabajos cuenta con coequipers. Entre ellos, José García Sierra, con quien en estos momentos lleva adelante “Yo, Tato”, un documental sobre el ex futbolista local Juan Carlos Zapata, jugador de Platense y Banfield que como entrenador logró el ascenso a la B Nacional de Villa Mitre en una definición por penales ante San Martín, en Tucumán, en 2008. “Un personaje tremendo”, lo define Papalardo. El otro trabajo se titulará “El equipo del pueblo”, un homenaje a Club Pacífico de Bahía Blanca, recordado por Marcelo Richotti, y que revolucionó la Liga Nacional y a la ciudad en los años 80. En los informes también lo ayudan Eduardo López, a cargo de las estadísticas, y Guillermo Morales, encargado de la musicalización.
“Hay un punto de partida en estas historias: es que son tan locales que sus protagonistas o testigos, al recordarlas, parecen revivir”, explica Papalardo ante este diario. “Hay equipos de pueblo. Equipos que marcaron el pulso de la ciudad y luego desaparecieron, aunque nunca se los olvidará. Hay extranjeros que recalaron en Bahía Blanca y que aportaron para la historia de nuestro deporte, aunque en Buenos Aires no se los conozca”, agrega.
A través de estos informes Papalardo le da pelea al olvido. Porque, dice, “hoy el deporte bahiense está parado. Hay un Museo del Deporte y mucha gente que ama las actividades deportivas, pero ya las canchas, de básquet o de fútbol, no se llenan como antes. Muchos vecinos hoy prefieren ser testigos de los hecho a través de la televisión, sin moverse de sus casas”.