Hay un “bucle de historias de migraciones, exilios y crímenes de Estado” en el que “ambas orillas”, por Argentina y España, “están siempre cerca”, dijo Emilio Silva, sociólogo, nieto de desaparecidos de la dictadura de Francisco Franco e integrante de la Asociación Memoria Histórica de España. Su intervención fue en el marco de la Visita de las Cinco que organiza el Museo Sitio de Memoria Esma, que en su edición de julio homenajeó a los y las desaparecidas de España y Argentina. Bajo el eje de una investigación vinculada con el arte, a partir de las exposiciones de un puñado de personalidades vinculadas a la temática a ambas orillas, planteó coincidencias y diferencias de los hechos y sus procesos en cada país.
Silva compartió mesa virtual --desde que la cuarentena para prevenir la propagación del coronavirus el evento mensual del museo se realiza vía teleconferencia-- con Lola Berthet, directora del Centro Cultural Haroldo Conti; el dramaturgo español Raúl Quirós, la directora del Archivo Nacional de la Memoria, Mariana Tello, la abogada Ana Mesutti y el juez federal Daniel Rafecas.
La encargada de inaugurar el encuentro fue Alejandra Naftal, la directora del museo sitio de memoria que funciona en lo que fue uno de los centros clandestinos más importantes de la última dictadura, quien hizo referencia a uno de los tantos puntos de conexión que unen las historias de Argentina y España en cuanto a torturas, secuestros, robo de bebés y desapariciones. “Esta visita es una muestra de cómo el paso del tiempo es inexorable, pero no se bajan los brazos”, planteó antes de remarcar que la historia de lucha de los organismos de derechos humanos argentinos “inspiró e inspira a los compañeros y compañeras de España, donde han pasado más de 80 años y los crímenes del franquismo están impunes, todavía no encontraron un lugar para investigar y saber, y tampoco encontraron justicia”.
En una lógica que se continuó a lo largo de toda la visita virtual --en la que no hubo moderador sino que cada expositor o expositora presentaba al que le seguía-- Naftal introdujo a la investigadora y comunicadora Cecilia Sosa, quien resumió el marco teórico de la edición invernal de la Visita de las Cinco: el proyecto Staging Difficult Pasts del Reino Unido, de la que ella forma parte, una iniciativa que busca “brindar una mirada transnacional a las maneras en los que el teatro contemporáneo y los sitios de memoria presentan distintas puestas en escena de hechos del pasado que son conflictivos”.
Sosa presentó a Lola Berthet, quien subrayó el “trabajo importante” que llevan a cabo “el arte y la memoria para hacer entender al pueblo lo que es un desaparecido o una desaparecida”. Antes se tomó el tiempo para felicitar a los artistas que participaron del mediometraje producido por El Pampero y dirigido por Alejo Moguillansky en el marco del proyecto de investigación que pone en diálogo fragmentos de testimonios de familiares de desaparecidos españoles durante la dictadura franquista --tomados a su vez de la obra teatral El pan y la sal (Raúl Quirós, 2015), basada en la transcripción literal del juicio contra Baltasar Garzón en 2012-- y testimonios de sobrevivientes del terrorismo de Estado brindados en la causa ESMA.
Raúl Quirós explicó brevemente la propuesta dramática que definió como “el juicio contra la memoria histórica” y en la que reunió testimonios que familiares de víctimas del franquismo dieron en el juicio contra el juez Garzón. Quirós introdujo a Emiliano Silva, cuyo testimonio está representado en su obra El pan y la sal. Y él ,a su vez, presentó a Mariana Tello, hija de víctimas de la última dictadura argentina y actual titular del Archivo Nacional de la Memoria. Su planteo centró la atención en el testimonio como “vital en los procesos de memoria, verdad y justicia”.
Desde la idea de testimonio, Tello observó una similitud entre Argentina y España respecto de la “tenacidad de los dos países en insistir en este relato que después se convirtió en testimonios, así como la resistencia de esos testimonios”. Y también una diferencia, la “más grande” que ella encontró: la escucha de esos testimonios. “En Argentina, durante los últimos cinco años tuvimos la dichosa experiencia de vivir un cambio radical en las condiciones de escucha del sufrimiento de las víctimas. En España, la crueldad de darles la espalda no puede seguir ocurriendo”.
Tras las palabras de Ana Mesutti, abogada de la querella argentina contra el franquismo, continuó el juez federal Rafecas, encargado de cerrar la visita. “Difícilmente podremos construir una democracia en serio si no llevamos justicia, verdad y reparación a los crímenes más graves que se pueden cometer. Hay una incompatibilidad de base si se pretende construir una democracia en base a una política de impunidad y olvido respecto de esta clase de crímenes”, remarcó en relación a España. Sobre Argentina, en cambio, observó que “está en el otro extremo, consolidando cada vez más esos valores”.