Un hospital de La Plata, el Interzonal General de Agudos "Dr. Rodolfo Rossi", diseñó un protocolo para que los familiares de enfermos de cuidados paliativos que tuvieran coronavirus pudieran acompañarlos. En rigor, se viene implementando desde mayo. La iniciativa del hopital bonaerense adquiere ahora especial interés, después de que el comité de especialistas sanitarios que asesora al presidente Alberto Fernández pusiera el acento en "recomendar el acompañamiento a los pacientes terminales" .
Si bien en todos los hospitales hay profesionales de la salud que asisten a los pacientes críticos hasta el momento mismo del fallecimiento, el Rossi ideó un protocolo específico para incorporar a la familia. Y no es casual que haya ocurrido allí: se trata del primer hospital de la Provincia de Buenos Aires en crear un servicio de Cuidados Paliativos, en diciembre de 2001. Desde 2003, la médica Cecilia Jaschek, actual directora ejecutiva de ese establecimiento público, trabajó en esa unidad pionera en este tipo de cuidados dirigida a personas con enfermedades incurables y avanzadas.
Jaschek remarca que el eje de cuidados paliativos es “el acompañamiento de la familia y del paciente” por parte de un equipo interdisciplinario. Por eso dentro del área “apareció rápidamente la pregunta” sobre cómo continuar con ese acompañamiento en una pandemia que impone otro modo de morir
y, también, otro modo de iniciar un duelo. La cuestión es bien compleja pero hay un único “nudo”, según la perspectiva de Juan Carlos Tealdi, integrante del Comité de Bioética que asesora al Gobierno: “cómo se hace para, manteniendo las medidas de seguridad, mantenerle al paciente sus contactos. Y eventualmente si llega a estar por morir que pueda tener una despedida acorde. Es lo que se empezó a debatir, porque al principio era ‘te aislo y chau’: no ves más a nadie'”.
Los puntos claves del protocolo
Estos son algunos de los puntos que se establecen en el protocolo del Hospital Rossi para que los enfermos de cuidados paliativos con coronavirus puedan estar acompañados:
* Se aprueba la presencia de un familiar, que puede acompañar al paciente del caso sospechoso/confirmado el tiempo que dure la internación. En caso de que sea positivo, o hasta el momento de que se descarte el coronavirus, al retirarse, debe cumplir con catorce días de aislamiento. Pueden retirarses en cualquier momento y ser reemplazados por otro acompañante que cumpla con los requisitos.
* No puede presentar factores de riesgo para covid-19 (mayores de 60 años, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal, enfermedad pulmonar crónica, diabetes, embarazo).
* Se lo capacita con material escrito y videos para la correcta utilización del Equipo de Protección Personal (EPP) . Debe usar barbijo quirúrgico, protección ocular, camisolín y guantes durante toda su estadía.
* Debe firmar tres ejemplares de un consentimiento.
* A su llegada, se le entrega al acompañante un equipo ambo para que se cambie. La ropa de calle y accesorios se colocan en una doble bolsa plástica que colocará en el placard de la habitación del paciente, para resguardarla de contacto hasta el momento de salida.
* Los equipos de EPP se cambian cada seis horas, como los del personal de salud.
* En el caso del que el paciente conserve autonomía para su alimentación, el acompañante y el paciente se alimentarán en distintos momentos. Además, mientras uno se alimenta, el otro debe permanecer con barbijo y mantener una distancia mínima de dos metros. Los acompañantes no pueden deambular por los pasillos del hospital.
Repensar el final
Para Jaschek, después de cuatro meses desde el inicio de la pandemia, se hace necesario “repensar estas cuestiones y evitar que tanto la internación como el final de la vida sea un proceso solitario y desolador tanto para el paciente como para los familiares”.
Con la idea de humanizar todo lo posible la atención, en el Rossi también implementan un sistema de llamados telefónicos diarios para dar el parte a los familiares y un dispositivo de asistencia en salud mental tanto para el enfermo como para los seres queridos que lo necesiten.
“El protocolo está escrito con todo detalle y a disposición de todos los equipos de salud que quieran implementarlo para, finalmente, brindar una atención que contemple, además de los cuidados físicos, aspectos tan importantes para el paciente y sus seres queridos como la salud mental y espiritual”, explica Jaschek.