Los chilenos volvieron a protestar masivamente contra la acción de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Miles se manifestaron para exigir el fin del sistema privado de pensiones en una movilización que fue pacífica e inundó las calles de las principales ciudades del país. Las AFP administran los fondos de pensiones de 10 millones de trabajadores y entregan pensiones bajísimas a sus afiliados, muy por debajo de la promesa original de retribuir el 70 por ciento del último salario. La marcha más multitudinaria se vivió en Santiago, donde según la Coordinadora “No+AFP”, que motorizó la convocatoria, se reunieron más de 350.000 personas. Los participantes pidieron el fin del Sistema de Capitalización Individual, que entrega la administración de los fondos acumulados por los trabajadores a las administradoras privadas.
Impuesto en 1981 por Augusto Pinochet y se mantiene hasta hoy como herencia de la dictadura, el actual sistema obliga a los trabajadores a cotizar el 10 por ciento de sus salarios a las AFP, que invierten los fondos en los mercados de capitales. La dictadura mantuvo el sistema de reparto para Fuerzas Armadas, Carabineros (Policía militarizada) y otras instituciones afines, que disfrutan de altas pensiones, mientras los jubilados en las AFP cobran pensiones equivalentes a entre un tercio y un 50 por ciento de los ingresos que recibían durante su vida laboral.
El creador de las AFP fue el ministro del Trabajo de Pinochet, José Piñera, hermano del ex presidente conservador Sebastián Piñera, quien anunció la semana pasada que se postulará a un nuevo período presidencial. Según informes de la Superintendencia de Pensiones, el promedio de las jubilaciones en Chile asciende a 197.726 pesos (300 dólares), cifra muy inferior al sueldo mínimo, de unos 257.500 pesos (385 dólares aproximadamente).
A fines del año pasado, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, promulgó la ley de reforma de pensiones solidarias, iniciativa cuyo objetivo es aplicar un reajuste extraordinario del 10 por ciento al total de la pensión básica de vejez vigente, que pasaría de 93.543 a 102.897 pesos (152 dólares) mensuales. “Todos necesitamos pensiones más dignas para poder vivir como corresponde, en mejores condiciones, para poder ser un poquito más felices también”, dijo Bachelet. La mandataria había señalado que “Chile es un país donde las personas mayores son cada vez más, viven más y por lo tanto, requieren que, como sociedad, nos preparemos para priorizar su cuidado, responder a sus necesidades y darles un trato preferente”.
La ley fija de manera permanente la regla de cálculo del Aporte Previsional Solidario de Vejez, lo que supone que algunos beneficiarios no verán disminuidos los montos de sus aportes solidarios. Otro de los principales objetivos del Sistema de Pensiones Solidarias es la prevención de la pobreza en la tercera edad o en caso de invalidez.
La financiación de las prestaciones provienen de ingresos generales de la Nación, promoviendo el carácter solidario del beneficio, al que pueden acceder personas que no tuvieron participación en el régimen previsional o que realizaron pocos aportes en el sistema de pensiones contributivo. En esa línea, Bachelet afirmó que la ley, en referencia a los trabajadores, trata de reconocer sus derechos, garantizar que puedan vivir esa etapa de la vejez sin temor por la pobreza o por el desamparo. “Este ha sido un objetivo importante para mí como presidenta, en el que he puesto esfuerzos desde mi primer Gobierno”, señaló la jefa de Estado.
Una multitudinaria marcha, que congregó en todo Chile a dos millones de personas según sus organizadores, repitieron ayer que luchan por la finalización del sistema privado de pensiones. Bajo la consigna “No + AFP”, los manifestantes se desplegaron por las calles céntricas de las principales ciudades el país con carteles en los que señalaban su oposición al actual sistema de jubilaciones. La marcha, la cuarta desde el año pasado, fue la más grande de la historia, aseguró Carolina Espinoza, vocera del movimiento “No + AFP”. “Esto demuestra que Chile no va a parar hasta recuperar un verdadero sistema de pensiones”, agregó la dirigente estudiantil. En la capital, Santiago de Chile, los manifestantes se desplazaron a lo largo de la Avenida Bernardo O’Higgins, la arteria principal de la ciudad, y al pasar frente a La Moneda, la sede del gobierno, dejaron un ataúd de color negro para graficar la muerte de las administradores privadas.
Manifestaciones similares se repitieron en Valparaíso y en Concepción, entre varias otras ciudades, sin que se informara de incidentes. En tanto, Luis Mesina, uno de los máximos líderes del movimiento “No+AFP”, llamó a los afiliados a retirarse de las empresas que les administran sus fondos para la jubilación. “Con estas acciones, golpearemos el corazón del sistema y avanzamos en la dirección correcta, que es acabar con las AFP e instalar un sistema público de pensiones, solidario y para todos los chilenos”, subrayó el dirigente.
“Soy profesora y trabajé 43 años, pero los profesores actualmente están sacando una pensión de 170.000 pesos (250 dólares), que no les alcanza para vivir”, dijo la profesora retirada Mariela Calderón. “Es un sistema hecho a la medida de los empresarios, de los ricos de este país, un robo”, sentenció Miguel Placer, otro de los manifestantes.